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Ana Cristina Portillo: así se ha convertido la hija pequeña de Sandra Domecq (y hermanastra de Alejandra, Claudia y Eugenia Osborne) en influencer de alto nivel, con la mejor cuenta de Instagram de todo el clan

Ana Cristina Portillo, la hija que Sandra Domecq tuvo con el empresario Fernando Portillo tras su divorcio de Bertín Osborne, es para el cantante «una hija más». La hermana pequeña de Eugenia, Alejandra y Claudia Osborne Domecq tiene formación de empresaria y un Instagram digno de una influencer. Prepárate para empezar a robarle ideas.

Ana Cristina Portillo es la hermana pequeña del clan Osborne y una de las más estilosas. Si quieres ver los mejores looks de su hermana Claudia, pincha en la imagen./instagram

Ana Cristina Portillo es la hermana pequeña del clan Osborne y una de las más estilosas. Si quieres ver los mejores looks de su hermana Claudia, pincha en la imagen. / instagram

Silvia Vivas
Silvia Vivas

A pesar de compartir madre, Sandra Domecq , pero no padre, la relación de Ana Cristina Portillo con Alejandra, Eugenia y Claudia Osborne es la de cuatro hermanas unidas en lo bueno y lo no tan bueno. Juntas han superado múltiples obstáculos incluida la desaparición temprana de Sandra Domecq, que falleció en 2004 dejándolas huérfanas y con un recuerdo doloroso para siempre grabado en su corazón y su piel: todas las hermanas llevan tatuado un pequeño 13 en su anatomía en recuerdo del día de nacimiento y muerte de su madre.

Juntas también han pasado buenos ratos en las vacaciones de verano y navidades de la casa de Jerez, han respondido como una piña a todos los cotilleos que se ciernen sobre su mediática familia (no olvidemos el revuelo de la última separación de Bertín Osborne y Fabiola Martínez ) e incluso han compartido negocio (como cuando han protagonizado este año la campaña de la firma de moda Hoss Intropia). Pero ya es hora de prestar atención a la más pequeña del clan, Ana Cristina Portillo, porque tiene motivos más que de sobra para brillar con luz propia.

Ana Cristina Portillo empresaria, amazona, instagramer...

La bautizaron con el nombre de su abuela materna, perdió a su madre con tan solo 11 años y ha sido desde siempre el ojito derecho de su hermana Eugenia, la psicóloga e influencer del clan Osborne con cuya familia Ana Cristina pasó mucho tiempo cuando estudiaba Administración de empresas en Madrid.

Antes de la etapa madrileña Ana Cristina Portillo pasó dos años estudiando en el mismo internado inglés al que acudió Victoria Federica y después en un colegio sevillano tan exclusivo como el inglés. Y después de Madrid llegó Nueva York, el Berkeley College, los máster y la especialización en gestión de patrimonio. Con un currículum así no es extraño que haya conseguido trabajo en la banca privada o en la empresa en la que se encuentra en este momento, especializada en servicios portuarios y de aduanas.

Su cuenta de Instagram, como no podía ser de otra forma, es tan brillante como su curriculum y una fuente de inspiración de moda y lifestyle muy en la línea de elegancia, estética cuidadísima y mensajes positivos de su hermana más fuerte en redes Eugenia Osborne. Ya posee más de 24.000 seguidores y aunque esta todavía lejos de los 174.000 de su hermana mayor… todo se andará.

Vídeo. Eugenia Osborne, feliz por la relación de su hermana Claudia con José Entrecanales

De momento, como el resto de sus hermanas, Ana Cristina Portillo ha demostrado ser una auténtica mujer del renacimiento con múltiples facetas. Si Alejandra abandonó la productora paterna para hacerse empresaria hostelera con restaurante propio al tiempo que ofrece sus servicios de interiorismo; Eugenia pasó de estudiar psicología a diseñar joyas a dominar internet y Claudia se ha reformado como coach y escritora, Ana Cristina Portillo no ha querido quedarse atrás: su interés por la moda crece día a día y ya ha protagonizado campañas junto a sus hermanas para El Corte Inglés y ha cantado las excelencias de los perfumes de Carolina Herrera en su cuenta de Instagram.

Cuando no trabaja ni visita a sus sobrinos la vida de Ana Cristina sigue teniendo un ritmo frenético: se la ha visto esquiando en Andorra, viajando a Bali, surfeando en cualquier lugar del globo donde haya buenas olas y, su pasatiempo favorito, practicando equitación en su amado Jerez de la Frontera.