Así fueron las tres bodas de Isabel Preysler: la precipitada con Julio Iglesias, la íntima con Carlos Falcó y la sorpresa con Miguel Boyer

Este fin de semana los Preysler en pleno acuden a una boda en Sotogrande , un buen momento para recordar cómo fueron las tres bodas de la matriarca del clan, Isabel Preysler , ceremonias e historias de amor que la convirtieron en la reina de la prensa del corazón.

La primera de las bodas de Isabel Preysler fue, sin lugar a dudas, la más mediática de todas aunque posiblemente también fuera la menos interesante. Embarazada, con apenas 20 años y tras solo siete meses de noviazgo Isabel Preysler se unió en matrimonio a Julio Iglesias el 20 de enero de 1971 en Illescas, Toledo.

En aquel momento ni Julio Iglesias era un cantante mundialmente conocido ni Isabel Preysler la reina del papel couché, de hecho la joven filipina había desembarcado en Madrid por orden paterna para huir de un novio poco convincente, pero cayó del fuego a las brasas.

La ceremonia supuso un disgusto para los Presyler y fue tremendamente incómoda para la novia. Al enlace acabó acudiendo la prensa en masa pero no el padre de la novia que tuvo que ser sustituido como padrino y acompañante de Isabel hasta el altar por su tío, José María Arrastia.

Hasta 2014 en una entrevista en Vanity Fair, Isabel Presyler no reconoció que la banda de raso de la cintura de su vestido de novia ( diseñado por Pedro Rodríguez) ocultaba el embarazo de Chabeli y el verdadero motivo de la precipitada ceremonia con el cantante.

La boda estuvo deslucida por varios factores, desde el ramo de flores mustio, a la mala cara de la novia que lloró tanto que hasta el sacerdote se sorprendió. Pero lo peor fue, sin duda, la intromisión masiva de la prensa que Isabel Preysler describió más tarde como «un mare mágnum en el que resultaba casi imposible oficiar la ceremonia».

Tras la boda más asediada de los 70 llegaría el divorcio más mediático siete años después; pero el 23 de marzo de 1980, en la capilla de la ermita de Malpica de Tajo, Isabel Preysler volvió a casarse, esta vez con Carlos Falcó, marqués de Griñón.

En esta segunda boda Isabel Preysler huyó de todo lo que no pudo decidir en su primer enlace. Para empezar lo organizó ella (no su suegra) y puso como lema conservar su sacrosanta intimidad. La prensa no tuvo acceso a la capilla de la finca Casa de Vacas donde la pareja se dio el «sí quiero».

Se dice que para el marqués, Isabel Preysler fue el amor de su vida. Lo cierto es que ambos tuvieron que esperar bastante para conseguir lo que tanto deseaban, la nulidad de sus anteriores matrimonios religiosos, y decidieron celebrarlo solo con los más íntimos.

A la ceremonia solo fueron invitados la madre de Carlos Falcó, Hilda Joaquina Fernández de Córdoba y Mariátegui, duquesa de Montellano; los hijos y hermanos del novio, los padres de la novia y los hijos de Julio Iglesias e Isabel Preysler (acompañados por su cuidadora Elvira Olivares).

Para la ocasión Isabel Presyler se decantó por un traje color salmón con encaje en la pechera diseñado por Jorge Gonçalvez cuya aparición estelar se hizo esperar 45 minutos, los mismos que se retrasó la novia. Menos mal que la espera fue amenizada con una misa rociera de Los del Río.

La pareja socialité-marqués firmó el divorcio en 1985 porque, desafortunadamente para el este último, ya se estaba gestando la tercera boda de Isabel Preysler: la ceremonia civil que la uniría a Miguel Boyer el 2 de enero de 1988.

La pareja se había conocido en 1982 cuando Miguel Boyer aún no era ministro pero sí un hombre casado, tan casado como lo estaba Isabel Preysler en aquel momento. La relación extramatrimonial de ambos alimentó los rumores durante años y todo explotó cuando las parejas oficiales se rompieron y Miguel Boyer entró a vivir a la casa de Isabel Presyler dos días después de que abandonara la vivienda Carlos Falcó.

Hartos de acumular titulares pero con ganas de estrenar su nueva vida juntos la pareja se casó por lo civil y por sorpresa en los Juzgados de la calle Pradillo de Madrid a las nueve de la mañana ante un juez y los testigos imprescindibles para hacer legal la unión.

Vestida con un traje de mangas afaroladas y ribeteado de piel Isabel Preysler posó junto a su nuevo marido a la salida del juzgado para sus únicos dos testigos, sus amigos Margarita Vega Penichet y José María Amusategui de la Cierva. En la única foto del evento y en ella luce la sonrisa más amplia de sus tres bodas.