No parece que el conflicto entre Rocío Carrasco y su hija, Rocío Flores, con quien lleva nada menos que ocho años sin hablarse, vaya a tocar a su fin. A menos, no de manera inmediata. Y en medio de la encrucijada de tener que pronunciarse al respecto en las tertulias de corazón, se encuentra Terelu Campos ( su espectacular cambio físico postconfinamiento ), que guarda una amistad casi fraternal con la madre y que, en ocasiones, no ha podido evitar manifestarse.
Y, en cierto modo, se siente arrepentida, porque ese intento de mediación no le ha salido como esperaba. Lo manifestaba ayer en el plató de 'Viva la vida', donde colabora desde que dejara 'Sálvame'. " He intentando hasta la saciedad no hablar del tema. Pero a veces me ponéis el puñal vosotros para que hable", se quejaba Terelu, que en ocasiones no puede evitar tener que pronunciarse.
"No creo que me arrepienta pero a veces sí. Porque por apaciguar, me ha salido el tiro por la culata", explicaba Campos tras haber sentenciado: " Me gustaría que madre e hija hablaran pero no voy a decir más. Todos, de alguna manera, hemos contribuido a que igual no se hablen". Porque, evidentemente, cada tertuliano que ha vertido su opinión ha contribuido a avivar el fuego de uno de los temas más candentes desde que Flores empezase su concurso en 'Supervivientes 2020'.
Terelu se negaba a pronunciarse sobre el hijo de su amiga y Antonio David Flores, que era uno de los temas que salía en la tarde de 'Viva la vida', y decía de manera muy rotunda: " A nadie, nadie, se le debería permitir hablar de ese niño, exceptuando a sus padres".