PRESIDENTA A LA VISTA
PRESIDENTA A LA VISTA
Es la mujer del día, la semana y, acaso, el año. María Guardiola (44 años), candidata en las últimas elecciones por el Partido Popular, se ha convertido en baronesa revelación de 2023 al renunciar a pactar con Vox para acceder a la presidencia de la Junta de Extremadura, la primera que habría detentado una mujer. Se suma a Isabel Díaz Ayuso como otra lideresa política fiel a sus propias reglas. Su look, sin embargo, la conecta con Yolanda Díaz.
La carrera de María Guardiola en política ha sido fulgurante, pues solo lleva una década en el Partido Popular y hasta hace un año era una absoluta desconocida. Forma parte del gran relevo generacional que han de acometer todos los partidos y que favorece más a los políticos con personalidad distintiva al estilo Isabel Díaz Ayuso, que a los muy formateados por las formas y argumentarios partidistas. Los clones ya no tienen premio.
María Guardiola es de la generación del 78 y nació en Cáceres, en una familia de clase media con cuatro hermanos (María es la mayor) que vivía sin holguras. La madre de la casi presidenta extremeña era técnico de Educación Infantil y crió a sus hijos junto a su pareja, padrastro de los niños.
Fue precisamente el padrastro de María Guardiola quien desveló una de las anécdotas políticas más jugosas de la carrera de la baronesa. Confesó en una entrevista que el PSOE fue el primer partido que se acercó a Guardiola para ofrecerle un puesto, no el Partido Popular. Y admitió que María había llegado la política casi sin querer.
María Guardiola tiene una gran complicidad con Isabel Díaz Ayuso. /
María Guardiola tuvo que doblar camisas en Cortefiel, dar clases particulares de matemáticas y repartir guías telefónicas para pagarse la carrera de Dirección y Administración de Empresas y el diplomado en Ciencias Empresariales, pero salió de la universidad la primera de su promoción. Al terminar sus estudios, Guardiola decidió prepararse para dos oposiciones a la Administración y superó ambas.
Muy pronto le ofrecieron entrar en el gobierno de José Antonio Monago (2011.2015) como secretaria general de Ciencia e Innovación y luego pasó a ser concejala de Hacienda en el Ayuntamiento de Cáceres. Fue Alberto Casero, el diputado famoso por votar erróneamente la reforma laboral del gobierno Sánchez, quien detectó su potencial y la reclutó como candidata.
Fan de Alejandro Sanz y Tina Turner, devota de la Virgen de la Montaña y con un toque de barrio que recuerda mucho al casticismo de Isabel Díaz Ayuso, a María Guardiola le costó lo suyo darse a conocer frente a unos gigantes que le negaron hasta el nombre. Guillermo Fernández Vara, el presidente saliente del PSOE, la llamaba «esa mujer de la oposición». Se negaba hasta a decir su nombre.
María Guardiola junto a su marido, en una de las fotografías que ha subido en su perfil de Instagram. /
Para no darle publicidad y que los extremeños pudieran familiarizarse con ella, Vara se refería a ella como «la candidata del otro partido», algo que continúa haciendo Santiago Abascal, quien aún la nombra como «la señora del PP de Extremadura». Guardiola respondió con retranca pop a estos ninguneos: abría sus mítines con la canción de Rosalía 'Di mi nombre'.
Casada y madre de dos hijos, María Guardiola no esconde ni al uno ni a los unos en sus redes sociales y es fácil leer mensajes de cariño dirigidos a ellos. «Gracias por no cortarme las alas», le dijo a su marido cuando fue elegida presidenta del PP extremeño, en 2022. «Sois mi todo. Os quiero», escribió en su perfil de Instagram, junto a una foto en el que los tres la abrazan.
Poco después de su nombramiento, la viralidad le dio una lección de humildad que la situó en el mapa de la popularidad instantánea. Una novata María Guardiola subió a Twitter un vídeo quejándose de que en los trenes de Renfe no había enchufes y responsabilizando a Pedro Sánchez por ello. Lo pagó en burlas por no saber que están (muy) escondidos bajo el asiento.
Ya (casi) nadie se acuerda de aquello, como sucede con casi todo lo que sucede en las redes. Sin embargo, sí hablan maravillas de María Guardiola los vecinos que la han visto patearse cada pueblo de Extremadura, en los últimos doce meses, sin parar. Dicen que posee la sencillez desacomplejada de una Ayuso, pero viste con el estilo preciso de Yolanda Díaz. Una buena mezcla.