NOS ENCANTAN
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NOS ENCANTAN
Al contrario de lo que muchas suelen pensar, los perfumes discretos no necesitan ser estridentes ni dejar un rastro abrumador para hacerse notar; al contrario, su magia está en su sutilidad, en ese aroma que se percibe solo cuando alguien se acerca lo suficiente. En primavera-verano, el calor intensifica las fragancias y puede hacer que algunas se sientan demasiado pesadas. Ahí es cuando los perfumes de notas limpias, florales suaves o amaderadas ligeras se convierten en la elección perfecta.
Hablamos de esos aromas que evocan frescura sin ser evidentes, que envuelven la piel con naturalidad y que consiguen que quien los lleva huela a sí misma. Además, duran muchísimo, y la clave para que esto sea así está en su aplicación. Más allá del clásico truco de vaporizar en los puntos de pulso (muñecas, cuello, detrás de las orejas), los expertos recomiendan hidratar bien la piel antes de aplicar la fragancia, ya que una piel seca hace que los perfumes desaparezcan más rápido.
Otro truco infalible es pulverizar el perfume sobre la ropa o el cabello. Las notas se adhieren con mayor intensidad y prolongan su presencia sin resultar invasivas. Es un truco de abuela, lo sé, pero es uno de los que mejor funciona.
Un perfume elegante y discreto no es aquel que apenas se percibe, sino el que se integra con la piel hasta convertirse en una extensión natural de quien lo lleva. Suelen contener notas empolvadas, almizcladas o florales delicadas que no saturan los sentidos, pero dejan una impresión memorable. ¿A que suena genial?
Lazy Sunday Morning de Replica.
Si la sofisticación tuviera un aroma discreto pero inolvidable, sería Lazy Sunday Morning de Maison Margiela. Esta fragancia no necesita ser opulenta ni intensa para dejar huella: su encanto está en la sensación de pureza, frescura y calma absoluta.
Con notas de pera fresca, iris y almizcle blanco, es como despertarse en una habitación bañada por la luz del sol, envuelta en sábanas de lino recién lavadas. Su estela es delicada, limpia y etérea, perfecta para quienes buscan un perfume que se sienta como una segunda piel, sin estridencias pero con una elegancia natural que solo los grandes perfumes logran.
Luna de Penhaligon's.
Inspirado en la diosa de la Luna, su aroma juega con la frescura cítrica de la bergamota y el limón, que dan paso a un corazón floral y aterciopelado de rosa y jazmín, y un fondo envolvente de bálsamo de abeto y ámbar gris. Es sofisticado, pero sin pretensiones; luminoso, pero con un toque intrigante.
Iris de Syracuse de Boucheron.
El iris es sinónimo de perfumes memorables, y Iris de Syracuse de Boucheron lo convierte en el protagonista absoluto de una fragancia que destila clase sin esfuerzo. Inspirado en la belleza de Sicilia, este perfume equilibra la delicadeza floral con una estructura resistente, igual que la flor que lo inspira.
Es vibrante sin ser intenso, elegante sin ser obvio. Perfecto para quienes buscan una fragancia que no grita, pero deja huella, como ese toque de estilo impecable que hace que alguien se gire sin saber exactamente por qué.