Hablamos con la atleta Ana Peleteiro antes del nacimiento de Lúa: «A mi hija le enseñaré lo que no debe permitir de una pareja»

Dos meses antes del nacimiento de su primera hija, Lúa, hablamos con la mejor atleta española sobre los podios a los que está deseando subir, los asuntos a los que quiere dar voz y los saltos (personales) que aún le quedan por dar.

La atleta Ana Peleteiro lleva sujetador, top y leggins de Dolce & Gabbana, y collar y pendiente de Perseé. / Fotografía: SERGI PONS / Estilismo: CHABELA GARCÍA

María José Barrero
María José Barrero

Las últimas semanas, la vida de Ana Peleteiro (Ribeira, 1995) ha sido un continuo trasiego de cajas. Es lo que tiene una mudanza de París a Guadalajara. La medallista olímpica vivía desde hace siete meses en la capital francesa con su pareja, el atleta francés Benjamin Compaoré, también campeón de Europa en triple salto. Ahora, se han trasladado a España para el nacimiento de su primera hija, Lúa, previsto a finales de diciembre.

Será el colofón de un par de años muy agitados para la deportista, en los que ha saboreado el éxito en las pistas –medalla de bronce en los Juegos de Tokio, mejor atleta española de 2021– y el reencuentro con un antiguo amor, pero también momentos muy amargos, que «me han hecho aprender», dice. Lleva un año sin competir, pero entrena dentro de sus posibilidades, con la vista puesta en el Mundial de 2023 y los Juegos Olímpicos de París 2024.

La medallista olímpica lleva vestido de Eñaut y anillos Bvlgari. Fotografía: SERGI PONS / Estilismo: CHABELA GARCÍA

MUJERHOY. Hace un par de años, decía que entre ser madre y campeona olímpica prefería ser madre. ¿Tan claro lo tenía?

ANA PELETEIRO. Sí, toda mi vida he querido ser madre. Y las medallas y los triunfos deportivos son temporales; en 20 años, no se acordará ni Peter de mi medalla olímpica, igual que muchos de mi generación no conocen a los atletas de Barcelona 92.

MH. ¿Y nadie le comentó que cómo se le ocurría quedarse embarazada en el mejor momento de su carrera?

No. Quienes podrían decirme eso, saben que sería absurdo. A mí puedes decirme lo que quieras, que haré lo que me dé la gana. Muchos creyeron que era arriesgado, pero en el deporte nadie te asegura que estés bien al día siguiente. Yo quería ser madre después de Tokio, pero no poder hacerlo me estaba afectando [había roto con el también saltador Nelson Évora].

Por suerte, Benjamin volvió a mi vida y quería formar una familia. Y creo que es mejor ser madre joven. Si lo eres con 34 o 35 años, te retiras. Pero a mi edad, no. Quiero volver ya, porque los Juegos de París están a la vuelta de la esquina y sé que puedo ganar otra medalla. Quiero ganarla y que mi hija me vea.

MH. Muchas deportistas han obtenido mejores resultados después de ser madres...

Sí. El embarazo trae consigo mucho trabajo pero también cosas buenas. Un parto te hace sentir más fuerte, te empodera. Y el embarazo conlleva un incremento de hormonas. Obviamente, hay mucho trabajo de recuperación, pero alcanzas un nivel imposible sin dopaje.

MH. Usted no ha dejado de entrenar durante el embarazo.

He continuado ejercitándome, pero tres días a la semana en vez de seis. Buscamos ayuda profesional para no hacer nada que me perjudicara. Estoy teniendo un embarazo muy bueno y haciendo cosas que jamás pensé. Hace unos días, por ejemplo, hice triple salto, para recordar el movimiento. Me fui muy motivada y me sentí súper bien.

Ana Peleteiro, con jersey y pantalón de Gucci x Adidas. Fotografía: SERGI PONS / Estilismo: CHABELA GARCÍA

MH. ¿Ya tiene claro que su objetivo son los Juegos Olímpicos de París, en 2024?

Soy un poco más ambiciosa: mi objetivo es el Mundial de Budapest, a finales de agosto del año que viene. Quizá no para estar en las medallas, pero sí para estar en un buen nivel, en la final. Y si sale mejor, genial.

MH. Más de una vez ha dicho que entrenar el cuerpo es tan importante como entrenar la mente. ¿También la está cuidando?

No estoy haciendo terapia, pero hablo mucho con mi coach y haremos un entrenamiento psicológico para el parto. Me gustaría dar a luz sin anestesia epidural, porque a lo mejor es mi primer embarazo y el último. Soy hija única y siempre he querido tener familia numerosa, pero como mi pareja tiene dos hijos, Lúa no va a necesitar que yo le dé otro hermano. Quiero hacer un ciclo olímpico completo y, salvo sorpresa, no voy a buscar otro embarazo hasta dentro de seis o siete años.

MH. ¿Tuvo problemas con las cláusulas antiembarazo de algunos patrocinadores?

Mi representante y yo nos hemos peleado por eso, porque en mis planes estaba ser madre y prefería dejarlo claro. Cuando me quedé embarazada estábamos negociando un patrocinio a nivel mundial y lo planteamos. Ellos me apoyaron al 100% y estoy súper agradecida.

