Ha sido el retorno más comentado de la semana, junto a la inminente reaparición del rey Juan Carlos en costas españolas. Ana Soria y Enrique Ponce, desaparecidos en combate tras una tormenta perfecta y viral que duró todo un verano (el de 2020), han vuelto a las andadas con nuevas revelaciones sobre su vida amorosa. Este paso al frente en la crónica social era algo que no entraba en las quinielas de nadie, resignados como estábamos ante la desaparición de las redes de la pareja, el cerrojazo a los planes de debutar como cantante del torero y el dorado retiro almeriense de la pareja. Sin embargo, el diestro y la estudiante han hecho jugosas declaraciones que ponen los puntos sobre las íes acerca de su amor presente y futuro, una vindicación de su relación que parece anhelar el efecto redentor de un Chanelazo. ¿Es este el momento de reconocer que nos equivocamos con el flechazo de Soria y Ponce y, por tanto, proceder a elevarlos a los altares del romanticismo siglo XIX?
Tanto Ana Soria como Enrique Ponce han querido comunicar al público el estado actual de su relación, un amor descompensado (él rondaba ya los 50 años y planeaba retirada profesional, mientras que ella, de 22, empezaba la carrera de Derecho) que además hacía añicos el que hasta la fecha parecía un matrimonio perfecto con Paloma Cuevas. Ahora que se cumplen dos años de su flechazo, ambos se reivindican y reivindican su historia como una victoria frente al mundo. Un Chanelazo en toda regla, vamos. Ana Soria, cuya carrera como influencer duró dos segundos debido a las críticas virales, y Enrique Ponce conversaron por teléfono con un periodista de un conocido programa de televisión rosa para explicarse directamente.
«No es justo es el tiempo que llevamos aguantando esta cantidad de mentiras que soportamos. Quiero a Ana con locura. Es la mujer más maravillosa que he conocido en mi vida«, decía Ponce desde su casa, un chalet de lujo alquilado en una conocida urbanización de Almería. »Quiero aclarar que, le pese a quien le pese, Ana y yo estamos muy enamorados, Ana es la mujer más increíble, en todos los sentidos, que he conocido y quiero pasar el resto de mi vida con ella, quiero a Ana con locura«.
«Hemos intentado hacer todo lo posible por quitarnos de en medio pero el amor que sentimos el uno por el otro es lo que nos mantiene aquí. Quiero a Enrique más que a mi vida», confesaba Ana Soria emocionada. «¡Qué más da la edad! Eso es un número. Está demostrado que el amor no tiene edad. Enrique me aporta muchísima sabiduría, conocimientos, manera de ver la vida...».
«Claro que me veo con él para toda la vida», insistía Soria. «Dicen que el amor lo puede todo y realmente es así porque esto nos ha hecho incluso más fuertes como pareja. Estamos en una etapa en la que queremos disfrutar de nuestra relación. Somos gente normal que intentamos hacer nuestra vida enamorados, y lo único es que tenemos que aguantar a veces este tipo de cosas que queman».
La guinda de este Chanelazo anunciado la ofrece Enrique Ponce en la portada de una revista del corazón, donde anuncia su intención de pedirle matrimonio a Ana Soria: «Estoy esperando el momento adecuado», revela. No deja de sorprender que anuncia lo que habría de ser algo parecido a una sorpresa… Parece, más bien, que Ponce anuncia al mundo una pedida que se habría producido ya. De hecho, se ha publicado que él le ha regalado a ella la mitad de la casa valorada en un millón de euros en la que comenzarán su deseada vida matrimonial. Próxima parada: los bebés.