15 años del oscar
15 años del oscar
Si Carlos Gardel cantaba en Volver que «veinte años no es nada», bien lo sabe Penélope Cruz: quince son unos cuantos menos. En matemáticas emocionales eso es poco menos que un suspiro (de España). En ese sentido podríamos interpretar las palabras de Rossy de Palma, compañera de reparto en 'Los abrazos rotos' y 'Madres Paralelas' de Pedro Almodóvar: «Oh, quince años ya de ese merecidísimo Oscar. ¡Si parece que fue ayer! Ojalá hubiera vuelto a estar nominada este año por su maravillosa y descarnada interpretación de Laura Ferrari».
Quién podría olvidar el momento en el que Tilda Swinton anunció su nombre como ganadora del premio de la Academia como mejor actriz de reparto por 'Vicky Cristina Barcelona', de Woody Allen. La vida, que es a veces más metafórica que la propia ficción, ha querido que la actriz británica sea la protagonista de 'The Room Next Door', la próxima película de Almodóvar, el director fetiche de Penélope.
La directora María Ripoll rememora muy vívidamente ese preciso instante en el que la actriz flotaba con su etéreo Balmain vintage que le hacía parecer más Audrey Hepburn que nunca: «Vimos los Oscars ese año con Javier en Barcelona. Estábamos nerviosos. Justo cuando anunciaron las nominadas a Javier lo llamaron desde el Kodak Center para retransmitírselo en directo. Se quedó en silencio. La tele va con 3/4 segundos de decalage… Esos segundos de silencio él nos miraba, sin decir nada. Se paró el mundo y luego… ¡Nombraron a Penélope! Saltamos todos de alegría, nos salía el corazón por la boca».
María recuerda también con enorme cariño la película que rodó con Penélope en 1997, la segunda en inglés de la actriz: «Trabajé con ella en 'Lluvia en los zapatos'. Rodamos íntegramente la película en Londres con Lena Headey (Cersei en 'Juego de tronos') y Mark Strong ('Kingsman') antes de que todos ellos se hicieran tan famosos. Llegó con un orzuelo en su ojo, que disimulamos con unas gafas de sol en una escena y con el peinado en otras. Su perseverancia, profesionalidad y capacidad de trabajo pueden con todo. La recuerdo seria en el trabajo, concentrada, y muy cariñosa con el equipo».
Con gran emoción lo vivió también Álvaro Fernández Armero, que en estos días arrasa con 'Ocho apellidos marroquís'. Sus vidas personales y profesionales, sus sueños, han corrido en paralelo y quién mejor que él para describirnos cómo la actriz de Alcobendas se convirtió en una estrella mundial: «Hicimos juntos dos películas. La conocí cuando los dos todavía no habíamos empezado a trabajar en el cine. Ella tenía 15 años y yo 19. Nos hicimos amigos y nos conjuramos a que si algún día conseguíamos dedicarnos a lo que queríamos, en su caso, actriz, y en el mío, director, la llamaría y sería la protagonista de mi primera película. Pasaron cinco años. Conseguí dirigir 'Todo es mentira' y el sueño de mi infancia se cumplió totalmente», comenta el cineasta, que también la dirigió en 'Brujas'.
Si tenemos en cuenta que figuras legendarias como Lauren Bacall, Barbara Stanwyck y Greta Garbo nunca consiguieron un Oscar, los logros de Penélope son estratosféricos: ha conseguido uno y tres nominaciones adicionales por 'Volver', 'Nine' y 'Madres Paralelas'. Es muy significativa la reflexión de Fernández Armero en este sentido.
«Sobre todo cuando la has conocido desde el principio y sabes claramente de dónde viene y lo complicado que es llegar hasta donde ha llegado. Ella ha logrado proyectar los sueños más allá de lo razonable. Se suelen soñar cosas factibles. Lo que ella pretendía, ser una actriz española que ganara un Oscar, podía entrar casi en el terreno de lo imposible. Penélope lo hizo posible. Cuando lo ganó lo primero que pensé fue: ¿Cómo puede tener esa fuerza para proyectar sus deseos y que se hagan realidad?», concluye.
Notamos especial emoción al hablar con Agustín Díaz Yanes. Le encantaría repetir la experiencia de 'Sin noticias de Dios' (2001), una película en la que Penélope mantenía un duelo interpretativo de alto voltaje con Victoria Abril y donde una de las grandes del cine francés, Fanny Ardant, tenía un papel destacado: «Penélope es una actriz maravillosa y una persona excepcional. Fue un placer rodar con ella y después ver cómo triunfaba como se merecía. Fue encantadora durante el rodaje. Es muy fácil trabajar con ella porque es muy cooperadora y perfeccionista. Vive la profesión muy intensamente; si no, no habría llegado a dónde ha llegado. Por donde pasa siempre deja un recuerdo estupendo».
Miriam Díaz-Aroca vivió la experiencia del Oscar junto a Penélope Cruz, pero en este caso como una de las protagonistas de 'Belle Époque', nominada y ganadora en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Su conexión personal fue muy grande. Aunque Miriam era desde hacía años una estrella de la televisión, se trataba solo de su segunda película. Nos tenemos que remontar a los fastos de la Expo 92 y las Olimpiadas de Barcelona… Pe había estrenado el 4 de septiembre 'Jamón, jamón' de Bigas Luna, y tres meses más tarde llegaría a los cines la gran película de Fernando Trueba.
