Queralt Castellet, la medallista olímpica de snowboard pide pista: «El miedo siempre está ahí. Hay que aprender a entenderlo»

Queralt Castellet es la española que más alto ha subido al podio de unos Juegos Olímpicos de invierno, tras el mítico Francisco Fernández-Ochoa. Hablamos con la snowboarder sobre cómo aprender de los obstáculos y la importancia de disfrutar.

La snowboarder Queralt Castellet luce top dorado y short negro de Louis Vuitton. / Fotografía: Sergi Pons / estilismo: Miriam Arruga

Marita Alonso
Marita Alonso

Las historias de superación priman en el universo deportivo, pero sin duda la de Queralt Castellet (Sabadell, 1989), medalla de plata en su quinta participación en unos Juegos Olímpicos en la prueba de halfpipe de snowboard (es la quinta deportista española en subirse al podio en los Juegos Olímpicos de invierno y la única en lograr un segundo puesto) merece ser contada una y otra vez.

Cuando se aproximaban los Juegos de Corea (2018), filmó junto a Red Bull, su principal patrocinador, un documental sobre su vida, ' Ride to the Roots'. La grabación recuerda que la catalana se encontraba en la cúspide de su carrera tras obtener una plata en los Mundiales de 2015, cuando su vida se paró en seco tras recibir una llamada. Al responder, le comunicaron el repentino fallecimiento de Ben Jolly, su pareja y entrenador.

«No sabía ni qué hacer ni cómo continuar mi vida. Él lo era todo. Éramos un equipo», asegura la deportista, que abandonó Nueva Zelanda, donde residía, y regresó a Sabadell para apoyarse en su familia. Tras más de cinco meses allí, volvió a la nieve para descubrir cuál sería su reacción al tener de nuevo contacto con ella. El que hoy estemos hablando de una medallista olímpica es sin duda un spoiler, pues al acariciar la nieve sintió absoluta felicidad.

«Cuando la toqué, supe que tenía sentido. La nieve y la naturaleza me han hecho ser quien soy», reconoce. Comenzó a trabajar con el entrenador Benny Bright, que quiso que el snow fuera su proceso de curación... Y así fue. «Me di cuenta de que era lo que me iba a ayudar a seguir adelante. Siento que he renacido como persona y como deportista», asegura.

Abrigo Teddy con cinturón de Stella McCartney para Santa Eulalia. Fotografía: Sergi Pons / estilismo: Miriam Arruga

Desde la victoria en el US Grand Prix 2018 hasta el bronce en los Campeonatos del Mundo y la plata en el Grand Prix de Aspen, Castellet cuenta con un lugar destacado no solo en el deporte de élite español, sino en todo el mundo. Lo bueno jamás llega de manera fácil y por eso cree firmemente en superar obstáculos y en formarse en cada paso del proceso, mientras se congratula de aprender diariamente. «Cuando comencé a competir, los referentes que tenía eran mujeres, pero todas de fuera de España», explica la deportista, que se enorgullece de poder mostrar a las niñas que el camino hacia lo más alto es posible.

MUJERHOY. Sus triunfos son fruto del trabajo, pero también especialmente de los sacrificios. ¿Son imprescindibles para alcanzar metas importantes?

QUERALT CASTELLET. En el momento, en el que decides dedicarte a esto al 100%, tienes que asumir que has de sacrificar cosas. En primer lugar, tienes que irte lejos. Dejas tu casa, tu familia y tus amigos, y asumes que no volverás a verlos hasta dentro de muchos meses, una situación que era especialmente dura al comienzo, cuando no existía WhatsApp. Tampoco sigues la misma trayectoria vital que tus amigos. Soy consciente de que son muchos los pasos que me he saltado. Cursar una carrera entera en la universidad ha sido imposible, y esos grupos de amigos que resultan esenciales cuando tienes entre los 17 años y los veintitantos no los he tenido. También están las lesiones, comprender por qué ahora estás arriba o abajo, aceptar que a veces las cosas no salen bien...

Se pasa especialmente mal, porque quieres que todo salga a la perfección para demostrar a las marcas y a la gente que representas que podrás hacer lo que dijiste que harías. En definitiva, estamos hablando de presiones que en otro tipo de vida no encuentras. Como tengo una pasión tan grande por el deporte, todos estos sacrificios compensan, especialmente si aprendes a transformarlos en algo positivo y lo incorporas a tu día a día. Es entonces cuando te das cuenta de lo afortunada que eres de encontrarte en esa situación.

MH. La disciplina que practica depende tanto de la subjetividad de los jueces como de las inclemencias del tiempo, lo que también debe ser muy frustrante para una persona competitiva como usted.

Es innegable que hay algunos aspectos que no dependen totalmente de mí. Como el tiempo, que no puedo controlarlo y al que tengo que adaptarme lo mejor posible. Luego están los jueces. Aunque entreno y trabajo unos parámetros para que no me puedan deducir de ningún sitio, hay que comprender que, por más que lo haga bien, juega un papel decisivo la impresión general del juez. He aceptado que muchas de las cosas no puedo controlarlas yo. Por eso, todo lo hago lo mejor posible, y si lo disfruto, ya me merece la pena. Además, creo que cuando te entregas por completo, los jueces se vuelcan. La gente nota si has llegado a tu límite.

