Así es la rutina de belleza de la piel a lo Marie Kondo

Lo habitual es acumular un arsenal de cosméticos en el baño que lo único que hacen es acumular polvo. Por eso, al igual que haces con tu armario con el cambio de temporada, ha llegado el momento de limpiar y actualizar tu neceser de belleza.  Limpiadores, tónicos , cremas, sérums, mascarillas, exfoliantes… Te contamos cuáles son los productos que realmente funcionan, dependiendo de tu tipo de piel, para que te hagas un Marie Kondo beauty y comiences a utilizar (y comprar) solo l os cosméticos que le vengan bien a tu piel .

· Limpiador. Suprime el uso de productos de limpieza agresivos y prueba pruebe un limpiador en gel, que sea antiséptico y exfoliante; así descongestionarás tus poros, tendrá un efecto antiinflamatorio sobre tus granitos y no deshidratará la piel. · Sérum. Aunque las pieles con tendencia acneica suelen suprimir el paso del sérum en su rutina diaria, es muy importante porque es la mejor manera de hidratar profundamente la piel, aparte de promover el recambio celular y ayudar a limpiar los poros. · Crema. No obvies nunca el paso de la crema, ya que su omisión alterna los niveles adecuados de agua de la piel, lo que estimula la producción de grasa. Utiliza una hidratante que también sea calmante. · Tratamiento específico. Añade a tu rutina un tratamiento que cure el acné, prevenga su futura aparición y mantenga a raya las manchas.

· Limpiador. Busca un limpiador en leche que oxigene tu piel y la proteja de la contaminación para que pueda respirar adecuadamente. Este tipo de fórmulas suelen eliminar impurezas y calmar y equilibrar la piel. · Sérum. Para mantener tu cara sin manchas, luminosa y con aspecto saludable la vitamina C debe estar presente. · Crema. Elige una de textura fluida que contenga vitamina E, que es antioxidante e hidratante. · Mascarilla iluminadora. Una vez a la semana aplica una mascarilla que ilumine y reafirme tu rostro; siempre precedida por una exfoliación que multiplique los beneficios.

· Limpiador. Elige fórmulas suaves y cremosas y evita los limpiadores de espuma a base de sulfato, ya que este puede secar demasiado la piel. · Sérum. Busca uno que contenga ácido láctico, que es un exfoliante que suaviza la piel y repara la barrera de la humedad. · Crema. No es necesario que elijas una crema con una textura muy rica, sino que basta con que te fijes en que los ingredientes que contienen reparan la barrera protectora de la piel. Los activos que imitan los los lípidos naturales que se encuentran en la piel, como los aceites de jojoba, girasol, almendra dulce, arándano y onagra, serán perfectos para ti.

· Limpiador. Ni se te ocurra utilizar jabón para limpiar, ya que te alterará el pH y eliminará el agua y los aceites naturales de tu piel; lo que causa aún más sensibilidad y deshidratación. Usa un limpiador suave, en aceite o en leche, que no haga espuma. · Sérum. Lo más importante es que busques una fórmula específica para tu tipo de piel, ya que así contendrá ingredientes calmantes como manzanilla, té blanco, látigo de mar o azuleno. · Crema. Decántate por un bálsamo nutritivo, que estimule la producción de lípidos y fortalezca la barrera protectora de la piel.