Hablamos del tratamiento para tratar la flacidez en mandíbula, pómulos y párpados./launchmetrics spotlight
Hablamos del tratamiento para tratar la flacidez en mandíbula, pómulos y párpados. / launchmetrics spotlight

lo hemos probado

Cómo funciona y cuánto cuesta Thermage FXL, el tratamiento facial reafirmante que trata el descolgamiento

Duele, para qué engañarnos, pero una hora y media de la radiofrecuencia facial favorita de Jennifer Aniston o Gwyneth Paltrow (ahora también mía) es lo mejor para mejorar la producción de colágeno y prevenir la flacidez.

Tengo 48 años y llevo 35 cuidándome la piel. No exagero: a los 13 caminaba hacia el instituto con la tez brillante como una bola de billar (crema de Pond's, gracias). En cabina, he pasado por masajes como este tratamiento para mejorar la celulitis, peelings, algún láser y un Ultherapy del que os hablaré más adelante.

Y por fin he probado Thermage FLX. Digo por fin porque es un tratamiento facial reafirmante que aguardaba con muchas ganas, máxime después de ver a una amiga acercarse a mí con una sonrisa y un pico de colágeno que ni la felicidad en vena ni el retinol pueden conseguir. Los expertos lo han apodado «el plan de pensiones para la piel» y comienza a hablarse -por lo bajini- de que es el lujo silencioso de la belleza, ese que tanto gusta a las francesas. Entonces, ¿cómo no iba a querer encontrarme con él?

En qué consiste el Thermage FLX

Thermage FLX es un tipo de radiofrecuencia. Ojo, no cualquiera sino la más potente del mercado. Tan eficaz resulta que sólo se necesita una sesión al año para poner el rostro firme y prevenir el descolgamiento cutáneo. ¿Qué hace?

«A través de una corriente que se transforma en calor, desnaturaliza las proteínas y llega a 60 grados a la dermis, la capa más profunda de la piel. Esto logra retraer y tensar la malla de colágeno», cuenta la doctora Inés Lipperheide, coordinadora de la unidad de medicina estética en Ruber Internacional con el equipo de CDI, de Ricardo Ruiz. En sus manos me pongo para probarlo al igual que hacen Gwyneth Paltrow o Jennifer Aniston.

Cuánto cuesta y a qué edad se recomienda

Si estás pensando en borrar arrugas, Thermage FLX no es tu opción (para eso está el bótox). El efecto que busca es tensor, de un lifting médico estético. «Aparte de la flacidez mejora la calidad de la piel», subraya la doctora Lipperheide. El resultado es global, lo cual lo convierte en el protocolo preventivo estrella a partir de los 35-40 años, que es cuando se empieza a notar la pérdida de colágeno. «Es el tratamiento perfecto para que no se noten cambios en tu cara y tú te veas bien», añade la doctora.

Debes saber que este plan de pensiones beauty es realmente una inversión, ya que conlleva un gran desembolso. Cuesta 2.400 €, así que antes de poner cara de emoji de ojos sorprendidos piensa en un prorrateo a doce meses. La buena noticia es que en lugares como la consulta de Ricardo Ruiz en Ruber Internacional lo financian a plazos. Y desde luego no son los 8.000 € que pagan por él los asiáticos (les vuelve locos porque afina la línea mandibular). Si hablamos de optimizar el tiempo, 90 minutos al año comparados con las sesiones quincenales de otras radiofrecuencias son un bálsamo contra la cronopatía.

Más cuestiones prácticas: Thermage FLX está indicado para todo tipo de pieles (también las que tenemos tendencia a rosácea) pero, antes de empezar, se hace una valoración específica del paciente. Se puede realizar en cualquier momento del año, tanto en invierno como en verano. ¿Después? Te puedes ir directa a una boda; con eso te lo digo todo.

«No es nada radical y estás invirtiendo en la calidad de tu piel para mantenerte», insiste la doctora Lipperheide, quien anima a mantenerlo con buena cosmética: «Les digo a mis pacientes que se están dejando el presupuesto en un tratamiento caro y que va a lucir mucho más si se cuidan la piel porque todo suma. Si no haces los deberes en casa no va a ser lo mismo».

La modelo Amber Valletta. / launchmetrics spotlight

Mi experiencia con el tratamiento

Me siento un poco celebrity, porque en «la Ruber» es donde posan las famosas cuando salen con el recién nacido en brazos: de la reina Letizia a Victoria. «Ahí se colocan los paparazzis, en esa rampita», me cotillean. La famosa clínica del dermatólogo Ricardo Ruiz opera en este lugar con especialistas de la talla de Inés Lipperheide, quien a su vez es médico de UCI y hasta Der Spiegel le dedicó un artículo por estar en primera línea durante el Covid.

Estoy concienciada de que Thermage FLX duele, y antes de tumbarme en la camilla me tomo un paracetamol. Me entero de que con el primer Thermage, que se llamaba Thermacool, la gente ¡llegaba a sedarse! Ahora el dispositivo incorpora criógeno, que provoca sensación de frío a nivel externo para poder transmitir el calor a mayor profundidad. Un upgrade que se agradece, pues reduce el dolor (aun así, ¡duele!).

