Por qué Kate Middleton y William nunca se divorciarán: cómo afectó el divorcio del príncipe Carlos y Lady Di a su hijo (y lo que prometió que nunca haría)

Diana de Gales y el príncipe Carlos fueron los protagonistas de un dramático culebrón cuando decidieron separarse, pero antes de su divorcio el matrimonio y los problemas que arrastraba fueron un calvario para los hijos de la pareja: William y Harry. El acoso de la prensa, las personalidades de sus progenitores y la trágica pérdida de su madre no les puso fáciles a los herederos de la corona de Inglaterra saber cómo es una familia o un matrimonio feliz.

El biógrafo especializado en la realeza británica Robert Lacey afirma que esta tumultuosa relación entre sus padres con amargo divorcio al final ha influido enormemente en cómo William y Harry se han acabado emparejando.

El príncipe William conoció a Kate Middleton en la universidad, salieron, rompieron, salieron… ¿sería ella la definitiva? Tantas dudas tenían un objetivo en la mente del heredero al trono: cuando se casara debía ser de forma definitiva y con una persona capaz de resistir lo que se le vendría encima. El divorcio y matrimonio de sus padres dejó marcado a fuego en su mente que no haría pasar a nadie por lo mismo por lo que había pasado su madre.

Si eres fan de The Crown ya te habrás hecho una idea de qué sucede cuando una joven entra a formar parte de la familia real inglesa de forma precipitada. Por eso en vez de una proposición de matrimonio acelerada y mediada por la reina tras un noviazgo fugaz y distante con una persona más frágil que él William estaba decidido a hacer todo lo contrario a lo que hizo su padre.

El duque de Cambridge ha hablado en alguna ocasión de que se considera frágil, que mentalmente se siente más cerca de la inestabilidad materna que de la mentalidad paterna. Su abuela la reina Isabel II de hecho medió por su salud mental cuando sus padres se divorciaron porque temía que el niño de 10 años sufriera un colapso debido a la ansiedad.

Para que su futura familia funcionara sin problemas William necesitaba a alguien que no solo fuera capaz de soportar el peso de la responsabilidad de pasar a formar parte de la familia real, sino que además pudiera ayudarle a él. El casting empezó y acabó en Kate Middleton. Tardó nueve años en presentarla oficialmente para el puesto, nueve años en los que ella también reflexionó sobre si sería capaz o no de estar a la altura, pero una vez que decidieron estar juntos se prometieron que sería para siempre, por ellos mismos y por sus hijos. Y de momento, lo están consiguiendo.