Perfumes fougère para mujer: las fragancias con olor natural que están de moda

Todo experto en perfumes tiene predilección por una familia olfativa. Sí, las fragancias se categorizan en grupos según sus notas y matices. Las ahí de tipo chipre , las dulces gourmand , las elegantes orientales , las cítricas refrescantes y también los perfumes fougère. Lo cierto es que definir esta categoría de aroma puede ser un poco complejo.

Dentro entran tanto fragancias frescas como intensas. Normalmente, suelen tener un marcado olor a verde, pero también son muy aromáticos. Y, en realidad están super relacionados con la esencia del entorno natural. Por eso, si buscas nuevos horizontes olfativos, debes conocer qué son los perfumes fougère de mujer.

Aunque haya un poco de ambigüedad o desconcierto a la hora de definir exactamente a la familia olfativa fougère, su traducción del francés viene a darnos una pista. El significado de la palabra es helecho, lo que quiere representar con esto la naturaleza o el entorno boscoso. Por eso, para simplificarlo a grandes rasgos, los perfumes de esta categoría vendrían a tener notas que evocan al olor de un paseo por el bosque .

Son matices frescos, terrosos, aromáticos y verdes de lo más complejos y suelen tener como representación más fiel a la cumarina, una nota que transporta al aroma del heno o el tabaco, pero que también tiene matices dulces. Por eso, es común encontrar sobre todo fragancias masculinas dentro de esta clasificación, aunque a día de hoy también se crean muchas para mujer.

Si fueras buscando una fragancia de la familia olfativa fougère, podrías detectar que pertenece a esta categoría por sus acordes o notas olfativas. La cumarina es una de ellas, con un olor duradero e imponente. Pero, también hay otras mucho más comunes dentro de las notas florales, como es el caso del olor a lavanda.

Las maderas también se consideran características de los perfumes fougère, así como el musgo de roble, el enebro, el pino, el abeto, la salvia y el gálbano (todo lo que huela a bosque). Además, tiene mucha importancia el haba tonka del que se extrae la cumarina. Mientras que, menos representativas, aunque también a resaltar, estarían la hoja de violeta , albahaca, el geranio o la bergamota.

Este perfume de la familia oriental fougère tiene notas protagonistas de lavanda que se entremezclan con un elegantísimo corazón con olor a azahar , jazmín y petit grain. Las notas de mandarina le aportan matices cítricos refrescantes, mientras que la vainilla, el ámbar y el almizcle lo vuelven un aroma cálido y seductor.

Se trata de una fragancia unisex de la familia fougère con un imponente aroma amaderado. Sus notas de salida con jengibre refrescante y un punto picante, mandarina cítrica y lavanda aromática se tornan embriagadoras con el ládano y la madera de akigala. Al final, resaltan la intensidad de la cumarina, ligeramente dulzona.

Es un perfume fresco, especiado y con aroma a verde que al instante aporta una revitalizante frescura por el casi helado olor a menta de su salida. La nuez moscada lo convierte en algo más cálido en el corazón, así como la raíz de lirio le da un punto terroso. Y, al fondo, notas de haba tonka y maderas lo hacen puramente fougère.

La calidez de este perfume fougère con matices resinosos, lo estimulante y cítrico de la cáscara de naranja, el seductor ámbar y el bálsamo de perú se funden un delicioso dulzor con el toque de caramelo y vainilla azucarada. Pero, la intensidad, solemnidad y nobleza del roble, el cedro, el haba tonka, el sándalo y el pachulí le aportan una estela duradera irresistible.

Una fragancia que desprende elegancia clásica. Sus notas altas de lavanda se convierten en luminosas con lo chispeante del limón y el pomelo cítrico. En el centro aparece la frescura del geranio, el azahar y las rosas en un bouquet floral super delicado, para terminar con la cumarina, el almizcle blanco y el musgo en un aroma de lo más sensual y lujoso.