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La vida de India Hicks, la hija de Lady Pamela Mountbatten ( sí, el Mountbatten del capítulo de The Crown que muere en un atentado del IRA era su abuelo) y el diseñador de interiores David Nightindale, es un alzamiento de cejas continuo para su familia. Es la ahijada del príncipe Carlos de Inglaterra, la misma que en sus adorables 13 años desfiló como dama de honor en su boda con Diana Spencer y la mujer adulta y sofisticada que se ha convertido en la comentarista favorita de los canales de televisión cuando necesitan retransmitir una boda o evento real. Pero también es la royal que huyó a vivir a una isla del Caribe, que fue expulsada de su exclusivo colegio escocés y que con 17 años se escapó de casa y condujo hasta Italia para pedirle a Emilio Pucci que diseñara un traje a su gato. En su vida ha habido de todo y ha llegado el momento de echarle un vistazo.
Aunque su infancia y el lugar que ocupa en la familia real inglesa (es prima segunda del príncipe Carlos y está bastante alejada de la línea sucesoria) no hacía previsible que llamara la atención de los medios, la realidad de su relevancia se impuso por culpa de una tragedia: el atentado que sufrió su abuelo materno, Lord Mountbatten, en un barco. India decidió ese día, a los once años, quedarse viendo una película de el Gordo y el Flaco en vez de salir a pescar con su abuelo, y esa decisión posiblemente salvó su vida, aunque dejó en su mente un trauma que los médicos en aquel momento decidieron combatir a base de valium.
En un documental de la cadena BBC con motivo del 40 aniversario atentando, India confesó que escuchó la explosión que mató a cuatro de sus familiares y que “ el daño que se hizo fue mucho más profundo de lo que cualquiera de nosotros podría haber imaginado y nuestras vidas todavía se ven terriblemente perturbadas por ello”.
Tras la tragedia, la vida de India Hicks transcurría entre niñeras y rolls royce que la llevaban a la escuela hasta que se decidió que fuera internada en el exclusivo colegio escocés de Gordonstoun… del que fue expulsada por dejar que algunos chicos entraran en su habitación. Niñerías aparte, el otro gran momento mediático de India Hicks lo vivió en la boda de Carlos y Diana, siendo una de las damas de honor de la pareja con 13 años y cumpliendo con una de las tradiciones familiares: su madre, Lady Pamela también fue dama de honor, pero en la boda de Isabel II.
La adolescencia y juventud de India Hicks también estuvieron repletas de anecdotario. Fue la primera royal en “escapar” de las normas de la familia real británica e intentar todo para hacer su vida, una vida por supuesto, cargada de glamour. Prometió que nunca se casaría y se decantó por intentar triunfar en el mundo de la moda.
Como a su padre, el diseño siempre le interesó, pero primero se decantó por la moda y luego por el interiorismo. Era capaz de conducir de Inglaterra a Italia para conocer a un diseñador (aunque fuera para pedirle que le hiciera un traje a su gato), y ese fue uno de los motivos porque decidió formarse en Boston en la especialidad de fotografía.
Tras graduarse con honores emprendió un nuevo rumbo en Nueva York, donde debutó como modelo haciendo campañas para Ralph Lauren y J. Crew entre otras firmas. Podemos imaginar cómo estuvo de bien visto en esa época que alguien de la familia real inglesa se dedicara a la moda y rechazara la idea de casarse y sentar la cabeza. Su carrera de modelo duró una década pero su interés por la moda nunca decayó... de hecho en 2020 fue acusada de robar un abrigo de Max Mara y tuvo que ir a juicio (porque se delaró culpable).
En realidad, en aquel momento India Hicks le tenía más alergia a las bodas que a las relaciones y lo demostró por la vía de los hechos: decidió establecer su residencia en las Bahamas junto a su pareja David Flint Wood y comprometerse compartiendo con él negocios e hijos: cuatro para ser exactos (más uno adoptivo).
La isla del Caribe siempre estuvo en la mente de India Hicks, no en vano su padre había realizado proyectos de interiorismo en algunas de las villas más bonitas de la isla. Además de criar a sus hijos en un entorno paradisíaco, India Hicks decidió probar suerte con el diseño reformando casas e incluso un hotel en la isla. No se le debió de dar mal porque en 2015 fundó su propia compañía de decoración y venta directa (muy al estilo de Goop) que tuvo que cerrar en 2019. Quizá montar un negocio global en una isla a la que se le va internet y la luz cada diez minutos no era tan buena idea.
Desde la tranquilidad caribeña India Hicks ha hecho de todo y todo como le ha dado la gana: ha escrito seis libros (el más reciente de ellos se acaba de publicar en la editorial Rizzoli), ha desarrollado una carrera como presentadora televisiva y sí, finalmente y tras 25 años de relación ha decidido pasar por el altar. Su boda estaba planeada para que asistieran solo 30 personas. Genio y figura.