El lado íntimo de Nina Wendelboe-Larsen, madre de Isabelle Junot: de su vida en Nueva York a la relación con su yerno, Álvaro Falcó

La vida actual de la danesa Nina Wendelboe-Larsen , también conocida como Nina Junot, nada tiene que ver con la de épocas pasadas. Casada durante apenas 10 años con Philippe Junot , el conocido playboy francés y exmarido de Carolina de Mónaco , fue una de las grandes protagonistas de la vida marbellí de los años 90 y los primeros 2000.

Con Junot tuvo tres hijos: Victoria, nacida en 1988; Alexis, un año menor e Isabelle, quien vino al mundo el 18 de abril de 1991. Y precisamente ha sido la menor de sus hijas, coach nutricional de formación, la que ha devuelto a Nina Wendelboe-Larsen a la actualidad de la crónica social. Casada en 2023 con Álvaro Falcó , actual marqués de Cubas e hijo de los ya fallecidos Fernando Falcó y Marta Chávarri , Isabelle es también influencer y uno de los nombres imprescindibles en cualquier acto social que se precie.

Del mismo modo, cualquier evento familiar, como el reciente bautizo de su pequeña hija Philippa, nacida el pasado mes de junio, se convierte en todo un acontecimiento debido, también, a la presencia de su madre: Nina Wendelboe-Larsen, residente en Nueva York desde hace años. Pero aprovecha la menor ocasión para volver a Madrid y disfrutar como abuela y, también, como «suegra de moda».

La vida de Nina Wendelboe en la ciudad de los rascacielos no es nueva. Licenciada en Económicas por la universidad de Georgetown, en los años ochenta ya residía en Manhattan. De día trabajaba como relaciones públicas de la ONU y por la noche frecuentaba las mejores fiestas de la conocida discoteca Palladium. Y fue allí donde conoció al entonces playboy Philippe Junot, que se había separado de Carolina de Mónaco en 1980 y era una de las caras más famosas de las veladas más glamourosas y exclusivas de la época.

La pareja se enamoró, y en 1987 se casaron en Dinamarca, país de origen de la novia. Un año después nació Victoria, la primera hija del nuevo matrimonio quien, como sus otros dos hermanos, vinieron al mundo en Nueva York. En 1997, tras vivir entre Manhattan y Marbella, donde fueron una de las parejas más deseadas en las míticas fiestas marbellíes de la época dorada de la Costa del Sol, el matrimonio se separó.

Nina Wendelboe-Larsen decidió volver a Nueva York, y allí reside desde entonces, aunque con un impass: tras los atentados del 11-S del 2001, se volvió un tiempo a Madrid con sus tres hijos, quienes estudiaron en el Liceo Francés. Su vida social en la ciudad de los rascacielos es escasa, aunque se deja ver de vez en cuando en eventos de tipo solidario y benéfico. Pero desde que su hija Isabelle se casó con el actual marqués de Cubas y, sobre todo, desde que la ha hecho abuela, la vida de la danesa está volcada casi de forma total en su familia.

La trágica y prematura muerte de Marta Chávarri , quien falleció a los 62 años en julio del año pasado, ha hecho que Nina Wendelboe-Larsen se haya convertido, además de su querida suegra, en una especie de segunda madre para Álvaro Falcó, quien también perdió a su padre Fernando Falcó en 2020 . La danesa es una mujer con un fuerte sentido de la familia, y unido a su amor por España, donde pasó algunos de los mejores años de su vida, hace que disfrute especialmente esta nueva etapa.

Cada vez que viene a Madrid, ya sea para ver a sus «hijos », los marqueses de Cubas, y a su nieta Philippa, ya sea para algún evento familiar, como el reciente bautizo de la pequeña celebrado este pasado fin de semana, Wendelboe-Larsen disfruta al máximo. Adora pasar tiempo de calidad con su familia, y por eso son frecuentes también sus escapadas a alguna finca de campo o casa de montaña donde se junta con su hija Isabelle, pero también con sus otros vástagos: Victoria, que ha sido madre recientemente y reside en Florida, y Alexis, quien se mantiene también muy unido a su madre y hermanas y se dedica a las finanzas en Londres.

Como se ve, la nueva vida de Nina Wendelboe-Larsen nada tiene que ver con los años de fiestas y glamour de la mano de su entonces marido Philippe Junot. Y aunque su matrimonio apenas duró una década, siempre ha mantenido una relación muy buena. Tanto que ambos llegaron juntos y sonrientes al bautizo de su primera nieta, Philippa, celebrado este pasado sábado en la madrileña iglesia de San Fermín de los Navarros. Allí se dieron cita, además de los abuelos maternos de la pequeña, gran parte del clan Chávarri y, también, Tamara Falcó , prima del marqués de Cubas, y su marido Íñigo Onieva .