Mujerhoy celebró ayer, en colaboración con MD Anderson Cancer Center Madrid, Lilly y La Roche Posay, una nueva edición del encuentro CancerCare, articulado en tres mesas redondas, en las que se dieron a conocer los últimos avances en diagnóstico, investigación y tratamiento del cáncer de mama. Una enfermedad que, según el Observatorio del Cáncer, «gracias a la investigación, a la prevención y detección precoz, la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido de una forma significativa, de tal manera que en los últimos años, se ha logrado aumentar la supervivencia media del cáncer de mama a 5 años al 85%».
El primer panel lo abrió Laura García Estévez, jefa de la Unidad de Mama de MD Anderson Cancer Center Madrid, quien insistió en la importancia de que las pacientes sigan unos hábitos saludables e incorporen el deporte a su rutina diaria, al tiempo que alertó de que la obesidad puede ser un factor de riesgo. Por otra parte, anima a no quedarse con el primer diagnóstico. «Pedir una segunda opinión, sin ser obligatoria, es más que recomendable. Siempre es una decisión acertada, pero debería acudirse a un centro médico que realmente tenga una unidad de mama, ya que en estos centros, con independencia de por donde se entre, ya sea por Radiología o por Oncología, los protocolos que se van a seguir van ser siempre los mismos y eso es una garantía para la paciente», añadió.
Por su parte, la doctora Silvia Pérez, jefa del Servicio de Radiología de la Mama, de MD Anderson Cancer Center Madrid, abogó por rebajar la edad a las que se realizan las mamografías. «Estamos peleando por que el cribado se sitúe en los 40 años. En Estados Unidos, esto ya es una realidad y esperemos que en España lo sea pronto también». La especialista señaló también que hay que perder el miedo a esta prueba.
«Con los equipos actuales apenas hay radiación. A partir de los 40 años debe realizarse con total normalidad y periodicidad. Solo en circunstancias muy concretas se baja este límite de edad y siempre en función del nivel de riesgo que la enfermedad puede tener para la paciente. Hay que hacerse la mamografía. Es lo que ha permitido el control de esta enfermedad y aumentar la supervivencia de las pacientes», remarcó.
Por su parte, la doctora Gloria Ortega, jefa de Cirugía de la Mama de MD Anderson Cancer Center Madrid, afirmó que la tendencia actual es realizar cirugías conservadoras, aunque esto depende de múltiples variables. «Por ejemplo, en una mama pequeña con un tumor de tres centímetros no va a ser posible, por lo general, conservar la mama. Mientras que ese mismo tumor en una mama de tamaño medio si lo puede permitir. En cualquier caso, siempre se tiene en cuenta la opinión de las pacientes, y en la realización o no de una mastectomía también interviene su decisión», apuntó.
La segunda mesa del debate abordó el alto riesgo de recaída en el cáncer de mama en estados iniciales y cómo afrontarlo, pues pese a que el 93% de los cánceres de mama que se detectan se encuentran en estadio temprano, una de cada tres mujeres sufrirá una recurrencia a lo largo de su vida. Isabel Echavarria Díaz-Guardamino, médico adjunto del Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, explicó que las pacientes que abandonan el tratamiento tienen una mayor probabilidad de recaer en la enfermedad en el futuro.
«Evidentemente son tratamientos complejos, que en el caso de la hormonoterapia pueden llegar a prolongarse entre cinco y diez años, y que además tiene efectos secundarios en el tiempo. En este sentido, los oncólogos también tenemos que ser más sensibles con esta problemática y entender mejor a los pacientes, ya que este entendimiento va a ser clave para que el tratamiento sea lo menos tóxico posible y para que su impacto en la calidad de vida del paciente sea cada vez más reducido, pero las pacientes deben ser proactivas y tener adherencia a los tratamientos, no dejarlos hasta que lo prescriba el médico, aunque se sientan bien o por temor a los efectos secundarios».
