La importancia del microbioma para prevenir y corregir los signos de la edad y el fotoenvejecimiento

Con tantas tendencias de ingredientes y tratamientos novedosos de alta tecnología a veces nos olvidamos de lo más básico, cuidar la salud desde el interior y el exterior. Nos referimos a las barreras protectoras de la piel, los tejidos estructurales y las células que los construyen. Todas estas capas y componentes hacen que nuestro cutis pueda estar más o menos envejecido o tener imperfecciones, según los mantengamos. Mas allá del colágeno o los antioxidantes, hay un elemento esencial que conserva la juventud del rostro y protege de los daños, el microbioma.

Aunque sí que se ha puesto de moda eso de atender a la salud del microbioma, la realidad es que nutrirlo es tan importante como tratar las diferentes afecciones que se van presentando. Es fundamental saber cómo afecta cada activo a la piel y así hacerlos funcionar de la mejor forma, ahorrándonos tiempo, dinero, y disgustos. Los ingredientes reconstituyentes que trabajan para equilibrar los niveles saludables de los conformantes de la dermis son siempre la opción a la por la que debemos ir si no queremos acabar empeorando. Por eso, te explicamos qué es el microbioma y cómo debes respetarlo para óptimos resultados antiedad.

El microbioma es un ecosistema de bacterias que reside en la superficie de la tez. Esto microorganismos son clave para mantener un cutis saludable, reforzando la barrera cutánea que nos protege de los radicales libres como la contaminación y el daño solar, así como reducen la inflamación, retienen la hidratación y nos hacen menos propensos a padecer de brotes, textura irregular o hiperpigmentación. Además, también ayudan a estimular la producción de colágeno, porque estos problemas citados anteriormente son los que lo detienen, por lo que es beneficioso para reafirmar y tersar el rostro.

El equilibrio en el microbioma es crucial ya que es la base sobre la que se construye todo. Es decir, con un buen cuidado de este elemento, nuestra piel se vuelve más resistente y con mayor capacidad regenerativa. Si el microbioma se altera, los trastornos cutáneos aparecerán y experimentaremos más sensibilidad o propensión a falta de brillo, rojeces, manchas y arrugas. Incluso puede que nuestros cosméticos de cuidado facial nos afecten o dejen de tener efectividad.

Entonces, cómo hacemos para que nuestro microbioma esté saludable. Lo primero, erradicar de nuestra rutina limpiadores demasiado fuertes o controlar el uso excesivo de agentes potentes que perturban el pH. Básicamente, cuidado con pasarse con los ácidos, retinoides, activos inestables y altas concentraciones.

Las ceramidas, los péptidos, ciertos antioxidantes (como la niacinamida) o el ácido hialurónico son excelentes equilibradores que mejoran la función de la barrera de la dermis. También se han creado productos de uso tópico destinados a fomentar el microbioma, en especial, y fortalecer la protección. Así como los suplementos y pro-prebióticos.

Así conseguirás que rostro se conserve joven durante más tiempo y tus productos actúen mejor en la piel.