Carolina Molas, suegra de Tamara Falcó. / GTRES

juntas en roma

Carolina Molas, de suegra a segunda madre para Tamara Falcó: las claves de una relación espontánea y sin dramas

Tamara Falcó ha hecho una escapada a Roma con su marido, Íñigo Onieva, y su suegra, Carolina Molas.

Tras su luna de miel y sus vacaciones posteriores, Tamara Falcó sigue disfrutando de viajes de placer, como evidencia su última escapada a Roma con su marido, Íñigo Onieva, y su suegra, Carolina Molas, con quien mantiene una excelente relación. Los tres han visitado en estos días algunos de los lugares más emblemáticos de la Ciudad Eterna, como han dejado de manifiesto en sus redes sociales.

Tamara Falcó y su suegra, Carolina Molas, han encajado perfectamente desde el inicio de la socialité con Íñigo Onieva. Son solo 13 años los que separan a ambas ya que la hija de Isabel Preysler y el recordado marqués de Griñón tiene 41, y la empresaria 54, pues fue madre muy joven. Por su parte, la madre de Tamara, Isabel Preysler, tiene 72, por lo que hay una diferencia generacional mayor.

Carolina Molas ha llevado con enorme discreción la relación de su hijo con Tamara Falcó. Especialmente en los momentos más delicados, cuando la pareja rompió por la infidelidad de Íñigo, que finalmente la colaboradora de El Hormiguero 3.0. perdonó. En la boda de la pareja, celebrada en El Rincón el 8 de julio del año pasado, fue madrina de su hijo y una de las invitadas más elegantes, con un espectacular traje de Lorenzo Caprile.

La enorme discreción de Carolina Molas

Siempre muy discreta, Carolina Molas evita pronunciarse sobre cualquier asunto relacionado con el matrimonio de su hijo, pero al ser abordada por los reporteros en plena calle recientemente manifestó que le encantaría ser abuela, aunque destacó que era un asunto que les incumbía exclusivamente a ellos. Tamara Falcó e Íñigo Onieva fueron fotografiados recientemente acudiendo a una clínica de fertilidad y la hija de Isabel Preysler ha manifestado que es su deseo ser madre en cuanto sea posible.

Carolina Molas y Tamara Falcó en Roma. / instagram iñigo onieva

Aunque Tamara Falcó siempre ha estado muy unida a su madre, Isabel Preysler, cuyos consejos y opiniones siempre ha tenido muy en cuenta, no se ha prodigado en exceso con ella en situaciones que no sean acontecimientos familiares, portadas o eventos profesionales. De vez en cuando, la marquesa de Griñón hace algunos comentarios respecto a su relación materno-filial, pero en tono divertido, y guardan para su intimidad sus momentos más personales.

Su suegra, Carolina Molas, ya aclaró en su momento que la boda de su hijo y Tamara Falcó había sido más bonita de lo que habían imaginado, que el momento que más le emocionó fue el baile de los novios y que no había ninguna tensión con su consuegra, Isabel Preysler, como algunos habían insinuado.

Una familia amenazada por ETA y la muerte de su hijo

Carolina Molas ha concedido recientemente una entrevista a Forbes Women, la primera en profundidad que ha concedido. En ella incide en lo pronto que fue madre, ya que con solo 25 años tenía cuatro hijos. Uno de ellos falleció de meningitis con tan solo siete años, un durísimo golpe que tuvieron que aceptar y asimilar.

Carolina Molas junto a su hijo, Íñigo Onieva. / GTRES

La entrevista está centrada en la empresa familiar, Cemevisa, que su padre fundó en 1963. Veinte años más tarde tuvieron que huir del País Vasco ante la amenaza de ETA y en 2022 la empresaria recibió el premio a la CEO del Año en Distribución de Electrodomésticos de Consumo, un galardón que precisamente dedicó a su progenitor y que le llenó de emoción.

La empresaria desvela que es una mezcla de su padre y de su madre. De su progenitor asegura que era tremendamente trabajador, «tosco, pero con el corazón de oro». De su madre subraya que es muy distinta, que es una mujer «diplomática y dulce». Sobre el futuro asegura que, pese al gran apego que le tiene a su trabajo, «no quiero jubilarme de anciana».