Han pasado sólo tres meses desde que Ivana Andrés levantó la copa del Mundial de Fútbol en Sidney . Fue el 20 de agosto, tras ganar a Inglaterra con un gol de Olga Carmona . Ese triunfó, que congregó ante la televisión a 5,6 millones de españoles, quedó eclipsado por el escándalo Rubiales y el plante de las jugadoras para exigir cambios en la Federación. Tres meses después, las aguas han vuelto a su cauce y las campeonas siguen ganando, con cuatro victorias en la Liga de Naciones, que pueden llevarles a los Juegos Olímpicos de París.
Andrés, Carmona y Salma Paralluelo –que marcó el gol con el que España se metió en las semifinales–, llegan cansadas, pero contentas, tras vencer a Italia a domicilio. Han regresado de madrugada, entrenado a mediodía y juegan contra Suiza tres días después –ganaron por un contundente 1-7 a las helvéticas–, pero hacen hueco en su tarde libre para esta sesión.
«El Mundial ha sido el resultado de muchos años de lucha, de trabajo diario, de renuncias y sacrificios. Y no sólo nuestros, también de esas generaciones de futbolistas que fueron labrando un futuro que ahora es presente», reconoce la capitana, que define a la selección como un grupo de mujeres «muy competitivas, luchadoras y trabajadoras».
Ivana Andrés (Ayelo de Malferit, Valencia, 1994) cumplió en Sidney «uno de esos sueños que tienes desde pequeñita. La mejora que habíamos tenido como equipo y a nivel individual, sobre todo en el aspecto físico –porque técnica y tácticamente ninguna selección juega como nosotras–, nos había permitido subir en el ránking. Y veíamos que ese sueño podía hacerse realidad».
«Desde muy pronto se creó esa sensación: teníamos que creer y darlo todo para que funcionara el equipo –confirma Salma Paralluelo (Zaragoza, 2003)–. Ser campeonas era el sueño de todas». También para Olga Carmona (Sevilla, 2000) que, tras marcar el gol de la final, supo que su padre había fallecido . « Viví el mejor y el peor momento de mi vida al mismo tiempo. La vida me ha cambiado».
El paso adelante lo han notado las jugadoras, en popularidad y patrocinios, pero también el fútbol femenino en todas sus categorías. «Estamos creciendo. A nosotras nos ha tocado luchar, no sólo en lo deportivo, y estamos muy orgullosas de lo que hemos conseguido», asegura Carmona.
«Hemos vivido unos meses difíciles. Han sido semanas de muchísimo estrés, de no haber celebrado este triunfo como se merece –apunta Andrés–. Da rabia, pero creo que hemos conseguido algo muy importante: que se respete a las mujeres».
«Debíamos estar juntas contra actitudes que no se pueden tolerar. Hemos estado unidas como ante un partido importante», señala Carmona, que reconoce el apoyo recibido. «Creo que estamos saliendo de esa situación por el buen camino. Ha servido para unirnos y eso se nota en el campo. Hemos venido a jugar y a hacer disfrutar a la gente», añade Paralluelo.
A la sevillana, lo que más le ha impactado en estos meses «es ver a niñas pidiéndome autógrafos y escuchar que les sirvo de inspiración». Carmona –que prefiere que hablen de su gol como «el carmonazo, en lugar del iniestazo femenino»–, reconoce que «es una responsabilidad y un orgullo ser sus referentes. Las chicas que empiezan pueden tener referentes femeninos y usarlos en su beneficio».
Las tres han tenido pocos mujeres en quienes inspirarse. Marcelo es el jugador al que admira la madridista Olga; Messi, el favorito de la blaugrana Salma; y Roberto Ayala y Sergio Ramos quienes han inspirado a Ivana, capitana del Real Madrid.
«A las niñas les digo que los sueños se pueden cumplir, pero que nadie les regalará nada –comenta Andrés–. Les pido que disfruten del camino y no abandonen. Encontrarán piedras, pero merecerán la pena». Ella, que se define como jugadora «ambiciosa, trabajadora, perseverante y con carácter», recuerda los 160 km que su padre hacía cada día para llevarla a entrenar a Valencia.
«He llegado donde estoy gracias a ellos y a mi mujer. Jugar es una de mis pasiones. Sentir la pertenencia a un equipo, perseguir el mismo objetivo, es muy bonito. El fútbol me ha enseñado valores y me ha permitido conocer a gente maravillosa. Pero también tienes sacrificios, como no pasar tiempo con mi pareja, mi hija, mis padres, mi hermana, mis amigos...».
Ivana y su mujer fueron madres un mes antes del Mundial. «Separarme de ella se me hacía difícil, pero Ana fue muy valiente y se vino con la niña a Australia. Me siento muy afortunada por haberlo vivido a su lado. Ella y mi familia son mis pilares, quienes me alientan a seguir».
Los de Olga Carmona son sus dos hermanos y su madre, que también estuvieron en la final. Los tres jugaban al fútbol, pero ella es la que ha destacado. «Empecé con seis años en el club de mi barrio, donde no había ninguna chica. Mi madre ha visto mi crecimiento en un campo, pero también el del fútbol femenino».
Crecer en los campos de fútbol le ha dado «una madurez mayor a la de gente de mi edad, porque casi siempre he estado con jugadoras mayores». La sevillana se define como «rápida, desequilibrante, porque me gusta desbordar y sumarme al ataque aún siendo defensa». Para ella « el fútbol es una forma de vida. Me ha enseñado valores como el sacrificio o el esfuerzo».
Paralluelo, flamante Balón de bronce, compaginó durante años los campos con las pistas de atletismo. «Nunca he tenido claro qué me gustaba más, por eso seguía con los dos». Hasta que, hace un año, firmó con el Barcelona. Reconoce que lo pasó mal, pero que el fútbol es hoy «mi pasión, mi motivación, mi manera de divertirme».
La zaragozana se considera una jugadora «diferente, rápida», y una persona «ambiciosa, trabajadora, que no para hasta lograr los objetivos que se ha marcado... y soñadora». Así que ya piensa en próximos retos: «Hay que aspirar a lo máximo. Tengo 19 años y me gustaría jugar algún otro Mundial, aún me pueden quedar algunos» [Risas].
Sus compañeras se plantean metas más cercanas, como ganar el Europeo con la selección o los Juegos Olímpicos del próximo verano. «Y algún título con el Real Madrid», señalan Olga e Ivana. Y, mientras tanto, avanzar en los cambios, porque « aún quedan muchas cosas por mejorar para que ésta sea una Liga profesional y una de las mejores del mundo».
20 de enero-18 de febrero
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