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El discreto verano de doña Sofía

La madre del Rey Felipe, que ha decidido permanecer en Zarzuela, ha pasado el verano manteniendo un perfil bajo tras la marcha de don Juan Carlos de España.

Doña Sofía en Mallorca antes de la suelta de una tortuga en la que participó hace unos días. / Gtres.

Hoy Corazón
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Marivent ha sido un año más el refugio estival de doña Sofía. Pero el de 2020 no ha sido un verano como los demás. A la crisis sanitaria que tiene al planeta en vilo se ha unido la salida de don Juan Carlos de España, y ante el revuelo mediático , doña Sofía ha preferido mantener la discreción y disfrutar de la tranquilidad de los jardines del palacio mallorquín.

Doña Sofía llegó por primera vez al palacio de Marivent en 1973 y desde entonces cada verano ha disfrutado de las bondades del clima balear, del mar Mediterráneo y de alguna que otra salida por la isla que cada año la acoge y donde sus habitantes le hacen sentir su cariño verano tras verano. Pero este agosto ha preferido quedarse tras los muros de palacio casi todo el tiempo.

De hecho, aunque se sabe que llegó a la isla a mediados de julio, solo se ha dejado ver en un par de ocasiones. La primera, el 19 de agosto. Habían pasado ya dos semanas desde que don Juan Carlos anunciara al Rey Felipe que abandonaba el país y doña Sofía salía a hacer unas compras.

La acompañaban el matrimonio Fruchaud, sus incondicionales en la isla. Con ellos es habitual verla paseando en los veranos en Palma de Mallorca, ya que además de amigos, se da la circunstancia de que la mujer del doctor Jean Henry Fruchaud, Tatiana Radziwil, es prima de doña Sofía. Junto a ellos estaba también quien ha sido uno de los mayores apoyos de doña Sofía a lo largo de toda su vida: su hermana, la princesa Irene de Grecia.

La relación de doña Sofía con sus hermanos siempre ha sido muy estrecha y eso se traduce en un vínculo sólido con toda la familia real griega. Esa unión quedará de nuevo escenificada dentro de unos meses cuando se celebre la próxima boda real. Y es que Felipe de Grecia, sobrino de doña Sofía, acaba de anunciar su compromiso con Nina Flohr, hija del fundador de la aerolínea privada Vista Jet.

Lo hizo con un comunicado que llegaba a los medios esta semana. "Sus Majestades el rey Constantino y la reina Ana María están encantados de anunciar el compromiso de su hijo menor , el príncipe Philippos, con Nina Nastassja Flohr, hija de Thomas Flohr y Katharina Flohr. Nina y Philippos se comprometieron en la isla de Ítaca, en Grecia, a principios de este verano. Los detalles de su boda se darán a conocer a su debido tiempo", aseguraba el escrito.

Aunque no todo son buenas noticias en la casa real griega. Poco después de hacerse oficial el compromis, llegaba un disgusto. El pasado día 2 de septiembre la policía griega notificaba que las tumbas de los reyes Pablo y Federica de Grecia, padres de doña Sofía, habían sido objeto de un acto vandálico. Las sepulturas, situados en los jardines del Palacio de Tatoi, habían sufrido daños y presentaban roturas y golpes. Ese rincon de los jardines es cada año, es lugar de reunión de la familia real, que acude para celebrar una misa funeral.

Este año ese encuentro no se ha podido celebrar por culpa de la pandemia que ha convertido este en un verano insólito. Sin embargo, pese a los cambios e incertidumbres el estío tiene visos de terminar como los anteriores para doña Sofía: volviendo a Zarzuela. Allí tiene intención de permanecer tras la salida de don Juan Carlos, con quien se dejó ver por última vez en público en el funeral de Plácido Arango, a finales de febrero.

Lo que habrá que esperar es para ver si su agenda pública se mantiene tan llena como siempre y si la situación sanitaria pemite que la veamos de manera más oficiosa haciendo algo que siempre le ha gustado: ser simplemente una abuela que pasa tiempo con sus nietos.