Con la melena no todo vale. Tanto el acabado tras lavar bien el pelo así como el comportamiento del cabello los días posteriores, no solo dependen de los productos capilares que utilicemos. Porque por mucho que descubramos maravillas como la última mascarilla viral de TikTok, si no sabemos cómo aplicarla correctamente, no solo no servirá de nada, sino que las fibras capilares podrían revelarse en nuestra contra y tanto la sequedad como el encrespamiento se harían rápidamente visibles. ¡Un clásico! A estas alturas con el champú lo tenemos más claro, pero puede que te estés aplicando mal la mascarilla del pelo según Carlos Fernández, peluquero y experto de la firma para el cabello REF Stockholm, una de las favoritas de las nórdicas.
Parece evidente porque es un gesto que realizamos cada semana de forma automática, pero si queremos aprovechar todas las propiedades del tratamiento intensivo y reparador que nos aporta una mascarilla, debemos seguir religiosamente una serie de pasos que, o hacíamos mal o directamente no estaban dentro de nuestra habitual rutina capilar.
Para empezar, ¿te cepillas el pelo en seco antes del lavado? Pues hacerlo es la primera recomendación que Carlos Fernández nos dio y que, según sus amplios conocimientos en todo tipo de melenas, «activamos la circulación» y evita que tratemos de desenredar el cabello con los dedos a modo de peine cuando tenemos la mascarilla puesta y con ello, la posible rotura de las puntas al tratar de quitar nudos imposibles. También hace que el producto se reparta muchísimo mejor por toda la melena y comience a actuar desde el minuto uno.
El otro error frecuente es el de no trabajar bien la mascarilla, aplicar una gran cantidad en bloque y hacerlo solo con todo el cabello en un lateral. «Esto provoca que un lado del cabello se vea más hidratado y el otro, por el contrario, más seco. Hay que hacerlo dosis a dosis y extendiéndo el producto de arriba a abajo, pasando las manos por los mechones como si de una cuerda se tratase», cuenta el experto. Después, deja actuar de cinco a diez minutos, y si puede ser con unas gotitas de aceite mezcladas con la mascarilla, muchísimo mejor. Especialmente si notamos las fibras más secas.
Eso sí, si durante la espera eres de las que se envuelve el cabello con la mascarilla puesta, no hay que hacerlo «nunca con una toalla mojada y caliente», advierte Carlos Fernández. «Lo que hace es que diluye, humecede y quita eficacia al principio activo que contiene la fórmula de la mascarilla». Como alternativa, el experto aconseja hacerlo con un gorro de satén, una toalla a modo de turbante pero que esté seca, film transparente, o directamente, dejarlo suelto, al aire hasta que retiremos el producto.