La disputada herencia sentimental y cultural de Alfonso Cortina que van a disfrutar sus dos hijos a punto de casarse

El empresario Alfonso Cortina, expresidente de Repsol, fallecido a los 76 años en abril del año pasado a causa del coronavirus, ha dejado a su esposa Miriam Lapique y a sus hijos, Felipe y Carlos, una importante herencia no solo económica sino cultural.

Alfonso Cortina nos dejó el pasado 2020. Pincha en la foto para recordar a los famosos que fallecieron ese mismo año/gtres

Alfonso Cortina nos dejó el pasado 2020. Pincha en la foto para recordar a los famosos que fallecieron ese mismo año / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Alfonso Cortina, hermano de Alberto Cortina, ex marido de Alicia Koplowitz y de Marta Chávarrí, siempre se distinguió por su discreción y por la estabilidad de su matrimonio con Miriam Lapique, de 63 años, hermana de Cari Lapique , una mujer elegante, siempre al lado de su marido. Se casaron en 1979, en la Iglesia de la Encarnación de Marbella y eran un de las parejas esenciales de la vida social y cultural española.

Además de negocios de consultoría, la joya de la corona del patrimonio de Cortina, por la importancia que tenía para él, tanto sentimental como económica, son la bodega y los viñedos Pago de Villagarcía, situados en los Montes de Toledo, cerca del Parque Nacional de Cabañeros, en Toledo, en un entorno privilegiado. Los viñedos obtuvieron su propia Denominación de Origen en 2019, concedida por la Unión Europea. Alfonso Cortina comenzó su andadura vinícola en su finca Retuerta del Bullaque, en 1993, y en 2006 construyó su bodega, para la que contó con la ayuda de su íntimo amigo Carlos Falcó, marques de Griñón, fallecido también de coronavirus semanas antes. La bodega de Cortina está considerada por los expertos una de las más punteras del mercado. Siempre dijo, al comenzar su sueño, que el vino no sería un «capricho» y lo demostró.

Carlos y Felipe, los hijos tras los pasos de su padre

Los hijos del empresario y de Miriam Lapique, Felipe, de 38 años, y Carlos, de 37, decidieron volcarse desde el principio con la bodega familiar. Ambos figuraban como consejeros de la Bodega y su madre, Miriam Lapique, como vicepresidenta. Pero es Felipe, al ser el primogénito, el que se ha ocupado de tomar las riendas tras el fallecimiento de su progenitor. De hecho, desde el pasado mes de enero, Felipe figura como nuevo presidente de la bodega. Felipe fue el encargado de internacionalizar la empresa vinícola. Su hermano Carlos y su madre fueron nombrados consejeros solidarios. La bodega está valorada en seis millones y medio de euros.

Tanto Felipe con Carlos estudiaron en prestigiosos colegios y universidades de Estados Unidos y pasaron por las aulas de CUNEF, donde cursaron Business Administration. Felipe Cortina continuó su formación en finanzas en la Universidad de Berkeley y estudio un MBA en la NYU Stern School. En 2015, Felipe fundó junto a su amigo Álvaro Gomis la marca Jimmy Lion de calcetines que ha logrado un éxito mundial sin precedentes.

Carlos optó por realizar un MBA en la Universidad de Columbia. Trabajó como analista de Banca en Mediobanca, pasó a convertirse en jefe del equipo de asesoría del presidente de Endesa, y desde 2016 es socio de Península Capital Advisor, un fondo de capital riesgo que fundó junto a su amigo Borja Prado y Jean Sarkozy, uno de los hijos de Nicolas Sarcozy.Carlos es también presidente de un importante grupo veterinario español y de una empresa de intermediación financiera.

Ambos jóvenes, siempre discretos al igual que sus padres, se mueven en un entorno de profesionales y emprendedores de la alta sociedad española, entre los que figuran Pepe Ruiz-Gallardón, Javier Prado y Colón de Carvajal o Javier de la Rica y Guillermo Castellanos O'Shea, Alonso Aznar o el DJ Emilio Pan de Soraluce. Pero nunca han estado ante los focos.

Pero, además, el empresario Alfonso Cortina, que era presidente de la Junta de amigos del Teatro Real y un gran aficionado a la ópera, era coleccionista de una magnífica colección de vinos, con 18.000 referencias, y de arte español. Entre las obras de pintura y escultura que componen su colección figuran Antonio Saura, Pablo Palazuelo, Manolo Valdés o Antoni Tàpies. Felipe y Carlos, que comienzan una nueva vida personal con sus matrimonios, que se celebran con apenas dos meses de diferencia este verano, tienen una misión: custodiar la riqueza cultural que su padre supo cultivar a lo largo de su vida. Con su habilidad como financieros seguro que lo consiguen y la transmiten a una tercera generación.