«El rodaje de 'Belle Époque' fue sublime, onírico, de fantasía… Me dijo Maribel Verdú que esto no era el cine, que no era lo habitual. Penélope era la hermana pequeña, no solo porque lo era en la película sino porque en la vida real también nos relacionábamos de la misma forma. Yo no pude convivir mucho con los jóvenes porque me tocó convivir en la Quinta, la casa maravillosa, con todos los actores adultos. Las fiestorras que se pegaban yo ni las olía. Fue un rodaje tranquilo, de mucha hermandad y cariño. Nos ayudamos mucho las unas a las otras», nos cuenta Miriam.
Por eso, celebró particularmente el galardón de Penélope: «Fue mucho más emocionante que cualquier otra persona conocida de la profesión que pudiera ganar un Oscar porque Penélope sigue siendo mi hermana pequeña, en mi corazón, en mi memoria. La celebración era múltiple no solo por el reconocimiento a un trabajo sino por la persona. Hemos tenido una relación muy bonita y queda mucho cariño».
Cuando Penélope llegó a Hollywood era ya una estrella en España, sobre todo gracias a papeles cómicos, que han sido menos frecuentes en su carrera en los últimos años. Uno de los grandes en este género que se dio en llamar 'nueva comedia madrileña', en plena explosición de la Movida, es Fernando Colomo. Dirigió a Penélope en 'Allegre ma non troppo,' un gran éxito de taquilla en 1994.
Si antes hablábamos de cómo la realidad supera a la ficción en metáforas, también el cine es más grande que la vida. De hecho, Colomo incide en un hecho diferencial en la historia del cine que emparenta a Penélope Cruz con Sophia Loren, con quien rodó el musical 'Nine': «Para cualquier actriz europea es muchísimo más difícil ganar un Oscar que para cualquier actriz americana. Recuerdo que la primera en lograrlo fue Sophia Loren por 'Dos Mujeres (La ciociara)' y fue un acontecimiento. ¡Y ya era Sophia Loren! Que lo lograra Penélope fue una gran alegría. Cuando trabajé con ella tenía 19 años, pero tenía mucha experiencia. Ya había hecho 'Jamón, jamón' y 'Belle Époque'. Fueron las dos películas que la lanzaron y era una actriz con mucho nombre».
«Tenía mucho oficio. Era una actriz muy segura, hacía las cosas con suma facilidad. Congenió muy bien con Pere Ponce, que era el coprotagonista. Tenían muy buena química y se hicieron muy amigos. Se movía como una gacela por el decorado. Todo lo contrario de otros actores que se quedan agarrotados. Tenía esa especie de don para la interpretación», recuerda el cineasta, que está inmerso en la preparación de una nueva película de la que aún no nos puede dar detalles.
Dos años después de rodar a las órdenes de Colomo, Penélope se puso ante la claqueta de otro grande de la comedia, Manuel Gómez Pereira, en 'El amor perjudica seriamente la salud', que protagonizó junto a Ana Belén, Gabino Diego y Juanjo Puigcorbé, quien hace un llamamiento a la Academia del Cine para que le den la Medalla de Oro: «Incluso la de platino, porque no es comprensible que aún no la tenga. Es nuestra actriz más multipremiada e internacional.
«El rodaje fue maravilloso. Es una película para la historia del cine español. Penélope ya había sido muy conocida por 'Jamón, jamón', pero con 'El amor perjudica seriamente la salud' levantó el vuelo directamente. El reconocimiento nacional no llega a la altura de internacional. Su carrera es fascinante. Como actriz la admiro muchísimo. Todo lo hace muy bien, en cualquier género que toca, ha estado en musicales, comedia, dramas… Es una mujer elegante, modesta y prudente. Es entendible que suscite envidia, pero si alguien se lo merece todo es ella», asegura el actor que arrasa con la serie 'Entre tierras' en Antena 3.
Una de las actrices y periodistas que más ha hecho por la visibilidad del cine español ha sido Cayetana Guillén Cuervo. Compartió créditos con Penélope Cruz en 'Más que amor, frenesí', donde Cruz y su marido, Javier Bardem, hicieron sendos cameos: «Es una espléndida compañera. La conozco de toda la vida. Incluso pasamos unos días juntas con Aitana (Sánchez-Gijón) en Caños de Meca cuando éramos muy pequeñas… Es una mujer comprometida, buena persona, que ama profundamente su profesión, muy generosa con sus compañeros. La quiero especialmente y me parece una de nuestras grandes, grandes, grandes actrices. Me fascina lo que hace».
Con gran generosidad y humildad, Cayetana recuerda con nosotros cuándo ambas estuvieron nominadas al Goya en 1998 por 'El abuelo' de José Luis Garci y 'La niña de tus ojos', de Fernando Trueba: «Se lo llevó ella, claramente, no había otra opción. La quiero mucho. Está en mi corazón. Su interpretación en 'Volver' es una de mis favoritas del mundo. Tiene algo mágico en los ojos, en esa pupila cristalina que se le rompe sin hacer nada, siempre aporta algo distinto».