Una buena rutina de cuidado facial gira en torno a la limpieza, hidratación y protección solar, pero el epítome del tratamiento es, para la mayoría de nosotras, la vitamina C. El insuperable antioxidante que levanta pasiones, destaca por sus propiedades antienvejecimiento e iluminadoras, y su capacidad para fortalecer la barrera cutánea contra la radiación solar y otros agresores externos. Es decir, sirve para paliar y prevenir los problemas más comunes de la piel. En general, deja un aspecto rejuvenecido en el rostro, al reducir la inflamación, unificar el tono (por la inhibición de la tirosinasa) y promover la producción de colágeno saludable, que a ciertas edades se ralentiza, perdiendo densidad en la tez.
La forma más eficaz de aplicar la vitamina C como ingrediente tópico, es mediante un sérum, por ser una fórmula de alta concentración , lo que significa mayor potencia. Sin embargo, los derivados de este activo multitarea pueden ser muy delicados y no cualquier sérum asegura los resultados visibles que tan ansiosamente buscamos. Por eso, le hemos preguntado a las expertas en dermofarmacia Ana Fernández y Gema Herrerías, acerca de cuáles son las mejores formulaciones y cómo podemos aumentar su eficacia, entre otros aspectos que deberías tener en cuenta al usar vitamina C.
Si te surge la duda de por qué la vitamina C es mejor valorada qué otros antioxidantes en belleza, Fernández apunta a su carácter polifacético: «neutraliza el daño que provocan los radicales libres, es antiinflamatoria, previene el envejecimiento de la piel al estimular la síntesis de colágeno y evitar su degradación, mejora la elasticidad, tiene acción despigmentante, aporta luminosidad, favorece la cicatrización, potencia la acción fotoprotectora, reduce el enrojecimiento tras exposiciones solares o tratamientos médico-estéticos y mejora la función barrera (protectora) de nuestra piel», explica sobre todos los beneficios que posee. Un tratamiento completísimo ¿Verdad?
Además, según nos desvela la farmacéutica, es un activo que tiene la capacidad de acumularse y permanecer hasta 4 días en la dermis, si se aplica en su forma pura a concentraciones altas, del 10% o superior, y a un pH ácido (3,5 aprox). «De esta forma, con una aplicación al día es más que suficiente y si algún día olvidamos aplicarla no habría problema», indica Ana, responsable de la cuenta de Instagram @anita_farma. Eso sí, Gema Herrerías nos aclara que este tipo de formulación es solo para los cutis más resistentes.
¡Ojo! La vitamina C requiere de una buena conservación para no perder sus propiedades. Como explica Ana Fernández: «El envase ha de ser oscuro, cerrarlo inmediatamente después de su uso y preferiblemente elegir formatos pequeños ya que la vitamina C se oxida y degrada con facilidad al contacto con el aire, o al exponerse a la luz solar».
Aunque, la vitamina C es apta para todo tipo de pieles, su volatilidad hace importante elegir un cosmético que se adapte al estado y características de nuestra piel. Más eficaz en aquellas mujeres con piel madura e «indispensable en pieles preocupadas por la falta de luminosidad y alteración de la pigmentación», afirma Gema. Las sensibilizadas, podrán optar por una presentación con sales de vitamina C (como el 3-0-ethyl ascorbic acid), que tienen buena tolerancia, o elegir otro antioxidante como la niacinamida, aconseja Fernández.
Ambas expertas coinciden en que la mejor forma de incorporarlo a nuestra rutina facial es por la mañana: «Después de la higiene de la piel, ya sea concentrado en formato sérum o como ampolla, y en pieles secas podemos complementar con una crema encima. Por supuesto, en el último paso la protección solar», dice Herrerías. Complementar por la noche con otros activos transformadores como los retinoides y los ácidos, es la opción más beneficiosa según Ana.
¿Qué debe tener un cosmético de vitamina C para ser mágico? «La fórmula más eficaz hay que valorarla no solo por el tipo de vitamina C y su concentración, sino que vendrá determinada por el conjunto de los ingredientes y los estudios clínicos que lo avalen», nos explica la fundadora de 'gh.' Gema Herrerías. A lo que añade Ana: «La forma más activa de la vitamina C es su forma ácida pura: el ácido L-ascórbico, a una concentración del 10-20%. Si queremos saber si un cosmético realmente lo contiene búscalo en el listado de ingredientes, aparecerá como Ascorbic Acid».
Fernández nos insta a que pongamos el foco en el pH, necesario sobre el 3'5 para la penetración en las capas de la piel, pero irritante si es inferior a 3, por su acidez. Según los conocimientos de Gema y Ana, lo ideal para la vitamina C es que se combine en una misma composición con otros antioxidantes, para que se regeneren unos a otros, así como ácido ferúlico o phloretina (que mejoran la estabilidad química y potencia), y la vitamina E. Por el contrario, la mezcla con niacinamina (en un producto separado) puede ser irritante. Lo mejor para curarnos en salud es separar los ingredientes más potentes para la noche o alternarlos, nos explican las dos farmacéuticas.
Como broche final, estas reputadas profesionales en dermofarmacia nos dan sus recomendaciones sobre los mejores sérums y ampollas con vitamina C.
Ana Fernández destaca la eficacia de la línea de vitamina C de la marca SkinCeuticals, que cuentan con diversos estudios científicos que avalan los resultados. Para pieles normales a secas, se decanta por CE Ferulic, con un 15% de vitamina C pura, 1% de vitamina E y 0,5% de ácido ferúlico. Aquellas con manchas elegirán el Phloretin, con un 10% de ácido L-ascórbico, 0,5% de ferúlico y 2% de floretina, Y, las grasas o con tendencia a imperfecciones, Silymarin: 15% de vitamina C pura, 0,5% ferúlico, 0,5% silimarina (seborreguladora, anti-imperfecciones) y 0,5% ácido salicílico.
«En pieles sensibles prefiero emplear el Vital C de Seglé, que contiene un 5% de 3-0-ethyl ascorbic acid y un extracto de microalgas, ácido hialurónico, glucosamina y pantenol que van a ayudar entre otras cosas a reparar, mejorar la hidratación y la función barrera de la piel», concluye Ana.
Por su parte, Gema Herrerías aconseja las ampollas Black Diamond Skin Complex Advanced de Martiderm, para piel seca y madura. Las mejores opciones para piel grasa son, «texturas sérum en gel muy ligeras, sin acabado graso, como gh 10 ANTIOX-VIS serum gel, que contiene una combinación exclusiva de vitamina C estabilizada -como 3-0 ethyl ascorbic acid- con otros extractos antioxidantes». Mientras que sus consejos para las pieles sensibles son «derivados estabilizados de la vitamina C como Ascorbyl Glucoside, que requieren un pH más alto, una menor concentración y por tanto menos irritante. Por ejemplo, A-Oxitive sérum de Avène». ¿Lista para introducir un sérum de vitamina C este otoño?
20 de enero-18 de febrero
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