Cómo de importante y cada cuánto tiempo es recomendable lavar tus cepillos del pelo

A la hora de cuidar nuestro pelo, no solo hay que prestar atención a los productos que compramos, sino que las herramientas que utilizamos también pueden marcar la diferencia en los resultados. Detalles como tener las fundas de almohada limpias o una toalla de microfibra , pueden ser claves a la hora de conseguir una melena impecable.

Otro punto a tener en cuenta, y que no le solemos prestar mucha atención, son los cepillos. No sólo se recomienda uno que evite romper el pelo, o tener esa opción de bambú para promover la circulación capilar, sino que es fundamental mantenerlos limpios, ya que los restos de sérums y aceites se quedan impregnados, lo que hace que nuestro pelo se engrase y ensucie mucho más rápido.

La frecuencia en la limpieza puede variar dependiendo de cómo sea tu rutina capilar y con qué frecuencia la realices. Si eres de las que se lava su melena a diario o que utiliza muchos productos, lo ideal es que los limpies un mínimo de dos veces por semana. En caso de que seas más esporádica, puedes hacerlo dos veces al mes.

La cantidad de cabello que se queda en los cepillos puede ser abrumadora, especialmente durante los cambios de temporada, donde notamos un poco más la caída . Por ello, el primer paso a la hora de desinfectarlos, es retirar todo el exceso de pelo que se nos haya quedado atrapado.

A continuación, llenamos un recipiente o en el mismo lavabo (previamente desinfectado y limpio), con agua tibia ya que nos ayudará a quitar mejor la suciedad. Añadimos jabón, champú o incluso vinagre de manzana, mezclándolo bien y dejando reposar unos minutos para que se integre bien el producto.

Una vez tengamos nuestra mezcla a punto, sumergimos los cepillos y peines, dejándolos entre 3 y 4 minutos para que vayan expulsando todos los residuos que hayan quedado atrapados. Cuando pase el tiempo, lo mejor es frotar con un cepillo de dientes entre las cerdas, para acabar de retirar todo lo que no haya salido.

Para finalizar lo único que tendrás que hacer es acabar de enjuagarlos, también con agua tibia, y dejarlos secar al aire. En caso de las opciones con bambú o madera, puedes optar por ayudarte con el secador, ya que si no se hace con especial cuidado, es un material que se puede llegar a podrir, estropeando el cepillo por completo.

Como te comentábamos previamente, es una de esas tareas que puede marcar un antes y un después en los resultados de tu pelo. Al estar los cepillos limpios, no acumulamos residuos en ellos y, por lo tanto, no volvemos a aplicarlos en nuestra melena cada vez que nos cepillamos.

Si eres de las que se lava el pelo, y no ha terminado el día y ya notas que lo tienes grasiento, esta puede ser una de las razones por las que te pasa. Además, el brillo y los efectos positivos de productos hidratantes como los aceites capilares, serán mucho más visibles tras un buen cepillado.