¿Qué tiene que hacer una reina para ser amada y respetada? ¿Cómo puede hacer frente a las maledicencias, las mentiras y los rumores? ¿De qué manera debe afrontar tiempos políticamente convulsos? Todas estas interrogantes nos podrían llevar a la actualidad más cercana, pero en realidad son las que plantea la escritora y periodista Cristina Morató en su último libro, Reinas de Leyenda (Plaza y Janés).
Morató hace un retrato de cinco mujeres que hicieron época y marcaron la historia de los países donde reinaron. Pero que también se enfrentaron a las conspiraciones y las dificultades, y supieron sacar lo mejor de sus padres. De todas ellas pueden extraer interesantes lecciones las princesas de este siglo XXI. Incluida la princesa Leonor .
Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos y primera esposa de Enrique VIII fue una de las reinas más queridas de Inglaterra. La hija de su esposo y de Ana Bolena, Isabel I de Inglaterra, pasó de ser una princesa bastarda a dar nombre a toda una época. Catalina la Grande dirigió con mano firme el Imperio ruso y la emperatriz Cixí entró en la Ciudad Prohibida como concubina pero gobernó China durante más de tres décadas. Y la infeliz Carlota se convirtió en emperatriz de México.
Cinco grandes reinas marcadas por las desdichas y las tragediaspersonales, que alcanzaron el poder en un mundo de hombres y que, por eso, tuvieron que arrastrar una leyenda negra que aún hoy pervive.
¿Qué tienen estas reinas para que las haya convertido en protagonistas de su último libro?
Son unas reinas y emperatrices que, a pesar de sus logros y conquistas, han sido maltratadas por la historia y su leyenda negra pervive hasta nuestros días. Se ha dado más importancia a su vida sexual o amorosa que a sus grandes logros. Tres de ellas Isabel I de Inglaterra, Catalina la Grande o la emperatriz Cixí– fueron las mujeres más poderosas de su tiempo. Gracias a su fuerza, inteligencia, valor y ambición consiguieron llevar las riendas de grandes imperios y gobernar en un mundo de hombres. Y, sin embargo, se las ha tachado de déspotas, libertinas, arpías, locas o desalmadas para desacreditarlas. No soy historiadora, pero como periodista he intentado en este libro darles voz y sobre todo no juzgarlas. Han sido tres largos años de investigación.
Las cinco son mujeres que, en un mundo de hombres, cambiaron la historia. ¿En qué sentido?
Sin duda. Isabel Tudor subió al trono con 25 años y su reinado fue uno de los más largos y florecientes de la historia de Inglaterra. Gobernó 44 años, forjó un imperio que se convirtió en una potencia militar y política de primer orden y dio nombre a la «época isabelina», considerada la edad de oro de la historia de Inglaterra. La emperatriz viuda Cixí gobernó el inmenso Imperio chino durante medio siglo y durante más de 30 años lo hizo desde detrás de una cortina de seda amarilla, porque al ser mujer sus ministros no podían verla. Solo durante su tercera regencia, y cuando ya tenía 62 años pudo gobernar a los ojos del mundo y sentarse en el Trono del Dragón. Sus logros fueron extraordinarios: transformó un imperio medieval en un estado moderno y sacó a China de su aislamiento. Además, abolió castigos tan horribles como «la muerte por mil cortes», puso fin al tradicional vendado de pies y dio los primeros pasos para la liberación de la mujer. Y si hablamos de Catalina la Grande, durante su largo reinado de 34 años expandió las fronteras del Imperio ruso, modernizó el país, impulsó el desarrollo del arte y la ciencia. Carlota, la emperatriz de México, también dejó su huella en este lejano país: fue la primera mujer que gobernó México (y sólo tenía 25 años), emprendió reformas sociales, suprimió los castigos corporales y mejoró las condiciones de vida de los indígenas.
Entonces, si hicieron tantas cosas por sus países, ¿a que se debe la mala imagen que ha perdurado de ellas?
A la manipulación histórica. La imagen de una mujer con poder resultaba subversiva, antinatural. El caso de Catalina la Grande es muy elocuente. Se habla más de la «habitación sexual» que tenía en el palacio de Tsárskoye Seló y donde, al parecer, se encontraron objetos y mobiliario erótico, que de otras facetas de su vida, como que fue la primera persona en Rusia que se dejó vacunar contra la viruela y, con su ejemplo, salvo la vida a millones de personas. O cómo impulsó la educación de las mujeres o que su magnífica colección de pinturas y esculturas dio origen al Hermitage, hoy uno de los museos de arte más importantes de Europa. Tras su muerte, los bolcheviques propagaron la leyenda de que Catalina había muerto mientras practicaba el sexo con un caballo. Esta barbaridad se tomó como cierta durante años, incluso aparecía en los libros de historia.
