La nueva generación de mujeres de la Casa Alba: dónde resiste el espíritu único de la duquesa Cayetana

Aunque la familia Alba no para de crecer, nadie hace sombra a la herencia de Cayetana Fitz-James Stuart, décimo octava Duquesa de Alba y uno de los personajes más queridos de la crónica social española del siglo XX y XXI. Se ha dicho todo sobre su seductora personalidad, mucho más poderosa que sus innumerables títulos. Cayetana de Alba fue catorce veces grande, pero mucho más grande es la leyenda que ha convertido en su biografía en un un relato ampliamente admirado.

Fue una testigo privilegiada de su tiempo: no olvidemos que vivió el final del reinado de Alfonso XIII, la II República, la Guerra Civil, la II Guerra Mundial y hasta compartió juegos con la futura reina Isabel II. Y, sin embargo, lo que conquistó fue su temperamento: amante de lo popular, del Rocío y la Feria de Abril, del flamenco, del arte y de los artistas. La Duquesa de Alba fue hippy cuando tocaba, en los años 70. Triunfó junto a la jet set en las fiestas marbellíes de los 80. En los 90, sufrió la llegada de la televisión rosa que perseguía a sus hijos pequeños, Eugenia y Cayetano. Con el nuevo siglo, la duquesa Cayetana se puso el mundo por montera y se casó por tercera vez. Bailó descalza sobre la alfombra roja que conducía al palacio de Dueñas.

Una tercera generación de mujeres comienza a despuntar en la familia Alba, de nuevo personajes centrales para la crónica social que podrían recoger, de una manera u otra, el testigo de estilo de la Duquesa más grande que ha tenido la aristocracia española. Podrían, pero… ¿Lo hacen? No parece que las nuevas protagonistas de la Casa Alba reproduzcan en algún aspecto el talante libre y creativo de Cayetana. Nos referimos a las esposas de los hijos del Duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, hijo mayor de la añorada Duquesa. Son Sofía Palazuelo, casada en 2018 con Fernando Fitz-James Stuart y Solís, duque de Huéscar, y madre de la pequeña Rosario. Y Belén Corsini, casada en el pasado mayo con Carlos ArturoFitz-James Stuart y Solís, conde de Osorno.

De Sofía Palazuelo y Belén Corsini se dice que son extremadamente parecidas, una réplica la una de la otra no solo en el físico sino en el estilo. Ninguna de las dos parece desear destacar en ninguna otra actividad que no sea la de llevar una discreta vida social, trabajar en el negocio familiar y cuidar de la familia. Las dos veranean en ese fortín que es Sotogrande y lo dan todo en las bodas de la alta sociedad en las que son invitadas fijas: sus looks son casi siempre portada. El padre de Sofía es Fernando Palazuelo Baldasúa, arquitecto y empresario mallorquín, y su madre Sofía Barroso, experta en arte. El padre de Belén es Juan Carlos Corsini Muñoz de Rivera, heredero del fundador de la constructora Corsán, figura entre los hombres más ricos de España.

Si entre la familia política no encontramos a una heredera del talante y la personalidad de Cayetana de Alba, queda explorar la nueva generación de descendientes directas. Una personalidad que, por lo que cuentan las crónicas, promete es la de Amina Martínez de Irujo, hija de Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova. Es la hermana melliza de Luis, de 21 años, y la mujer menos mediática de la tercera generación Alba, donde Tana Rivera, Sofía Palazuelo o Inés Domecq rivalizan por los focos. De hecho, solo alcanzamos a verla en Instagram gracias a su puesta de largo en 2019 en el Baile de Debutantes de París: prácticamente toda su vida ha transcurrido en el extranjero.

Dicen que a Amina, nieta de la fallecida Duquesa de Alba, le gusta el arte, salir de fiestas con sus amigas (especialmente con Gigi Moragas, hija de Jorge Moragas, mano derecha de Mariano Rajoy; Martina Figo, hija del ex futbolista Luis Figo, o Luis Osorio, hijo de Blanca Suelves) y, especialmente Ibiza. Esta preferencia por la isla balear la une especialmente a su abuela, aunque también posee cierta determinación en el gesto que recuerda a la Duquesa de Alba. Como a esta, también le apasiona la pintura, viajar, la feria de Abril y la Semana Santa de Sevilla, y prefiere una fiesta sin etiqueta que convertirse en una socialité profesional. La seguiremos porque promete.

Mucho más cerca físicamente de su abuela está Brianda Fitz-James Stuart, de 36 años, hija de Eugenia Fernández de Castro y Jacobo Siruela, probablemente el hijo de Cayetana de Alba con una trayectoria personal y profesional más interesante. La ensortijada melena corta de Brianda recuerda muchísimo al mejor look de la Duquesa de Alba. Pintora, ilustradora, diseñadora de estampados, modelo y DJ, llegó a vestir a su abuela cuando formaba parte de la marca La Casita de Wendy. «Se ponía los diseños más atrevidos y coloridos. ¡Era genial!», ha recordado.

Resulta inevitable relacionar a Brianda, nieta mayor de Cayetana de Alba, con su abuela la Duquesa. Sin embargo, ambas comparte el gusto por lo popular, por lo que sucede más allá de los cerrados círculos de la aristocracia y por las bellas artes y la creatividad. «Creo que esa sí es una pasión que he heredado de mi abuela Cayetana», ha admitido Brianda Fitz-James Stuart recientemente. «Esa cosa mía barroca puede que también sea un punto en común con mi abuela«.