Cuando aún estaban tratando de asimilar la pérdida de Fernando Gómez-Acebo , fallecido debido a una insuficiencia respiratoria crónica que se agravó a raíz del covid que padeció en la pandemia y más recientemente por la gripe A, la muerte de Juan Gómez-Acebo a los 54 años ha sido un nuevo y trágico mazazo en el seno de la familia real. El primo del rey Felipe VI fallecía durante su estancia en Palma de Mallorca, rodeado de su familia y a causa de un cáncer que padecía desde hace meses.
Siempre manteniéndose en un discreto segundo plano, la última aparición pública de Juan Gómez-Acebo se produjo precisamente durante el funeral en memoria de su hermano Fernando, que tuvo lugar el pasado mes de abril. No era mucho lo que había trascendido de él más allá de su faceta profesional, a caballo entre la producción musical y la pintura, su gran pasión.
Tampoco exhibió su vida sentimental de cara a los medios, pero sí podemos destacar a tres mujeres que fueron especialmente importantes para él. La primera fue la estadounidense Winston Holmes Carney, con la que empezaba a salir en 2011. Tras dos años de noviazgo se casaron en una boda íntima que tuvo lugar en el Consulado español de Miami. Tan íntima de hecho que no hubo ningún representante por parte de la familia del novio.
Juntos tuvieron en 2013 al único hijo de Juan, al que bautizaron con el nombre de Nicolás, pero tras cinco años de matrimonio decidieron emprender caminos separados. Con tradicional mala suerte en el amor, el suyo fue uno de los cinco divorcios de los hijos de la infanta Pilar . Fuentes de su entorno expusieron como razones de la ruptura su «incompatibilidad de caracteres absoluta».
Además de relacionársele brevemente con Alejandra Frade, la hija del productor José Frade, la relación sentimental más larga del vizconde de la Torre fue la que le unió a Gabriela De la Rosa, la hija del conocido financiero Javier de la Rosa . «Mantienen un noviazgo del que son testigos sus más cercanos amigos y sus compañeros de trabajo. Son discretos, pero tampoco se ocultan. No tienen por qué», publicaba en 2004 la crónica de sociedad del diario 'ABC' sobre su romance.
Prueba de que sí lucieron su amor en un evento de lo más mediático es que ambos llegaron del brazo a la catedral de La Almudena para acudir a la boda de Felipe y Letizia, los por entonces todavía príncipes de Asturias. Gabriela de la Rosa, abogada de profesión, saltó a los titulares por encargarse precisamente de la defensa de su padre cuando este entró en prisión en el marco de la operación Wardbase, del caso Torras.
Pese a que este noviazgo despertó un gran interés en círculos económicos y sociales, dada la relevancia de las familias de ambos, al contrario que ocurrió con su primo Felipe, en este caso la relación de Juan y Gabriela no acabó en boda. Ambos se separaron después de cinco años juntos.
Llevando a gala su discreción en asuntos del amor, nada se sabía sobre la última relación sentimental de Juan Gómez-Acebo hasta que se le vio en compañía de la arquitecta madrileña Teresa Vérez en la capilla ardiente por su hermano Fernando. Una vez la revista '¡Hola!' le puso nombre y apellidos, pudimos conocer más detalles sobre esta profesional trotamundos que, al igual que su novio, está afincada en Miami, donde el aristócrata estableció su residencia para estar más cerca de su hijo.
Aunque no ha trascendido cuándo comenzó su romance, sabemos que ella tiene un estudio de arquitectura y diseño de interiores llamado e-Forma Architecture-LLC junto a su socia, la estadounidense Lisa Mishurda. Madre de dos hijos, que en sus propias palabras son su inspiración y el motor de su vida, Teresa decidió cruzar el Atlántico tras licenciarse en 1998 en Diseño Medioambiental y obtener un máster en Arquitectura por la Montana State University. Antes de fundar su actual empresa, trabajó la ciudad australiana de Sídney y también en Nueva York.
Según reza su perfil profesional, en los últimos años ha actuado como representante en docenas de proyectos multimillonarios en Nueva York, Florida y las Bahamas. Teresa se declara una enamorada tanto de los viajes como de la moda y es la mejor embajadora de Miami.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?