MH. Siendo hija única y adoptiva, supongo que su embarazo habrá causado mucha alegría a su familia.

Mis padres lo están viviendo muy bien. Al principio un poco en shock, porque llevaba poco con Benjamin y vengo de una relación en la que sufrí mucho... Mis padres estaban tocados por saber que yo había sufrido tanto. Al principio, les dio vértigo que iniciase una relación a distancia, pero ha ido todo rodado. Ahora Benjamin se ha venido a España y eso para mí eso es el no va más. Así que mis padres están súper contentos. Y mi madre, deseando jubilarse para estar con Lúa.

MH. ¿Por qué dice que sufrió en una relación anterior?

Nunca había hablado con mis padres sobre estos temas y piensas que ciertas cosas son normales cuando no lo son... Y te puedes encontrar con un sinvergüenza que te utilice a su gusto. A mí me pasó, pero me sirvió para aprender. A mí hija le daré la educación que me dieron mis padres, pero le voy a enseñar lo que no debe permitir de una pareja.

He crecido en un ambiente súper sano y no piensas que ciertas actitudes pueden ser un abuso. Si no hubiese visto una entrevista en la que una chica hablaba de su caso, no hubiese reflexionado. Sabía que estaba en relación tóxica, pero luego te das cuenta de que has sufrido un abuso sexual. Y es muy fuerte ser consciente de que te ha hecho algo así la persona con la que has convivido.

Pero pensé: «Olé tú, que has salido de ahí». ¿Que te costó tomar la decisión? Pues sí, casi tres o cuatro años, pero saliste por ti sola. Benjamin y yo decimos que si no hubiésemos vivido lo que nos pasó, porque él también tuvo una relación complicada, no nos habríamos reencontrado tan maduros y queriendo sacar adelante una relación que en 2016 decidimos no tener. Tenemos que aprovechar y no perdernos. La vida nos ha vuelto a dar la oportunidad de estar juntos.

Top y falda de Giorgio Armani. Los pendientes son de Beatriz Palacio. Fotografía: SERGI PONS / Estilismo: CHABELA GARCÍA

MH. ¿El mundo del deporte es más tóxico para las mujeres?

No, hay sinvergüenzas en todos los lados. Pero es necesario una voz que se escuche. En Estados Unidos se ha escuchado a Simone Biles porque tiene un montón de medallas olímpicas. Hay que dar voz a estas cosas para erradicarlas.

MH. ¿Y por qué en el ámbito deportivo hay más homofobia?

Mis padres me han educado en el respeto al prójimo. Nunca juzgues sin conocer, escucha, me decían. Yo intento dar voz al respeto, al consentimiento y a que todo el mundo tenga las mismas oportunidades. Me da igual lo que hagas en tu casa; quiero que respetes mi vida, igual que yo respeto la tuya. Con esos valores, el mundo iría mejor.

MH. ¿En el atletismo hay menos prejuicios que en el fútbol, un deporte que también probó?

Mi padre me apuntó a atletismo, porque podía tener las mismas oportunidades que un hombre. Las atletas no cobran menos, ni tienen menos repercusión, ni se las valora menos. Me encantaba el fútbol y era la mejor en el colegio, pero no iba a tener las mismas oportunidades. El atletismo te da esa oportunidad. El presidente del Comité Olímpico me dijo que mi medalla de bronce tuvo más impacto social y en redes en Europa que cualquiera masculina.

MH. Antes de ir a Tokio, decía que le gustaba la popularidad. ¿Y ahora?

Siempre he sabido que yo iba a ser conocida, que no iba a pasar desapercibida.

MH. ¿La ven ahora de otra manera, tras su medalla y sus apariciones en cine y TV?

Ahora noto que soy un referente, todos me conocen. Lo llevo bien, aunque tienes que tener cuidado, todo el mundo lleva un móvil en la mano. A mi chico le sorprendió. La primera vez que fui a verlo a París, aún con mascarilla, no paraban de pedirme fotos. La gente es muy cariñosa, me besan, me tocan la barriga...

MH. ¿Ha notado en algún caso racismo?

He crecido en una familia de blancos y creo que en España no hay racismo, sino clasismo y me incluyo. En Tokio le dije a Ray Zapata que éramos negros, pero Benjamin me dijo: «No eres negra, eres mestiza y tienes que presumir de ello». Mulata es un concepto racista, aunque yo misma lo desconocía. Soy mestiza, la mezcla de dos culturas y dos colores de piel. Pero quiero dar voz también a los que llegan desde otras culturas. Todo el mundo tiene derecho a empezar de cero.

MH. ¿Ya ha pensado en cómo volverá a empezar cuando acabe su carrera deportiva?

Me dedicaré a lo que me vaya llegando, que me guste y me ayude a seguir formándome, pero no estoy loca por la tele. Me veo continuando con mis empresas.

MH. Es raro que un deportista tan joven tenga tan claro su futuro.

Mis padres siempre me han dicho que el dinero no me duraría toda la vida. Con 21 años compré mi primer piso, con 24 el segundo, luego una clínica deportiva en Vigo... Seguiré con el deporte, con mis compromisos publicitarios y mis cosas para no estar perdida cuando me retire. Y como confío mucho en mí, buscaré siempre crecer.

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