Este bálsamo labial alisa los labios secos, pelados y agrietados en horas

Por primera vez puedo confirmar que un bálsamo labial ha hecho el efecto que buscaba desde un principio. Por que sí. Es cierto eso de que una se puede volver adicta al cacao y estar cada media hora aplicándolo (lo cual puede provocar el efecto contrario en los labios). Pero con este bálsamo hidratante para los labios que he descubierto recientemente, ya adelanto que voy a tener una relación muy sana ¡porque funciona!

En mi caso, tengo la suerte de no tener los labios secos, agrietados o pelados frecuentemente. Y aún así siempre me ha gustado sentir el confort de aplicar un labial hidratante. Ya sea por la textura de suavidad, por el olor o porque da un toque de luminosidad y buena cara inmediata.

Eso no quiere decir que no sufra de sequedad en los labios en determinadas ocasiones. La piel de los labios es muy fina y además está muy expuesta. No es muy complicado que sufra daños y alteraciones por factores como cambios de temperatura, toma de medicamentos, exposición solar...

Protegerlo es esencial, pero repararlos cuando el daño ya está hecho y en tiempo récord no siempre es tan sencillo. Prácticamente con todos los cacaos que he probado me ha llevado un par de días, hasta que he descubierto el bálsamo 101 Ointment Multi-balm de Lanolips. Y para confirmar que funciona prácticamente a las horas, tengo el mejor de los ejemplos.

Hacer senderismo por la montaña. Pasar horas en exterior, expuesta al sol, con cambios de temperatura y probablemente sin llegar a mantener la protección solar adecuada durante toda la actividad ni a beber el agua necesaria. No falla. Tras terminar mis labios se irritan muchísimo, me escuecen y después se empiezan a pelar. Y mi sorpresa con el bálsamo de Lanolips, que por cierto, es multiusos, ha sido muy grata.

En Sephora por 13,99 euros

Lanolips es una marca australiana especializada en la hidratación de la piel muy seca. Especilamente en la de los labios. Toda su colección de basa principalmente en tubos de bálsamos labiales que su fundadora Kirsten Carriol lanzó tras descubrir que la lana de las ovejas que su abuelo esquilavaba en la granja familiar, contenía lanolina, un ingrediente que imita los aceites hidratantes que genera de forma natural la piel humana.

Este activo básicamente cura la piel porque retiene el 200% de su peso en agua, cura la deshidratación y crea una barrera protectora extrafina, y toda su línea de cuidado tiene como base lanolina de la más alta calidad obtenida sin crueldad animal a través de granjeros australianos. Lo que lo convierte es un bálsamo con ingredientes 100% naturales.

En mi caso, no he podido probar el original, pero sí uno de sus últimos lanzamientos que está basado en el icónico de la marca pero infundido con vitamina E y un extracto natural de sandía que huele de maravilla y que es muy refrescante para cualquier época del año. También se puede aplicar en zonas muy secas como las cutículas, los codos o en los talones secos.

- Se necesita muy poca cantidad para todos los labios. Su tubo de 10 g. da para 101 usos, por lo que dependiendo de la asidiudad, un producto podría durar hasta medio año.

-Tiene un precio asequible que no se diferencia mucho de los bálsamos multiusos clásicos de farmacia, que son los más vendidos. (13,99 euros). Además, se puede conseguri fácilmente en Sephora, tanto en tienda como online.

-La textura, aunque en un principio parece muy espesa, una vez que se funde con la piel, se extiende con mucha facilidad y no tiene un acabado pegajoso, que es uno de los puntos que más molesta en un bálsamo.

-Además, proporciona bastante brillito al labio como si fuera un gloss que deja un efecto voluminizador.

-Cuenta con la certificación cruelty free (aunque es sólo apto para vegetarianos al contener un ingrediente procedente de animales).

-A mí no me disgusta, pero es cierto que el aroma a sandía provoca también un ligero sabor en la boca que puede no gustar a todo el mundo. La alternativa es utilizar es bálsamo original.

-El aplicador tiene una abertura muy grande para la poca cantidad que hay que utilizar. Hay que tener cuidado porque normalmente sale más de lo que se necesita.