Cumplir años puede ser (solo) una cuestión de calendario. Isabel Presyler , que este sábado 18 de febrero sopla 72 velas, lo sabe bien, y también cree a pies juntillas que esos setenta y dos pueden ser los nuevos sesenta, los nuevos cincuenta o los nuevos los que quieras que sean. La socialité sigue tan activa como siempre lo estuvo y, ni la tormentosa ruptura de Mario Vargas Llosa que está viviendo (el asunto aún colea), ni esa boda interruptus de su hija Tamara Falcó , le quitan el sueño.
Preysler es mucha Preysler, y su biografía así lo demuestras: la socialité ha logrado sobrevivir a un buen puñado de reveses que la vida le ha ido poniendo en el camino. El suyo comienza hace muchos años y en un país muy, muy lejano, como en los cuentos. Después llegaría a España: corría el año 1969, ella tenía 18 años y empezaba a escribir las primeras líneas de un largo libro vital que repasamos ahora.
María Isabel Preysler Arrastia vino al mundo en Manila el 8 de febrero de 1951 convirtiéndose en la tercera de seis hermanos. Se formó en un colegio de monjas francesas y se crió en uno de los mejores barrios de Manila, porque los Preysler estaban bien situados económicamente. Alternó en las fiestas de la alta sociedad y se enamoró con 17 años de un playboy. Eso propulsó su llegada España.
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En 1969 una joven Isabel Preysler llega a Madrid para instalarse con sus tíos, Teresa Arrastia y Miguel Pérez Rubio, una pareja atípica que escondía un escándalo. La pareja se codeaba con los más influyentes en la pacata sociedad franquista. Entre cócteles y fiestas, ambos habían dejado a sus parejas e hijos en Filipinas.
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En 1971, ni Julio Iglesias era un artista mundialmente conocido ni Isabel Presyler la reina de corazones que es hoy día. Tras solo siete meses de noviazgo, la apareja se prometía amor eterno en Illescas, Toledo. La ceremonia supuso un disgusto para los Presyler y fue tremendamente incómoda para la novia. Mucho tiempo después se supo que a banda de raso de la cintura de su vestido de novia ocultaba el embarazo de Chabeli y el verdadero motivo de la precipitada ceremonia con el cantante.
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Poco a poco, a golpe de portada, salidas, posados y eventos, Isabel se va abriendo hueco, por mérito propio, en los círculos sociales más importantes de la época. También se va acuñando una imagen que la ha convertido en referente de moda a lo largo de estas cinco décadas. Su elegancia natural, su sofisticación y una capacidad innata para adaptar las modas y tendencias a su estilo personal, y no al revés, lo han hecho posible.
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Su círculo más íntimo está poblado por mujeres y hombres que comparten los mismos rasgos: poder, estilo y discreción. Los amigos de Isabel lo saben todo de ella, pero no dicen nada. Algunas de ellas, como las hermanas Lapique, forman parte de su núcleo duro desde hace décadas.
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A principios de los 80, llega un nuevo bombazo firmado por Isabel Preysler: su boda secreta con Carlos Falcó. Por amor, ella deja las fiestas de la capital para a vivir al campo con el Marqués de Griñón. De esa relación nació su cuarta hija, Tamara Falcó, que por cierto, también se casará este año, y en la finca de El Rincón, el refugio de Falcó. La boda terminó en divorcio.
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Fueron una pareja atípica: la reina del papel couché y uno de los ministros más reconocidos de la etapa de Felipe González. Isabel Preysler y Miguel Boyer protagonizaron una historia de amor por la que pocos apostaban pocos apostaban y que duró casi tres décadas. En esta ocasión, fue la muerte la que les separó: en 2012, Boyer sufría un derrame cerebral. Dos años después, fallecía.
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La vida social de Isabel Preysler es envidiable, pero salir de su círculo íntimo es mucho más sencillo que entrar en él. Su agenda de contactos es la envidia de cualquiera, pero también de ahí han ido saliendo amistades que lo fueron un día, pero ya no: desde amigas de aquellos primeros años de la socialité en nuestro país que se han quedado por el camino hasta algunas nombres con peso propio, como el de Carmen Martínez Bordiú con la que tuvo una estrecha amistad que acabó enfriándose.
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En 1986, cuando Isabel y Mario se conocieron gracias a una entrevista que la socialité le hizo al escritor, algo debió de quedar en el aire para que décadas después sus caminos se volvieran a cruzar. El Nobel no sabía entonces quién era aquella mujer con tanto peso en la sociedad española y tampoco podía imaginarse que un día acabaría compartiendo alfombras rojas con ella. Su relación pilló por sorpresa a más de uno y dejó a los Vargas Llosa con un cabreo que ha cicatrizado hace unas semanas en París.
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Isabel Preysler llega a los 72 con una recién estrenada soltería que está resultando ser más espinosa de lo esperado. Ella, que siempre ha sido el epítome de la discreción, que ha sabido salir de otras rupturas airosa, está viviendo la de Vargas Llosa a bombo y platillo. Los cruces de acusaciones entre ambos o a través de terceros (Tamara, la familia del escritor) están regalando jugosos titulares. De momento, las espadas están en alto y la contienda parece no llegar a su fin.
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Cinco hijos ha tenido Isabel Preysler de sus tres matrimonios, de todos ellos Chábeli Iglesias fue una de las primeras en empezar a destacar, pero después de algunos escarceos con la prensa prefirió perderse al otro lado del charco. Con el tiempo, Enrique se convertiría en un cantante que rivaliza con su padre, y Julio José en un todoterreno que lo mismo canta, que interpreta, que presenta. Ana Boyer ha encontrado estabilidad vital junto a Fernando Verdasco y Tamara se ha convertido en la más mediática de todos ellos por mérito propio.
20 de enero-18 de febrero
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