Dos bodas y un hijo
Dos bodas y un hijo
«Estoy viva de milagro. Pero viva. Me han pasado muchas cosas, y el sobrevivir ha sido una batalla jodida». Esas duras palabras las pronunciaba Massiel en un avance del programa de Telecinco '¡De Viernes!' antes de confesar que le han descubierto un cáncer de pulmón. «Había que abrir y había que llevarse casi un pulmón. Después viene la quimio, que es lo peor», añadía la cantante de 77 años.
Retirada de los focos desde que en 2012 le detectaran una degeneración macular que le ha afectado gravemente a la vista, Massiel ya sufría un duro golpe hace unos meses con la muerte de su hermano pequeño, Emilio, a los 71 años. Ahora la ganadora de Eurovisión en 1968 tiene en su único hijo, Aitor Carlos Zayas, y sus dos nietos, a su principal apoyo.
Hija del famoso promotor Emilio Santamaría, María de los Ángeles Santamaría (Madrid, 1947) dio el salto al mundo de la música con el alias artístico que le puso su profesor de ballet, Massiel. Más allá de sus logros artísticos, su vida sentimental ha sido también azarosa, como relataba ella misma en la canción 'Yo tuve tres maridos'. Además de sus fugaces romances con los productores Pepe Sámano y José Frade, la artista se casó dos veces y mantuvo otra larga relación con el que siempre ha considerado como el gran amor de su vida.
En 1969, tan solo unos meses después de su recordado triunfo en el Festival de Eurovisión, Massiel se casaba casi por sorpresa con el hermano de su mejor amiga, Luis Recatero. Un matrimonio con todo un doctor que la cantante vio como una vía de escape del domicilio paterno, pero que no llegaría a durar ni un año.
Aquella relación, que fue calificado por ella misma como el mayor de error de su vida, se rompió el día en que ella llegó a casa tarde por culpa del ensayo de una obra de teatro de Bertolt Brecht y su marido le reprochó que su obligación era estar en casa para hacerle la cena. «O Bertolt Brecht o yo», cuenta Massiel que fue el ultimátum que recibió. Y eligió al dramaturgo sobre aquel médico que acabaría convirtiéndose en uno de los más reputados cirujanos plásticos de nuestro país.
La boda de Massiel y Luis Recatero en 1969. /
Al no estar legalizado el divorcio aún en nuestro país, la decisión de abandonarle le costaría cara a Massiel, que tardó nueve años en poder anular ese matrimonio. Pero antes comenzó una relación amorosa con el político socialista Carlos Zayas, con el que tuvo su único hijo. «Me tuve que ir a Londres porque tuve que buscar un lugar con una ley que estuviera en orden», aseguraba la cantante en el programa de TVE 'Lazos de sangre'.
«Mi hijo o era hijo de Carlos Zayas con madre desconocida, o si yo lo reconocía como seguía casada por la iglesia con Recatero, podía reclamar la paternidad Recatero». Ese fue el principal problema. Por eso la cantante con ayuda de su amigo el escritor, Hugh Thomas, huyó de España para tener a su hijo en la capital británica.
No se pudo casar con él, aunque lo deseaba, porque no logró a tiempo la nulidad de su matrimonio con Recatero. Y aunque reconoce que el político, fallecido en 2021, le fue infiel, siempre lo ha considerado como el gran amor de su vida. «Yo nunca he tenido una pareja abierta. Zayas tenía sus líos, pero yo no», aseguraba en el programa de Televisión Española.
Tras romper con Carlos Zayas en 1981, la cantante comienza un romance con el presentador de televisión Pablo Lizcano. Una relación cuyo inicio pudieron contemplar en directo los espectadores del programa 'Autorretrato', donde Lizcano entrevistaba a Massiel cuando, en pleno y descarado coqueteo, surgió la chispa entre ellos.
«Hubo una fusión de miradas. Según hablaba, se iba enamorando de mí. Se puso muy nervioso, sudaba la gota gorda», confesaba Massiel sobre aquella chispa que terminó en una boda celebrada en México en 1985 y apadrinada por su buen amigo, el premio Nobel Gabriel García Márquez y por la actriz Silvia Pinal.
Pero aquello tampoco duró y a los tres años, tras una complicada convivencia, la pareja emprendió caminos separados. Massiel nunca se volvió a casar y según sus propias palabras, está feliz como está: «Llevo mucho tiempo sola y mira, como Dios».