Su historia comienza con una gran amistad, cuando cada uno estaba casado con otras personas, Isabel Preysler con Miguel Boyer y Mario Vargas Llosa con Patricia Llosa. ¿Se enamoraron ya entonces, a mediados de los años ochenta? Algunos rumores dicen que su atracción fue inmediata. Este año, cumplen seis años juntos y aparentan una complicidad y una atracción irrompibles.
Vargas llosa seguía casado con su esposa Patricia, pero hacían vidas separadas, e Isabel había enviudado de Miguel Boyer unos meses antes, en 2014. Su larga amistad se convertía así en un apasionado amor.
En muchas ocasiones le han preguntado a Mario cómo lleva el protagonismo de Isabel en las revistas del corazón y la persecución de los pararazzi y él ha contestado: «Si es el precio que debo pagar por estar con la mujer que amo, lo pago con gusto». Cuando su relación se hizo oficial, en mayo de 2015, resurgieron las historias sobre cómo habían iniciado su romance y cómo se habían conocido.
Se decía que fue el propio Julio Iglesias quien les había presentado. Incluso se contaba que el propio Miguel Boyer había influido, tras ejercer de asesor económico de la carrera a la presidencia de Perú que lanzó el escritor en 1990. La realidad es que Isabel y Mario se conocieron en 1986, cuando ella entrevistó al escritor para la revista ¡Hola!. Isabel ya se había separado del marqués de Griñón, Carlos Falcó, vivía con Miguel Boyer, y se había convertido en entrevistadora de grandes personajes como Clint Eastwood o Robert Redford para la publicación.
El escritor trabajaba como profesor invitado en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos. Parece que Vargas Llosa aceptó ser entrevistado porque el intermediario era amigo suyo y consiguió una buena remuneración a cambio. Mario no sabía en esa época quién era Isabel Preysler, ni conocía su relevancia en la sociedad española. Pero parece que, ya entonces, quedó impresionado por Isabel. Hace treinta y seis años de aquel encuentro. Mario Vargas Llosa lo rememoraba en mayo de 1991, en una entrevista que concedió a la revista española Tiempo, y hablaba de su gran amistad con Isabel y su marido, Miguel Boyer.
Ese verano de 1986, según contaban Mario e Isabel, en 2019, en exclusiva la revista Peruana «Cosas», Mario y Patricia e Isabel y Miguel coincidieron en Marbella. Sólo hacía un año que Isabel se había divorciado de Carlos Falcó y que Miguel había dejado el ministerio de Economía y Hacienda. Él era el amigo de Mario, no Isabel. Pero, al igual que en los primeros tiempos de su relación, empezaron, una vez más, los rumores malintencionados que siempre perseguían a Isabel y Miguel.
Se dijo que el exministro de Economía había intentado suicidarse al descubrir una infidelidad de Isabel con Mario. Los rumores no cesaron. En una versión menos cruel, se hablaba de una crisis entre la «socialité» y el exministro socialista y que Preysler habría recurrido a Vargas Llosa como su paño de lágrimas. Por aquel entonces, el escritor ya estaba metido en política y aspiraba a ser candidato a la presidencia de Perú. Los comentarios malintencionados aseguraban que a Isabel le atraía la idea de convertirse en la primera dama del Perú y veían al escritor como su cuarto marido.
Ella no tardó en negarlo. Su amistad continuó. Miguel Boyer falleció en 2014, tras un ictus que sufrió en 2012. Isabel siempre ha dicho que fue en el momento en que le sobrevino la enfermedad cuando sintió que había perdido a su compañero de vida.
Casi treinta años después de su primer encuentro, el destino tenía reservado a Isabel y Mario un precioso epílogo amoroso. Habían vuelto a retomar el contacto unos meses antes. Habrían coincidido en un viaje a México y Perú junto a uno de los hijos del magnate mexicano Carlos Slim, en un yate, con otros invitados. Parece que la química entre ellos era evidente, aunque fueron muy discretos.
El romance se inició, seis meses después de morir Boyer, en un viaje a Londres patrocinado por Porcelanosa. Isabel iba con sus hijas junto a otros famosos que acudían a la cena que todos los años organizaba el príncipe de Gales para recaudar fondos para su fundación. Parece que nadie se dio cuenta de la sintonía que había entre ellos. Eran unos buenos amigos que se conocían desde hacía tiempo.
Isabel contó más tarde cómo aquella fue una noche especial en el hotel que compartían. Las habitaciones estaban una al lado de otra, según la periodista Paloma Barrientos. Parece que Mario dijo a sus amigos: «Esta vez no voy a esperar treinta años». Tras obtener el divorcio, se trasladó a vivir con Isabel a su casa de Puerta de Hierro.
Según han explicado, ambos llevan una vida muy organizada y viajan mucho. Su primer verano oficialmente juntos estuvo lleno de escapadas románticas a Lisboa, Oporto, Bruselas, Mustique o la Costa Azul. Hoy se dejan ver con naturalidad en cenas con amigos o en citas culturales, desde la presentación de libros hasta los estrenos del Teatro Real.
Pero, ¿cuál fue el detonante de la revelación de su romance, que sacudió el mundo de la cultura, la política y el corazón españoles? Ambos lo contaron en 2019 a la revista peruana «Cosas». El autor de la entrevista es el escritor peruano Santiago Roncagliolo, amigo de Vargas Llosa.
Aparecieron unas fotos de Mario e Isabel en la terraza de la casa de Enrique Iglesias, en Miami, que confirmaban el romance. Un editor español llamó a Isabel para decirle que las iba a publicar, pero finalmente no lo hizo, porque podía arriesgarse a una indemnización millonaria, ya que el lugar podía ser considerado como un interior.
Poco después, las imágenes que confirmaban su idilio fueron publicadas por ¡Hola!: paseando juntos por Madrid, a la salida de un restaurante. Era junio de 2015. Patricia Llosa, la mujer del escritor, pidió respetó para su intimidad. Entonces decidieron no esconderse. «Porque ese comunicado no dice la verdad. Y no puedes dejar que decida tu vida un grupo de paparazis«, le argumentó Vargas Llosa a Isabel.
Ellos han asegurado que nunca han cobrado por ninguna exclusiva. Mucha gente criticó al escritor por la manera en que había dejado a su esposa y se volvió contra Isabel. Pero su historia de amor continúa. «Es muy difícil aburrirse con Isabel», dice Mario, en un momento de la entrevista. «Fue todo maravilloso», dice ella del comienzo de su romance.