Miguel Báez El Litri asistió con Casilda Ybarra a la fiesta por el 18 cumpleaños de su hija, Olimpia. Fue en casa de Carolina Adriana Herrera, su ex y madre de sus tres hijos. /
No se prodiga o, más bien, ni se asoma. Miguel Báez El Litri (53 años) fue todo para la crónica social en los 80 y los 90, cuando arrasaba como el torero más guapo, elegante y seductor. Cortó mucha orejas, pero robó muchos más corazones, entre ellos, los de Eugenia Martínez de Irujo o la princesa de Marruecos Lalla Hasna . Solo él tuvo en su mano las papeletas para convertirse en un nuevo Luis Miguel Dominguín , el diestro más irresistible.
El atractivo de Miguel Báez El Litri era tal, que la inasequible lista con los más elegantes de Vanity Fair le abrió las puertas de la élite global de la masculinidad bien vestida. Su glamour a la antigua usanza le distinguió siempre de sus homólogos generacionales, tradicionales pero mucho más divos. El Litri siempre volaba bajo, hasta cuando conquistó a Carolina Adriana Herrera, hija de la diseñadora venezolana. La boda en 2004 fue el acontecimiento social del año.
La ideal pareja se separó en 2017, aunque sus tres hijos. Olimpia, Miguel y Atlanta, les han mantenido unidos. Lo pudimos comprobar en la fiesta por la mayoría de edad de Olimpia, celebrada en casa de Carolina Adriana Herrera y a la que acudieron El Litri y su nueva esposa, Casilda Ybarra (41). El torero manifestó su intención de pedir la nulidad matrimonial, quizá para no privar a Casilda de una boda eclesiástica. Se casaron en junio del año pasado por lo civil, a la espera del dictamen del tribunal eclesial.
Casilda Ybarra Fontcuberta pertenece a la aristocracia sevillana gracias a su madre, emparentada con los duques de Medinaceli, los marqueses de Bellamar y el ducado de Estremera. Su padre es el no menos relevante empresario del aceite Antonio Ybarra Llosent. Licenciada en Historia del Arte y con una gran reputación en el mundo del arte (coordinó la gran exposición centrada en El Greco celebrada en Toledo en 2014), vivió en primera fila la gran tragedia que ha vivido la familia Báez Spínola.
Miguel Báez El Litri y Casilda Ybarra tuvieron que interrumpir su luna de miel dos veces debido a la peor de las tragedias: el fallecimiento de Miguel Báez padre el 18 de mayo, cuatro días después de su boda y, dos semanas después, el de su esposa, Conchita Spínola. El abatimiento de los recién casados, sobre todo de él, fue tremendo. Nadie esperaba un final tan trágico para los padres de El Litri, quien además era hijo único.
Ya antes del trágico fallecimiento de sus padres, Miguel Báez gestionaba con buen ojo y mejor olfato el patrimonio paterno, que era enorme. Miguel Báez Spuny ganó una fortuna como torero en su época, pero su hijo supo invertirla en bienes inmobiliarios valiosísimos. Un ejemplo: la finca en la que se casó con Adriana Carolina Herrera en Los Guateles (Aliseda, Cáceres), la vendió por 11 millones de euros una década después de la boda.
La base de operaciones de Miguel Báez Litri y Casilda Ybarra oscila entre Madrid y Sevilla, pero su casa favorita está en Punta Umbría. El torero posee un impresionante propiedad a pie de playa en la localidad onubense, donde han pasado algunos veranos los duques de Feria, Rafael Medina y Laura Vecino, o Vicky Martín Berrocal. Se trata de un chalet de unos 500 metros cuadrados con una parcela de algo más de 1.000 metros.
Otra de las buenas compras realizadas por Miguel Báez Litri es la casa palacio de tres plantas y al lado de la Maestranza que el torero compró hace unos años en Sevilla. Desembolsó 1,6 millones de euros, pero su valor no para de aumentar. Además, tiene otra casa en la zona de la Palmera, una de las mejores de Sevilla, y un inmueble en la aldea del Rocío, en la que celebró en varias ocasiones su aniversario de boda.
Hacienda Vadillo, la gran finca que los padres de Miguel Báez tenían en Sevilla, se vendió en 2014 al conde alemán Federico Zichy Thyssen por 7,5 millones de euros, seis millones más de los que le costó a su padre. El conde, que estaba casado con la dominicana Rachel Roman, su sexta esposa, falleció un año después, y su muerte dio lugar a un largo litigio entre los hijos y la viuda.
Sí continúa entre las propiedades de Miguel Báez Litri el cortijo de El Parral, en Extremadura, y el cortijo Carrascalejo, de adquisición reciente y situado en Sanlúcar la Mayor. Allí fue donde se casó con Casilda Ybarra. Consta de un edificio central rectangular tipo cortijo, otra casa para invitados, zona verde con piscina y una impactante instalación de paneles solares en la finca. En total, el patrimonio inmobiliario del Grupo Litri se calcula en más de 60 millones de euros.
No solo lo inmobiliario ocupa el tiempo de negocios de Miguel Báez El Litri. Además además ha invertido en gasolineras, un negocio de charter de embarcaciones (del que es administrador único) y hasta en un 'holding' de tiendas gourmet con el ganadero Fernando Domecq Solís y Rafa Pacheco.