Fiel a su principio fundacional, el propósito de Santander desde 1857 ha sido hacer progresar a las empresas y las familias. La primera parte de la ecuación, favorecer a las empresas, lo hace a través de sus líneas de crédito; la segunda, favorecer a las familias a través de sus programas sociales y formativos, en los que el foco está puesto, por supuesto, en todos sus empleados.