Compartió esta opinión la doctora Anabel Ballesteros, especialista en Oncología Médica del Hospital Universitario La Princesa, quien resaltó la importancia de tener adherencia a los tratamientos y no dejarlos hasta que lo prescriba el médico, aunque las pacientes se sientan bien o quieran dejar la medicación por temor a los efectos secundarios.
Eva González Haba, farmacéutica del Servicio de Farmacia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón dedicada al paciente oncológico, manifestó que el tratamiento siempre tiene que estar vinculado a las características del paciente, a sus patologías previas y actuales, y a cualquier otra circunstancia que pueda resultar significativa. «Por ello, desde la perspectiva farmacológica resulta esencial un segundo chequeo complementario al ya realizado por el oncólogo. Y es esencial la información que se le suministra al paciente, ya que la mayoría de los tratamientos actuales son orales y, por tanto, el paciente es el responsable de su administración. Cuanto mayor conocimiento tenga, mejor se enfrentará a a cualquier problema o efecto adverso que surja y podrá comunicárselo al especialista para corregirlo».
Finalmente, en el coloquio se trató la relevancia que cobra el abordaje integral en el acompañamiento del paciente oncológico. Abrió el debate Leonor Prieto, directora Científica de La Roche Posay, quien aseguró que la imagen del paciente de cáncer no es algo banal. «La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la enfermedad como la falta de bienestar físico, psíquico, emocional y social. Por tanto, es fundamental el cuidado personal, y en el caso del paciente de cáncer es, además, esencial. Si te cuidas, tienes más ganas de curarte. Está comprobado que si utilizas productos adecuados para tratar tu piel, minimizas los riesgos y aumentas tu bienestar. Me estoy refiriendo a productos básicos, como los de higiene, protección solar o de maquillaje. La parte estética tiene un rol fundamental en el tratamiento de esta enfermedad, ya que mejorar el aspecto físico repercute positivamente en la adherencia al tratamiento», señaló.
Coincidió con esta visión Laura Rodríguez Pérez, enfermera del Servicio de Radioterapia de MD Anderson Cancer Center Madrid: «La calidad de vida es muy importante para que un paciente de cáncer se enfrente en mejores condiciones tanto a la enfermedad como a su tratamiento. Para que el paciente siga adelante y supere todos y cada uno de los retos que le plantea esta enfermedad es indispensable que se encuentre bien y aquí la enfermería tiene una labor muy importante a la hora de orientarle en los cuidados antes y después del tratamiento. nosotros tenemos un papel muy importante en esta labor de orientación. Aunque a veces sea difícil afrontar la enfermedad, en la vida debemos intentar buscar los buenos momentos, ya que los malos vienen solos», explicó.
Puso el punto y final a esta nueva edición del encuentro CancerCare Raquel Cedrón, paciente con cáncer metastásico en los huesos, quien refrendó las opiniones de las expertas e incidió en la necesidad de que en los hospitales cuenten con una guía práctica informativa que les sirva a las pacientes para saber qué van a encontrarse, cómo transitar por la enfermedad y su tratamiento. «Yo he asumido el papel de la protagonista de mi propia enfermedad y no me he cansado de preguntar a los médicos y de investigar por mi cuenta. Me he dado cuenta de que el deporte es básico, fundamental para una paciente de cáncer, pero no te lo cuentan«, comenta.
Raquel Cedrón añade: «En mi opinión, el ejercicio de fuerza debería estar prescrito en cualquier tratamiento oncológico. Protege el sistema inmune, además te empodera y emocionalmente te refuerza. En mi caso personal, durante la quimio multipliqué por mil el ejercicio que hacía antes de que me diagnosticaran el cáncer. Gracias a él no perdí masa muscular, ni peso y pude mantener el mismo nivel de relación con mis hijos que antes. Además, con el ejercicio ahuyentas la angustia que te provoca la enfermedad, mejoras tu calidad de vida y tu respuesta al tratamiento», concluyó.
20 de enero-18 de febrero
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