Quién es Casilda Finat, la aristócrata, empresaria e instagramer que se ha convertido en la reina de los pendientes low cost que llevan todas las influencers

Ella misma posa, en la tienda on-line de su marca, casildafinatmc.com, con algunos de los pendientes que diseña. Su personalidad arrolladora impregna todo lo que hace esta aristócrata que se ha convertido a un tiempo en «influencer» y en una de las empresarias con más tirón en el mundo de los complementos de moda.

Las firmas francesas que adoran las influencers (para hacerse pasar por parisinas)./

Las firmas francesas que adoran las influencers (para hacerse pasar por parisinas).

Elena Castelló
Elena Castelló

En la actualidad Casilda Finat tiene abiertas nueve tiendas con su nombre en distintos lugares de España (nada que envidiarle tiene a Laura Corsini ) y sus diseños en forma de motivos vegetales o animales, en plata o latón bañado en oro, con piedras naturales, para todos los bolsillos, son los favoritos de las «socialités» españolas. Sus pendientes Maya, en forma de mosca, chapados en oro, u Océano, chapados en latón y decorados con abalorios turquesa, son dos de sus «best-sellers». El precio de ambos no sobrepasa los 25 euros y su estilo es fresco, favorecedor y divertido.

Ha sabido unir el buen gusto y el «low cost». Sus seguidores en Instagram, donde habla de sus diseños, pero, sobre todo, de su día a día como empresaria y madre de familia, con una simpatía y originalidad muy personales, superan los 300 mil. Y con ellos la empresaria interactúa constantemente. Les cuenta anécdotas, argumenta sobre algún asunto debatido y les pide su opinión sobre proyectos que tiene entre manos.

Triunfa también compartiendo sus trucos de estilo, con marcas como Charlotte Blaz, Querubina, Reliquiae, Primark o Zara , lo que la ha convertido en un referente. Por sus redes sociales también desfilan su madre Ana, su tía Dorila o su suegra Carmita, que hacen las delicias de sus seguidores con sus múltiples anécdotas.

Casilda Finat Martínez-Costa es hija de Rafael Finat y Riva, conde de Mayalde, y tiene una hermana melliza, Ana, fiel colaboradora de su empresa. Casilda lleva el título de Vizcondesa de Rías, concedido en 1688 por el rey Carlos II a Juan Suárez de Toledo y Obregón. Su padre se lo cedió en 2018. Pero Casilda lo vive con gran naturalidad. Aseguraba en la revista «Vanity Fair» hace un tiempo, que no cree que un título nobiliario cambie a nadie y que es tan solo motivo de orgullo por los servicios prestados por un antepasado. «Ser aristócrata hoy es igual que no serlo», explicaba.

También le corresponderá, el día de mañana, el ducado de Pastrana, que actualmente ostenta su abuelo, José María de la Blanca Finat y Bustos, marqués de Corvera y dos veces Grande de España. Su bisabuelo, José Finat y Escrivá de Romaní, fue embajador de España y alcalde de Madrid. Ella creció en la histórica finca familiar de El Castañar, 5.000 hectáreas al sur de Toledo, en Mazarambroz, una mansión de principios del siglo XX inspirada en un castillo escocés, donde han pasado noches Alfonso XIII y Juan Carlos I.

Casilda y su hermana pasaron largos periodos en la finca y crecieron en contacto estrecho con la naturaleza desde muy niñas. Casilda se casó en El Castañar, con un vestido de Lorenzo Caprile y una mantilla de encaje sujeta por la tiara familiar de brillantes y platino, en 2014. La joven está casada con el sevillano Álvaro Martínez-Conradi, perteneciente a una importante familia de ganaderos de Andalucía, y tiene dos hijos pequeños. Acaba de estrenar casa en Madrid, llena de personales diseños, color y piezas que ha coleccionado con el tiempo, tras vivir unos años en Sevilla.

Fue una casualidad lo que la llevó a diseñar «joyitas», como ella las llama, porque Casilda se había formado en interiorismo, en Madrid. Durante cuatro años trabajó en el departamento de Recursos Humanos de una gran empresa. Pero su gran pasión, desde siempre, ha sido la orfebrería. Empezó diseñando como «hobby» algunos anillos –los que a ella le gustaban– que hicieron furor entre sus amigas –entre ellas Tamara Falcó o Inés Domecq– y decidió lanzarse, hace 12 años.

Su padre le prestó el primer dinero para arrancar la empresa. Empezó vendiendo exclusivamente on-line y en mercadillos. Hoy, a sus 32 años, su proyecto ha sido uno de los más exitosos de los últimos años en el mundo de la moda española. La empresaria siempre ha destacado por dos elementos esenciales: Instagram y el hecho de que ella sea su propia modelo. Su mejor embajadora, según ha reconocido, es Victoria Federica Marichalar , a la que conoció cuando descubrió que era fan de su marca.

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