Antes de comenzar, la doctora Lipperheide marca con una especie de calcomanía cuadrículas que corresponden a las zonas de la cara donde va a trabajar. Empieza a disparar: primero por todo el rostro para calentar el colágeno a nivel global y después en un lado, el otro y la frente. La sensación de la máquina es de pequeños pinchazos que duelen más o menos dependiendo de la intensidad. La doctora la va modulando para atenuar el dolor. No es el único truco: también añade vibración para engañar al cerebro con las diferentes sensaciones.

Después de pasar el dispositivo por todo el rostro, llega el momento (temido, al encontrarse la piel ya muy caliente) de crear vectores de tensado para embellecer zonas concretas como los pómulos y el ángulo mandibular, el que tanto gusta definir a los asiáticos. «Chincheta, chincheta», describe la doctora con cada nuevo flashazo que se clava en mi piel, a cuatro pasadas por zona. Es como si me estuviesen haciendo un pespunte en el óvalo, me pongo rígida como una tabla y la doctora me anima entre risas: «La belleza está entrando». La máquina muestra que de los 900 pinchazos recomendados ¿solo? llevo 650. Me digo a regañadientes: «Aguanta un poco más, inversión en colágeno».

Los resultados

Nada más terminar, noto un tanto sensibilizada la zona de la mandíbula, pero no dura ni media hora. Así es como me veo la cara: más definida y estilizada, sobre todo en la parte del mentón (línea de mandíbula) y pómulos. El efecto es de pulido en general, como si me hubiesen pasado una goma de borrar. Tengo muy buena cara, jugosa y las arrugas se ven menos marcadas, a pesar de que no es un tratamiento que se focalice en ellas.

Alucino con las rojeces, esas dos chapetas que se incendian cuando paso del frío al calor (la calefacción en el hospital está a tope). Han desaparecido y se me ve nívea y descansada. La textura de la piel está más compacta. No hay más que hacer la prueba del moflete. ¿Cuesta pellizcarlo? Eso es Thermage. «Es como si te hubiesen planchado. La piel no se descuelga: se recoloca y queda sellada.

La línea mandibular es una de las zonas que trata Thermage FXL. FOTO: Launchmetrics Spotlight.

Las cejas están más subidas, como si les hubiesen clavado chinchetas unos milímetros arriba. De hecho, a esta potente radiofrecuencia se la reconoce como la única alternativa a la blefaroplastia en párpados ligeramente caídos (si están encapotados hay que pasar a la cirugía).

Esto es nada más salir y al día siguiente. Tengo buena cara, pero el pico de los tres meses debe de ser espectacular. Lo comenta la doctora, que también lo ha probado: «Te vas dando cuenta poco a poco. Te dirán que estás muy guapa». ¡A la espera quedo!

A favor

- Ahorro de tiempo: en una única sesión Thermage FLX consigue tal estimulación de colágeno que no hace falta volver hasta el año siguiente. Otras radiofrecuencias son «flor de un día» y requieren dos sesiones mensuales.

- Inviertes en un efecto inmediato y a largo plazo: una sale de la sesión con el rostro reafirmado y jugoso. Pasan las semanas y es como si la piel hubiese ganado en calidad, con la barrera cutánea más fuerte y el tono más uniforme (sigo sin rojeces).

- Rostro descansado para todo el día: es uno de los efectos más notables. Me hice Thermage FLX a final de la tarde y mi cara estaba fresca como una manzana. Vas por la vida como una señora ociosa que ha dormido diez horas.

-En párpados ligeramente caídos, provoca un efecto lifting inmediato.

En contra

-No es que resulte molesto; ¡es que duele! Depende, eso sí, del tipo de piel. En la mía, al ser fina, se percibe más. Las más gruesas, me cuentan, lo sobrellevan mejor.

-La hora y media de consulta se hace un pelín larga. Si pudiese pedir un deseo para este protocolo sería el de dejarlo en 45 min., lo que dura una ponencia motivadora.

- El precio puede ser un handicap, pero piensa en cuántos bonos de otras radiofrecuencias te compras a lo largo del año y... salen las cuentas. Inviertes una vez al año, pero es la gran apuesta por tu colágeno.

Otros tratamientos similares

El tratamiento que, digamos, es similar a Thermage FLX en cuanto a resultados (incluso precio) es Ultherapy, del que también se habla en términos de «inversión anual», ya que se realiza en una única sesión. Las distingue es la tecnología: Thermage trabaja con radiofrecuencia y Ultherapy lo hace con ultrasonidos; de ahí que se utilice un ecógrafo para ver las estructuras internas. Otra diferencia es que Thermage trabaja siempre al mismo nivel de profundidad, mientras que Ulherapy lo hace a dos: uno profundo y otro superficial.

Preguntamos a la doctora y nos cuenta que el objetivo de Thermage y Ultherapy es el mismo, calentar el colágeno para tratar la flacidez, y que sencillamente hay pacientes que son fieles a uno u otro. «¿Mi opinión? Pienso que Ultherapy es muy bueno para el tercio medio e inferior del rostro, y Thermage a nivel global, porque ayuda a levantar la cola de la ceja, al tensado de la piel... Focaliza muchísimo los puntos de ayuda que queremos marcar, y lo que siempre embellece es sellar a la altura del pómulo y la línea mandibular», subraya Lipperheide.

Respecto a Indiba o Accent, diríamos que estas dos son radiofrecuencias «menores» que se quedan en un nivel más superficial de la piel. Llegan a alcanzar los cuarenta grados, pero el calor se pierde en las capas externas. Los recomendaríamos para lograr un efecto flash.

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