Papada: las claves de cirujanos y médicos estéticos para reducirla

Existen personas que tienen propensión a desarrollar papada con el paso de los años. Un aspecto que puede acomplejar, pero, que con la evolución de la medicina estética se puede reducir, mejorando también la autoestima de los pacientes.

La acumulación de grasa o el descolgamiento de piel en la zona de la papada, son preocupaciones que se acentúan a partir de los 50. La llegada de la menopausia, la predisposición genética o las subidas y bajadas pronunciadas de peso son algunos de los motivos por los que se produce el aumento de la papada.

Una problema estético que puede afectar a la autoestima más de lo que pensamos. ¿Cómo reducir su aspecto? Incorporando una serie de hábitos en la rutina o realizándose tratamientos en centros estéticos. La doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y directora médica de Eleca Clinic, el doctor Morales Raya, dermatólogo y director de la Clínica Morales Raya, la doctora Ana Revuelta, médico aeronáutico y especialista en medicina estética, farmacéutica y nutricionista y Marta García, facialista y directora del centro médico estético Marta García en Oviedo nos dan las claves para reducir la papada.

¿Qué es la papada? La doctora Ana Revuelta explica que es «un acumulo de grasa excesivo que se sitúa debajo del mentón y la mandíbula borrando el ángulo cervicofacial». La experta destaca que con «el paso de los años se produce mayor acumulo de grasa y a la vez influye la flacidez que se produce en la piel con el envejecimiento, dando un aspecto con más descolgamiento».

La papada tiene tendencia a aumentar con el paso de los años. Tal y como explica el doctor Morales Raya, «el primero es el acumulo de grasa localizada a ese nivel que viene influenciada por factores genéticos, hormonales y dietéticos. Además, con el paso del tiempo se pierde el colágeno a nivel cutáneo provocando flacidez que va a favorecer el descolgamiento de esta grasa». Considera la doctora Elena Jiménez de Eleca Clinic que «lógicamente el abuso del sol en la zona y la mala alimentación hace que la papada se agrave», además de los factores anteriormente mencionados, destaca que otra causa para la aparición de la papada es «la estructura facial en el caso de los mentones cortos».

La facialista Marta García destaca que otros de los motivos de la aparición de la papada son «la pérdida de elasticidad y tono, además de la atrofia cutánea». La profesional considera que «también puede aumentar si se aumenta de peso, por falta de ejercicio y por culpa de posturas incorrectas como, por ejemplo, consultar móviles y tablets constantemente y estar muchas horas con el cuello doblado hacia abajo». Algo más importante de lo que nos pensamos porque «este gesto constante ejerce una presión sobre la columna y el cuello que acaba convirtiéndose en doble mentón o papada».

Propensión a tener papada

No todo el mundo tiene la misma predisposición a tener papada. La doctora Elena Jiménez considera que «hay una disposición genética tanto en la distribución de la grasa como en la forma de envejecer la piel y el platisma». ¿Qué es el plastisma? Es un músculo que se extiende desde la mandíbula hasta la clavícula.

Por su parte, el doctor Morales Raya destaca « existen factores genéticos anatómicos que van a favorecer la aparición de descolgamiento a nivel submental, además, se han descrito factores genéticos que favorecen el acumulo de grasa localizada en esta zona e incluso en pacientes con dieta sana y normopeso».

Además, afirma Marta García que «la predisposición genética puede influir en la distribución de la grasa y en la estructura de los tejidos de la zona del cuello y la mandíbula». La profesional destaca que «la papada genética es muy característica, suele ser redondeada e ir asociada a barbillas pequeñas, depende de la anatomía del cuello y de la musculatura del suelo de la boca o de un hueso hioides demasiado adelantado con respecto al mentón y no está relacionada con la grasa acumulada ni con la edad». Considera la experta que «este tipo de papada sólo se puede corregir con cirugía para modificar la anatomía o con procedimientos médico estéticos que modifiquen las proporciones del mentón y corrijan el arco mandibular».

¿Existe alguna manera de reducirla o de mejorarla? La doctora Elena Jiménez destaca la « prevención» a través de «mantener el peso sin subidas y bajadas bruscas que ayudan al descolgamiento, protección solar importante en la zona y reducir la exposición solar y cirugía de corrección del mentón corto que ayuda a mantener la zona más tensa».

El doctor Morales Raya, por su parte, considera que «lo más importante es llevar una dieta sana baja en grasas saturadas y rica en ácidos grasos poli insaturados». También recomienda el « ejercicio físico, moderado, de forma habitual y una dieta rica en antioxidantes. Una vez diagnosticado el problema habrá que tratar la causa o las causas que lo ocasionan. Si se trata sólo de acumulo de grasa a ese nivel, disminuiremos la grasa en el mismo con diferentes tratamientos. Si además asociamos flacidez o descolgamiento, tendremos que utilizar tratamientos que tensen la piel de la zona».

