Hace dos años, Tamara Falcó arropaba a Iñigo Onieva en la inauguración del Lula, el club madrileño al que el empresario ha estado vinculado durante un tiempo. Hace unos meses, el programa Fiesta (Telecinco) adelantaba que la marquesa de Griñón le había pedido a su prometido que dejara el mundo de la noche. Al mismo tiempo que Onieva rompía con su habitat natural (la noche, la fiesta, la party…), también lo hacía (en sus redes) con el origen de todo: borraba las fotos de su paso por el Burning Man.
Iñigo decía adiós a una etapa que le divirtió, sí, pero que a punto estuvo de echar por tierra el proyecto vital que había puesto en marcha con Tamara. Él, que había sido el rey de la fiesta, el Pocholo de nuestros días , el azote de La Moraleja (algunos vecinos afirmaban en Socialité que organizaba tales fiestones en la casa de sus padres que en alguna ocasión tuvo que ir la policía) ponía punto y final a la jarana. En unos meses había pasado de «la noche me confunde» a «los caminos de Falcó son inescrutables».
A un mes de su boda (apunten en las agenda, 8 de julio, si no lo han hecho ya), el Onieva que hoy cumple 34 años no tiene nada que ver con el Iñigo que cumplió la edad de Cristo hace ahora un año. Entonces, Tamara escribía en sus redes sociales: «Hoy es el cumple de una persona muy especial, mi mayor apoyo, el más disfrutón, el mejor amigo y el más bailongo. Te quiero».
Para festejarlo, aquel día comieron en el mismo restaurante en el que se habían conocido. Una celebración muy íntima teniendo en cuenta que en 2021 Tamara y sus amigos prepararon una fiesta sorpresa para el empresario como quedaba reflejado en el Instagram de Casilda Aguilera, amiga de ambos.
Hace un año, Iñigo era la cara más visible del Lula, aún no había anunciado su boda con Tamara (eso sería a finales de septiembre) y tampoco se había dejado caer por el Burning Man. Así que nada de lo que pasó después (vídeo, escándalo, nanoverdad, ruptura, reconciliación) había ocurrido. Durante un tiempo, el que estuvieron separados, Tamara rehizo su vida, asistió a fiestas, presentaciones y lo que le pusieran por delante. Mientras tanto Iñigo hacía penitencia, moral y física. Pidió perdón, esquivó a la prensa, se encerró en casa y cuando salió, fue para hacerse el camino de Santiago.
No sabemos si fue el turrón o los villancicos, pero la magia navideña logró apaciguar los ánimos. «Decidimos enterrar el hacha de guerra durante la semana de Navidad», explicaba Tamara sobre la reconciliación. «El no tenía mi móvil y escribía a una amiga para decirle que quería hacer las paces conmigo. Gracias al espíritu de la Navidad, dije ¿por qué no ir a misa juntos?».
Dicho y hecho. Se citaron en la iglesia y después Iñigo se acercó hasta su casa para sorpresa de la familia de la marquesa: «Le mandé un mensaje por si me quería acompañar a la misa del gallo. Vino a casa y saludó a todo el mundo... Yo no avisé de que venía a casa de mi madre. Mi primo abrió la puerta y cuando vio a Íñigo pensó que se había equivocado. A mi hermana le entró un ataque de risa», contó en El Hormiguero .
Hechas las paces, enterrada el haca de guerra, llegó el momento de poner bajo tierra también aquella vida más disoluta de noche y fiesta. De hecho, el Instagram de Onieva no refleja una actividad lúdico festiva desde septiembre de 2022, cuando un vídeo para felicitar a su amigo Wassin Berro daba cuenta de lo que había sido su vida hasta entonces. Después de eso todo se reduce a viajes, citas románticas con Tamara y una escapada gastronómica al estilo vasco (de Arzak a Chillida pasando por Mugariz).
También a nivel laboral se ha producido un cambio: primero dejó de trabajar para Lula Club, y hace unos meses, Onieva finalizaba su relación laboral con Mabel Hospitality, propietario de los restaurantes Tatel y Totó. Iñigo había trabajado durante los últimos dos años para el grupo empresarial como relaciones públicas. Según publicaba 20minutos, le pedían que ejerciese funciones que excedían las responsabilidades de su puesto, sin revisar los términos económicos. Eso desembocó en su salida de la empresas.
Pero la mente de Onieva es inquieta y no para, aunque la tenga ahora ocupada en ultimar los preparativos de su inminente boda. El empresario podría estar preparando un negocio en el mundo de la hostelería que saldría a la luz en 2024. Poco más se sabe al respecto, y es muy posible que no sepamos mucho más hasta después de la ceremonia que va a celebrarse en el Palacio de El Rincón a principios del mes de julio.
Ya sabemos que el vestido de Tamara será de Carolina Herrera , que las tarjetas de invitación ya han sido enviadas, que entre los testigos del novio estarán su gran amigo Yago Antón y su primo Jaime y que la preboda tendrá el lugar el viernes, 7 de julio, en los jardines del Hotel Ritz. Ya queda menos.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?