¿Y qué tuvieron en común las cinco reinas que aparecen en su libro?
En su mayoría comparten una infancia desdichada y una adolescencia como princesas o grandes duquesas marcada por el exilio, el cautiverio, la crueldad de sus esposos e, incluso, de sus suegras. Pero, justamente, los problemas y tragedias que sufrieron las dotaron de una gran fortaleza para abrirse paso en un mundo de hombres. Si consiguieron salir adelante con estos traumas fue, sin duda, por estas heridas que marcaron su férreo carácter.
Sus vidas fueron duras, a pesar de los privilegios: perdieron a hijos, vivieron el exilio, las intrigas... ¿Cuál cree fue, a su juicio, la que más sufrió?
Una de las vidas más desdichadas fue la de la princesa Carlota, hija del rey Leopoldo I de Bélgica que se casó muy enamorada de Maximiliano de Habsburgo y junto a él se embarcó en una fatal aventura para ocupar el trono de México. Fue un matrimonio desdichado, no tuvo el ansiado heredero (aunque se quedó embarazada de un amante ) y el Segundo Imperio fue un sueño efímero. Tras el asesinato de su esposo, se quedó viuda con solo 23 años, le arrebataron a su hijo y enloqueció. Durante mas de medio siglo, la desdichada emperatriz de México vivió confinada en distintos castillos belgas mientras su familia se disputaba sus riquezas.
Isabel I de Inglaterra fue la única que prefirió no casarse y gobernar en solitario...
Es un caso excepcional, pasó a la historia como la Reina Virgen, no quiso casarse para evitar que su esposo le arrebatara el poder y tampoco quiso tener hijos. Tuvo muy claro desde joven que deseaba gobernar sola y no estaba dispuesta a depender de un hombre. Y, gracias a su habilidad, convenció a sus consejeros que su compromiso era total con Inglaterra; ella se casó con su país y sus hijos fueron sus súbditos. Pero tuvo varios amantes a los que nunca permitió tener un papel político ni interferir en los asuntos de Estado.
¿Fueron amadas y respetadas por sus súbditos?
Sin duda, las cinco se ganaron el corazón de la gente. Es curioso que una española, Catalina de Aragón, la hija menor de los Reyes Católicos y la primera esposa de Enrique VIII, sea una de las reinas más amadas y recordadas por los ingleses. Está enterrada en la abadía de Peterborough y en su tumba nunca faltan flores rojas y amarillas y ofrendas de granadas, símbolo de su escudo y su fruta favorita en sus tiempos felices de la Alhambra. En una sencilla placa se puede leer: «Una reina amada por el pueblo inglés por su lealtad, piedad, coraje y compasión». Cuando falleció Catalina la Grande, su féretro fue llevado en un solemne cortejo bajo un frío glacial y los habitantes de San Petersburgo salieron de sus casas para despedir y llorar a su «madrecita» Catalina y se arrodillaban en la nieve en señal de respeto.
¿Qué enseñanzas ofrecen estas reinas a la nueva generación de princesas que en unos años ocuparán los tronos europeos?
Creo que las actuales princesas de este siglo XXI no tendrán que afrontar los grandes retos de sus antecesoras, pero sin duda la fortaleza, determinación y el valor de estas reinas son inspiradoras. Esta nueva generación tendrá en sus manos otros retos, como modernizar esta institución, hacerla más cercana y, sobre todo, que las mujeres tengan un mayor peso y relevancia.
¿Cuál de esas nuevas princesas cree que lo tendrá más difícil para llegar al trono?
Creo que la princesa Leonor lo va a tener más complicado para reinar porque nuestra monarquía es parlamentaria y, en la actualidad, el Parlamento español está muy fraccionado y con la presencia de partidos republicanos. Ella es la primera en la línea de sucesión, pero aún tendrán que pasar años hasta que suceda a su padre el Rey y puede haber muchos cambios en España. En todo caso, si llegara al trono sería la primera mujer en hacerlo desde 1868, cuando en nuestro país reinaba Isabel II. Leonor está muy preparada, como hemos visto, pero tendrá que enfrentarse a muchos retos justamente por ser una princesa del siglo XXI.
¿Qué enseñanzas debería tomar Leonor de la vida de estas reinas?
Creo que las vidas de estas reinas son muy inspiradoras y, aunque gobernaron en tiempos muy convulsos, todas tienen en común el amor a su país y a su pueblo. Fueron mujeres que alcanzaron el poder gracias a su inteligencia, valor y fortaleza. Tenían, como Catalina de Aragón, unos principios muy firmes y lucharon por ellos. Hay, sin duda, grandes lecciones de vida no solo para futuras reinas…
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