La deportista, con vestido de Christian Dior. Fotografía: Sergi Pons / estilismo: Miriam Arruga

MH. Hemos hablado de sacrificios y de subjetividad, pero no podemos obviar el mayor obstáculo: el miedo.

Sin duda, siempre está ahí, no me abandona. Cada caída, puede significar una lesión. El miedo indica que sabes que estás haciendo algo de mucho riesgo. De hecho, si no siento miedo, sé que algo va mal. Tengo que entender totalmente el riesgo de lo que voy a hacer, porque precisamente cuando te confías es cuando puedes lesionarte de gravedad. Hay que aprender a entender el miedo.

MH. ¿Acaso hay algo más aterrador que ir a los Juegos Olímpicos sin su entrenador y sin su fisioterapeuta, como le ocurrió a usted?

Hubo un momento de shock en el que me vine abajo, pero lo reenfoqué pensando que iba a disfrutar de esa competición, algo que jamás me había planteado de tal modo. Estuve haciendo actividades en la villa olímpica, donde puedes conocer a otros deportistas y ver competiciones de otros deportes, me junté con otras amigas y le saqué todo el jugo a la experiencia.

Cuando me siento bien, me retroalimento de mi buena energía y lo paso genial. Además, juntarte con otras chicas es vital. Es verdad que a veces tienes que ponerte seria, pero, ¿por qué no compartirlo? Entre nosotras, hay mucha más motivación que envidia.

MH. ¿Está ya volcada en la próxima cita olímpica?

Es un ciclo de cuatro años. ¡Si ya estuviera pensando en eso, me olvidaría de que hay competiciones este año! Voy a continuar la línea de trabajo y evolución que llevo y a seguir con mi objetivo, que es mantenerme arriba. Lo importante es estar ahí siempre y totalmente implicada con lo que estoy haciendo, pero no solo con mi prueba. Es importante tocar otras disciplinas y aprender otro tipo de terrenos dentro, para no limitarme. Para mí, lo fundamental es aprender a disfrutar de este deporte cada segundo, incluso de los momentos de presión.

MH. ¿Cómo le ha enseñado el snowboard a ser la persona que es en la actualidad?

¡Paso más horas encima de la tabla que sin ella! Me puedo encontrar luego en una situación ajena a la nieve y lo que decido o cómo respondo viene de otra experiencia que he tenido en la nieve. Eso sí: lo que aprendo de fuera, también lo aplico luego ahí... El snowboard es una práctica muy reactiva. Aunque hay trucos, depende mucho de cómo eres. Cuando eres capaz de plasmar tu personalidad en el snowboard es cuando realmente lo disfrutas. Yo soy capaz de saber quién es un rider viéndole desde lejos.

Queralt Castellet posa con blusa y pantalón en jacquard de flores, de Dries Van Noten para Santa Eulalia. Fotografía: Sergi Pons / estilismo: Miriam Arruga

MH. ¿Qué se siente al poder ser un referente para las niñas?

Me hace inmensamente feliz. Pensar que para las niñas las cosas pueden ser diferentes y que puedan tener alguien aquí para guiarse, es algo que me llena. El camino que he recorrido no es el que debería llevar una niña normal. Tendría que ser más fácil, y espero que en el futuro lo sea y puedan fijarse en mí.

En España existe una Federación, pero lo ideal es que las niñas puedan tener un programa, un número de competiciones, un equipo, un entrenador y un grupo de profesionales que estén con ellas. Yo he tenido la suerte de tener a Red Bull como patrocinador. Sin embargo, soy consciente de que no todas tendrán mi suerte. En España debería haber una estructura para que esas niñas, siempre que tengan el potencial y el nivel, puedan llegar al top profesional.

MH. ¿Hasta qué punto es decisivo, un deporte no tan mayoritario como el suyo, el papel de los sponsors y patrocinadores?

La importancia de los patrocinadores es vital, sobre todo en un deporte que implica tantos sacrificios económicos como este. Lo maravilloso de Red Bull, sin embargo, es que no solo te apoya económicamente, sino en general, a nivel deportivo. Son aspectos que cuando estás en la élite, especialmente tener el apoyo de profesionales que están compartiendo resultados en el top, te ayudan muchísimo.

Desde que empecé a estar con Red Bull comencé a ver lo que significaba tener un equipo de gente alrededor, porque cuando falla algo, están ahí. Se necesitan fisioterapeutas, nutricionistas, centros en el mundo para entrenar y para poder estar con gente de tu profesión, algo que yo, siendo de España, no he podido tener... Red Bull me ha facilitado convivir con compañeros y compañeras de todo el mundo que practican mi deporte. Sin tener un equipo, podríamos decir que, gracias a eso, siempre he sentido que fomaba parte de uno. Mentalmente, es crucial saber que hay gente que te apoya y te comprende.

20 de enero-18 de febrero

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