La actriz Julianne Moore. / GTRES

Tratamientos para reducir la papada

En las clínicas estéticas se puede mejorar el aspecto de la papada. Existen tratamientos no invasivos y otros que requieren cirugía. Una amplia variedad de opciones de las que los profesionales recomendarán la mejor para cada caso concreto, porque, en el asesoramiento de los expertos se encuentra la clave.

En primer lugar, vamos a ver los que no requieren de cirugía. La doctora Ana Revuelta menciona «la marcación del óvalo facial que puede ser complementario al tratamiento de la eliminación de grasa (ultrasonidos con ecografía de Merz Aesthetics en tiempo real) para generar ese efecto tensión en la zona tratada y de ese efecto lifting (de hecho, Ultherapy tiene la aprobación de la FDA para llamarse así), la combinación con otros productos inyectables como puede ser la hidroxiapatita cálcica que es un bioestimulador de colágeno nos ayuda también a que la zona del óvalo facial genere líneas de tensión en cuello y mandíbula para dar ese efecto lifting deseado».

La doctora destaca que «si la grasa es pre platisma, es decir, se encuentra por delante del músculo existen varios métodos que producen la neocolagenesis del tejido graso como es el caso de Morpehus8, cuya radiofrecuencia fraccionada es muy eficaz y se puede combinar con otros tratamientos como la infiltración de lipolíticos locales». La profesional concluye que «si la papada es muy marcada siempre está la opción quirúrgica de liposucción».

Por su parte considera el doctor Morales Raya que tenemos la « mesoterapia, el endoláser, los ultrasonidos y la radiofrecuencia con microagujas». En el caso de la flacidez, el experto recomienda «los ultrasonidos micro focalizados, radiofrecuencia con micro agujas, endoláser, láser y los inductores de colágeno como la hidroxipatita de calcio y la policaprolactona».

Modelo Cindy Crawford / GTRES

¿Qué ocurre con la papada producida por el uso de dispositivos? La facialista Marta García afirma que «debemos trabajar sobre la corrección de la postura, el drenaje y la activación del tejido conjuntivo. En cuanto a tratamiento estético, lo más recomendable como tratamiento de choque es la radiofrecuencia y los hilos monifilamento o los hilos espiculados, todo dependerá del estado de cada persona».

En el caso de las intervenciones para la papada, la doctora Elena Jiménez de Eleca Clinic destaca «el lipoláser, que se trata de una pequeña liposucción asistida por láser con postoperatorio muy reducido de tan sólo tres días y que trabaja sobre la grasa superficial. Este láser de diodo es muy interesante porque en los casos de poca grasa se puede aplicar en forma de fibra para el retensado de la piel. Se aplica un endoláser subcutáneo para activar el fibroplasto y generar colágeno».

Otra recomendación de la doctora es el « lifting cervical que trabaja sobre los dos tipos de grasa y además reduce o ajusta la cantidad de piel. Las cicatrices se sitúan detrás de la oreja y en la línea del pelo del cuello y no llegan delante de la oreja como en el lifting clásico». El doctor Morales Raya coincide y destaca que «a veces es necesario recurrir a ambos tratamientos».

Mantenimiento de los tratamientos

El mantenimiento también es importante, bien sea con la dieta y la práctica de deporte, además de visitas al doctor para valorar la situación de la papada. El doctor Morales Raya dice que el mantenimiento depende «del tratamiento no quirúrgico realizado será necesario repetirlo al año, a los 18 meses o a los 24, dependiente de la duración del mismo. Por supuesto, intentar mantener el normopeso con unos hábitos dietéticos saludable».

La facialista Marta García cree que «el mantenimiento también dependerá de la causa que provocó esa papada, si hablamos de causas genéticas, donde haya que realizar una cirugía correctiva anatómica, el cirujano pautará lo más indicado en casa caso». La profesional añade que, si es una papada postural, «habrá que trabajar sobre la corrección de la postura, para no volver al punto de partida. Y en caso de venir dada por un envejecimiento y cambio de volúmenes, las radiofrecuencias fraccionadas, el HIFU, los hilos tensores de tracción o los monofilamentos para crear nuevas mallas de tensión cada determinado tiempo son lo más indicado».

La rutina de cuidado de la piel también se debe de tener en cuenta. García considera que «es importante seguir una rutina específica para el cuello y mentón y no utilizar los mismos productos que para el rostro, porque la piel de cada zona es muy distinta y tiene necesidades de soporte diferentes».

Concluye la doctora Jiménez de Eleca Clinic que para ella existen tres vía de mantenimiento: «tratamientos de calidad para la piel mediante cuidado de la piel, protección solar y tratamientos puntuales tipo dermapen o peling químico, tratamientos un poco más invasivos como son la radiofrecuencia externa o con agujas, el láser fraccionado CO2». Por último, consideraría «la aplicación de la fibra de diodo para el retensado superficial de la piel que ayuda al mantenimiento. Se debe hacer casa 2-3 años dependiendo de la evolución de cada paciente y actúa activando al fibroplasto y generando colágeno así como un stretching cutáneo por la energía».

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