Por las tardes, casi a última hora y cuando estás a punto de echar la persiana, te sientes más despierta, creativa y productiva que en todo el día. Por las mañanas, en cambio, que nadie cuente contigo hasta bien pasadas las 11 y después de haberte tomado, al menos, un par de cafés . Y, sin embargo, igual que quienes funcionan mejor a primerísima hora de la mañana y no son personas después de las 3, debes adaptarte al clásico horario de 9 a 5. Hasta ahora… Si la pandemia revolucionó el paradigma sobre dónde se trabaja, parece que ha llegado el momento de desafíar las convenciones sobre cúando se trabaja. Bienvenidas el cronotrabajo.
El concepto fue acuñado este mismo año por la periodista británica Ellen Scott. «Consiste en trabajar según el reloj de tu cuerpo. Trabajar según el cronotipo es sintonizar con las bajadas y subidas naturales de energía a lo largo del día (o del mes o del año) y ajustar la jornada laboral en consecuencia. Significa renunciar a la rigidez del horario de 9 a 5 y, en su lugar, permitir un patrón más individualizado que se adapte mejor a los niveles de energía de cada persona», ilustra Scott.
Esta nueva tendencia, empujada por la flexibilidad laboral y el teletrabajo , permite a los empleados ajustar sus entradas y salidas a su cronotipo, que no es otra cosa que nuestra predisposición natural a tener picos de energía o necesidad de descanso dependiendo de la hora del día. Es decir: los ritmos circadianos de toda la vida.
Según el famoso psicólogo clínico Michael Breus, hay cuatro cronotipos diferentes. En Estados Unidos, el 55% de las personas alcanzan su pico de productividad a mediodía (entre las 10.00 y las 14.00); el 15% se adapta mejor a las primeras horas de la mañana; para el 15% lo más productivo es trabajar por la noche; y el 10% restante tiene un ritmo circadiano más errático, que varía según el día.
Llevado a la práctica, el cronotrabajo permitiría a los primeros llevar un horario más convencional, pero echarse una siesta o hacer ejercicio a mediodía; a los segundos a comenzar mucho antes de las 9 y a los terceros a alargar la jornada laboral entrada ya la noche. También a adaptar el horario al periodo del año: no es lo mismo trabajar en enero, con pocas horas de sol, que hacerlo en verano.
Evidentemente, la posibilidad de llevarlo a cabo depende mucho del tipo de trabajo que desempeñes. Más fácil de aplicar para los freelance, los asalariados dependen de la voluntad de sus empresas. Aunque esta forma de trabajar es difícil de asumir para algunas compañías y sectores e implica un modelo de liderazgo basado en la confianza, otras lo están implantando ya. La británica Flexa, por ejemplo, permite elegir horario a sus empleados siempre y cuando de 11 de la mañana a tres de la tarde estén siempre operativos, un bloque temporal que facilita la operatividad de los equipos o la organización de reuniones.
Tan habituados al clásico horario de oficina, muchos trabajadores ni siquiera conocen su cronotipo. Para averiguarlo, Scott recomienda llevar un pequeño diario en el que anotar cuál es nuestro nivel de energía y productividad a lo largo del día para trazar un patrón después de varias semanas.
Con esa información, puedes programar tu jornada de manera más eficiente. Si eres una persona de mañana, enfréntate a los proyectos más arduos a primera hora del día; si, en cambio, no puedes evitar el bajón de después de comer, deja las tareas más tediosas y administrativas (o las que no requieren tanto trabajo intelectual) para la tarde.
Y no te olvides del cronotipo cuando tu jornada laboral haya terminado: también sirve para organizar tu tiempo libre y entender, por ejemplo, cuál es la mejor hora del día para hacer ejercicio (si a primerísima hora o casi por la noche) o si, en cambio, deberías apurar tus horas de sueño todo lo posible o irte muchísimo antes a la cama.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?