Marta Chávarri ha fallecido esta madrugada de viernes, 21 de julio, en su domicilio de Madrid. Aunque aún se desconocen las causas, la revista Pronto adelantaba la noticia de su muerte que, al parecer, se habría producido entre las 5 y las 6 de la mañana.
La que fuera marquesa de Cubas tenía 62 años, y según informa el citado medio, habría sido encontrada sin vida por su asistenta que, rápidamente, se habría puesto en contacto con una de las hermanas de la fallecida que, a su vez, habría llamado a los servicios de urgencia.
Hacía años que Marta Chavarri estaba retirada del foco informativo. De hecho, su gran reaparición pública se produjo en la boda de su hijo Álvaro Falcó con Isabell Junot . En aquella ocasión, fiel al perfil bajo que había adoptado en los últimos años, no quiso aparecer en ninguna imagen oficial del enlace, aunque tenía un papel importante ese día: acompañar a su hijo al altar.
Marta Chávarri junto al marqués de Cubas, Fernando Falcó. /
Algunos pensaron que aquella podría ser la vuelta a lo grande de la que fue, durante la década de los 80, uno de los personajes más fotografiados y que más titulares acaparó. Parte de culpa la tuvo su azarosa vida sentimental que quedó reflejada en decenas de portadas.
Antes de reaparecer en la boda de su hijo, solo habíamos podido ver a la marquesa de Cubas en 2020 cuando los fotógrafos se acercaron a su domicilia para conocer los motivos de su ausencia en el funeral de su ex, Fernando Falcó , padre de su hijo Álvaro. En aquella ocasión, solo pudimos ver parte de su rostro debido a la mascarilla que todos andábamos usando en aquellos días de Covid.
Antes de que decidiera retirarse de los focos, las presentaciones y las fiestas, Marta Chávarri fue una de las 'it girls' del momento, mucho antes incluso de que se acuñara ese término. Con su estilo y sus looks icónicos, era uno de los personajes más buscados por los fotógrafos, al punto que ella misma llegó a declarar en una entrevista con Vanity Fair en 2013: «Salía de mi casa en el maletero del coche para evitar que me siguieran».
De hecho, el acoso fue tal que ella misma decidió poner punto final: « Dejé de acudir a fiestas y me aparté de los focos porque no podía soportar la fama ni a la prensa. Me siguieron durante diez años y fue insoportable. No me compensa la popularidad, no quiero protagonismo ninguno. Ya lo tuve y acabé harta, por eso me retiré». Se puede decir más alto, pero no más claro.
Antes de esa retirada había protagonizado algunos de los capítulos más comentados de la época, incluyendo una fotos comprometedoras, un accidente que le dejo secuelas físicas y una infidelidad que provocó ríos de tinta.
Cuando en 1982, Marta Chávarri y Fernando Falcó se dieron el 'si, quiero' lo hacían después de un noviazgo breve. Junto al marqués de Cubas tuvo un único hijo, Álvaro, que tras la muerte de su padre heredó el título. Durante unos años, el matrimonio parecía perfecto hasta que unas fotos en las que se veía a Chávarri saliendo de un hotel con Alberto Cortina hicieron saltar las alarmas.
Él era por entonces, marido de Alicia Koplowitz . Casi al mismo tiempo, aparecían unas fotografías comprometedoras suyas en la portada de la revista Interviú. La tormenta perfecta. Los paparazzi ya no la dejarían ni a sol ni a sombra.
Los cuatro años de matrimonio acabaron con una bronca separación en la que Marta, además, perdió la custodia de su hijo. «Cuando me fui con el señor Cortina renuncié a mi hijo . La que se iba era yo, no iba a quitarle también a su hijo», confesaba en la entrevista anteriormente citada de Vanity Fair. Aunque al principio se llegó a decir que era una separación temporal y de mutuo acuerdo, el tiempo dictó lo contrario.
Tal vez por la inmensa presión mediática que sufrió su madre, la vida de Álvaro, hasta su boda con Isabelle Junot, ha mantenido siempre un perfil bajo. De hecho, hasta que la hija de Phillipe Junot se cruzó en su camino, él estaba centrado en su carrera como publicista, tras estudiar Dirección de Empresas en la Universidad Francisco de Vitoria.
Tras la separación, Fernando Falcó se volcó en su hijo. Se convirtió para él en guía de su vida y de sus negocios. La complicidad entre ambos era total. Llevar su título es para Álvaro una fuente de satisfacción y también de recuerdos.
Mientras tanto, Marta se mudó con Alberto Cortina a un piso céntrico de Madrid. Se casaron en 1991, aunque el matrimonio duró poco: el divorcio llegó en 1995. Sin embargo, la relación entre madre e hijo siempre ha sido buena también, igual que la de Fernando y Marta, una vez pasados los años más turbulentos.