Natalia Sánchez y Alain Hernández, protagonistas de Sueños de libertad. /
Desde hace varias semanas, el despertador de Natalia Sánchez suena cada día a las cinco de la mañana. «Me levanto, estudio, me ocupo de gestionar el día de mis hijos, me recogen y grabo durante todo el día. Cuando vuelvo a casa, intento pasar un buen rato con los peques, pero cuando se van a dormir, me tengo que poner a estudiar para el día siguiente», explica la actriz.
Así cada día de lunes a viernes. Es lo que implica ser la protagonista de Sueños de libertad, la nueva serie diaria de Antena 3, estrenada hace solo unos días y convertida ya en uno de los grandes éxitos de la temporada. «En realidad, es una rutina muy sencilla: trabajar y estudiar», resume su coprotagonista, Alain Hernández, sobre una dinámica que les permite rodar más de 20 páginas de guion cada día.
El desafío era enorme: a finales de febrero Sueños de libertad llegaba a la parrilla de Antena 3 para sustituir a Amar es para siempre después de 18 años en antena y habiéndose convertido en un clásico de la televisión en España. Pero la acogida que el público ha dado a la nueva ficción de Atresmedia ha superado todas las expectativas, tanto en sus emisiones en directo como en sus visionados en diferido. «La productora y la cadena sabían muy bien lo que le gusta al público de Amar es para siempre y han sabido ofrecérselo con un plus. Creo que es una forma de agradecer esa fidelidad de 18 años. Las audiencias están siendo increíbles. Reconforta mucho saber que hay alguien al otro lado», confiesa Sánchez.
Situada en la España de 1958, la historia arranca con la huída a través del monte de la protagonista, Begoña Montes, junto a su hijastra, Julia. «Me entraron muchísimas ganas de interpretarla casi sin conocerla. Quería leer más, necesitaba saber más de ella», explica la actriz sobre su primera impresión del personaje cuando empezó a leer los guiones.
Begoña escapa de Jesús de la Reina, el viudo de oro de la zona y dueño de una importante empresa de perfumería con el que acaba de casarse. Pero, sobre todo, huye de uno de esos matrimonios tóxicos que, en la España de los años 50, podía convertirse en una cadena perpetua para las mujeres. Begoña, sin embargo, está determinada a recuperar su libertad. «Es una mujer con unos valores muy fuertes: es modesta, trabajadora, luchadora y tiene esa capacidad de superar todas las adversidades que le plantea la vida. Creo que ella tiene mucho de mí y yo tengo mucho de ella», cuenta Sánchez.
Natalia Sánchez en el papel de Begoña. /
Para la actriz uno de los pilares que vertebran esta ficción de marcado carácter feminista es la relación entre sus protagonistas femeninas. «Lo que más me gusta de esta serie es la hermandad entre sus mujeres, esa tribu, esa sororidad, esas miradas de complicidad en lugar de la rivalidad femenina clásica. Por la época que les toca vivir, estas mujeres son unas luchadoras que se apoyan en su amiga, en su hermana, en su vecina…».
Para Alain Hernández, protagonista de series como La caza o películas como Palmeras en la nieve, su personaje es un «hombre muy ambicioso, celoso, con un carácter fuerte y déspota, pero al mismo tiempo es un empresario muy serio y responsable. Es el primero que llega y el último que se va». También es el villano oficial de la serie. Algo que, para Hernández, tiene sus pros y sus contras para un actor como él: «Por un lado es muy divertido interpretar al malo, por otro es muy intenso. Hay muchas broncas, muchas escenas de tensión. Hay días en los que estoy dando gritos desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde. Acabo reventado», confiesa.
Alain Hernández es Jesús de la Reina. /
Tanto es así que después de las escenas de alto voltaje, los protagonistas suelen reunirse en el camerino y recurrir al sentido del humor y los chistes para aliviar la tensión de las secuencias que tienen que grabar juntos. Para ambos esta serie es una de esas oportunidades profesionales que solo se presentan un par de veces en la vida. Sánchez, que saltó a la fama en Los Serrano y ha tenido papeles de recorrido en ficciones como Amar en tiempos revueltos, interpreta su primer papel protagonista. «Sea un personaje grande o pequeño, para mí la dedicación siempre es la misma y nace de la misma ilusión, pero es cierto que un protagonista es un regalo porque te permite explorar más el personaje y, a nivel interpretativo, tiene muchas más posibilidades».
Sueños de libertad es la clase de ficción de sobremesa que, potencialmente, podría sobrevivir muchas temporadas en la parrilla. Sin embargo, ninguno de los dos quiere especular sobre el futuro. «Sé que esa posibilidad existe, pero no me lo quiero plantear. También sería un poco prepotente pensar que vamos a durar tantos años, ¿no? Ya veremos…», dice Alain Hernández. Su compañera coincide: «Con este nivel de intensidad, voy día a día. No puedes plantearte más porque no llegarías al final de la semana. Además, en esta profesión todo puede cambiar de la noche a la mañana. Así que, día a día». De momento, mañana su despertador volverá a sonar a las cinco de la mañana.