Con motivo de la conferencia que el aventurero Kitín Muñoz ofreció en el Club Siglo XXI para conmemorar sus 40 años de viajes y expediciones por el mundo, la familia casi al completo se reunió en los salones de este Club. Fue un emotivo encuentro que hizo que Muñoz no pudiera contener las lágrimas al recordar algunos de los pasajes más especiales de su biografía. Junto a su mujer, la princesa Kalina de Bulgaria, y su hijo Simeón Hasan en primera fila, Kitín rememoró a su amigo e inspirador Miguel de la Quadra Salcedo y el momento de su infancia en que quería ser explorador.
Su charla fue amena y cuajada de datos. La era de los descubridores españoles, la relación de la Corona con la llegada a América, su experiencia personal con la creación de la balsa Mata Rangi, sus viajes por el Nilo, el Polo Norte o las islas Fiji...Los éxitos y las caídas, los apoyos y las patadas, su vida en Marruecos y su vínculo con el rey alauita... Y por supuesto, el apoyo que tuvo de la Casa Real cuando era un simple aventurero y se llevó a la isla de Pascua al entonces Príncipe de Asturias y hoy Rey.
Con su sus suegros Simeón y Margarita de Bulgaria en primera fila, Muñoz solo tuvo palabras de agradecimiento y admiración hacia ellos, en un gesto que dejó clara la buena relación entre ellos, algo que no se podría extender a toda la familia. Pero esa es otra guerra. Lo que a Muñoz le ha dolido de manera especial es que a raíz de ese acto hayan salido en una web unos comentarios sobre el físico de Kalina que, además de considerar de pésimo gusto y con el único fin de hacer daño, aclara que son totalmente falsos. De ahí que ahora estudie tomar medidas legales para resarcir la imagen de su esposa.
Cansado de que cada cierto tiempo se especule con el físico de la princesa en informaciones donde se afirma que se ha sometido a varios retoques de estética en la nariz, Muñoz ha querido poner fin a esas historias y, en contacto con 'Corazón', ha contado toda la verdad sobre la nariz de Kalina, una mujer que es toda una deportista y que cuida su alimentación de forma concienzuda apostando por la vida sana y las buenas costumbres.
« Todo empezó cuando Kalina tenía ocho años y se partió en el Colegio las dos paletas de los dientes. En el 1999, estudiando arte en Londres fue a un dentista para ponerle fundas, con la mala suerte de que el dentista se equivocó y perforó además la base del hueso donde está el diente. Esto le causó serios problemas, una infección y una nueva intervención», comenta el aventurero.
«Durante mi ultima expedición en 2000, mi mujer tenía su propia tienda de campaña en el campamento donde construí, con los indigenas aymaras y los nativos de la isla de Pascua, mi balsa de juncos Mata-Rangi III. Recién llegada de Londres, estando en mi campamento,se le reprodujo la infección. Nadie le dio importancia pues al principio parecía que se trataba de un problema menor. Le recomendaron que se enjuagara cada día con agua de mar mezclada con agua dulce y así hizo», relata Kitín Muñoz.
«Pasaron los días pero los dolores y las molestias no se iban e intentó combatirlos a besa de antibióticos y calmantes. En ese tiempo, mi expedición ya estaba lista para salir al mar y Kalina estuvo al lado en un barco de apoyo. El problema fue que la infección fue avanzando y en ese momento no era posible ir a un hospital dadas las malas condiciones del mar, por lo que empezó a empeorar acercándose de forma peligrosa al ojo», relata.
«Tuvimos que evacuarla de urgencia y trasladarla a un centro médico donde lucharon por salvar el ojo y la nariz de esa infección, lo más peligroso para su salud, sin importar los daños estéticos, que eran en ese momento cuestión menor. Esa es la verdad del accidente de la nariz de la Princesa Kalina. Todas las absurdas teorías de las diferentes operaciones y tratamientos de Kalina no son otra cosa que desinformación. Si no he aclarado esto antes es porque es un tema personal. Pero ahora le he pedido permiso para contar la verdad y acabar así con tantos bulos que habían vuelto a reproducirse encima con una doctora de estética que se ha atrevido a dar su opinión sobre algo que desconoce y que ya veremos cómo se expresa delante de nuestros abogados», explica.
Pero es Kalina de Bulgaria quien en Corazón rompe por primera vez su silencio sobre lo que sufrió con su nariz, precisamente justo cuando se iba a casar con Kitin. «Me parece muy doloroso que se frivolice con algo que para mí fue un trauma y que me pudo costar la vida o haberme quedado ciega. Tengo el umbral del dolor altísimo y nadie imagina lo mal que lo pasé. Esos momentos no se los deseo a nadie y me molesta que encima hayan sido dos mujeres, una periodista y una doctora, las que se hayan inventado cinco operaciones de estética en mi rostro para dar una información falsa y con muy malas artes», explica la princesa.
« Jamás me he tocado, porque he heredado la piel de mi padre y mi abuela que puedes observar sus rostros como están de planchados, y hasta la fecha sé que nadie podrá recuperar mi nariz porque es casi imposible que pueda volver a tener el aspecto de antes. Soy una deportista con una vida e sana», cuenta Kalina.
«Duermo muchas horas porque el descanso es fundamental, entreno a mis caballos a diario, mi marido me prepara con tablas en el gimnasio, llevo una alimentación sana y natural, no bebo ni fumo, no hago nada de vida social, me ocupo de mi hijo y vivo al margen de dimes y diretes pero muchas veces te llegan cosas que te hieren. Mi hijo ya se entera de casi todo y no voy a permitir que sufra leyendo críticas falsas contra su madre», se explica Kalina, una mujer con una voz dulce e hipersensible que está muy cansada de que su físico sea pasto de comentarios muy ajenos a la realidad. «Superé el cambio de mi físico porque siempre tuve claro que lo importante era salvar mi vida y mi vista», añade queriendo dar por zanjado este asunto.
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