El príncipe Harry y Meghan Markle en un momento de la entrevista con Oprah Winfrey. /
Nadie sabe lo que sucede tras las puertas del palacio de Buckingham, pero parece que las sonrisas que lucen los miembros de la familia real británica al salir a los actos públicos tienen más postureo que las fotos de Instagram. Eso es lo que podemos deducir de todo lo que ha contado Meghan Markle y Enrique de Sussex sobre The Institution en la entrevista que la pareja ha concedido a Oprah Winfrey. El panorama que dibujan la exactriz de Suits y su marido, el príncipe , en su discurso ante los medios de comunicación estadounidenses es desolador y tiene un poco de todo: desde ideas suicidas a desprecios, presiones hasta el límite de lo razonable y de la salud mental, racismo y el distanciamiento entre un padre, el príncipe Carlos con su hijo. Un sufrimiento en hora de máxima audiencia que recuerda demasiado al que padeció Diana de Gales hace 25 años. Pero vayamos por partes.
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Ni Meghan Markle ni el príncipe Harry sentían que la boda que se iba a celebrar ante las cámaras de televisión y medio planeta tuvieran algo que ver con ellos, por eso tres días antes de la boda se casaron en su casa y con la bendición del arzobispo de Canterbury.
Visto cómo vivieron el día oficial de su boda, el 19 de mayo, menos mal que se casaron en la intimidad. En cuanto Meghan Markle se puso el velo de novia comenzó la campaña de los medios ingleses contra ella. El primer bulo que expandieron sin pruebas es que Meghan hizo llorar a su cuñada, Kate Middlenton . Pero la realidad no fue esa.
En la entrevista con Oprah Winfrey Meghan Markle ha explicado que, en realidad, fue ella la que acabó llorando por culpa de Kate Middleton. Hubo un problema con los vestidos de las niñas que llevaban las flores en la boda y la actitud de su cuñada unida a los nervios hizo que la exactriz rompiera a llorar. En palacio todos sabían lo que sucedió y Meghan Markle esperó meses a que los responsables de comunicación de la corona frenaran la campaña de desprestigio a su imagen que ocasionó el bulo publicado por la prensa.
Meghan Markle confiesa que quería morir en la entrevista con Oprah Winfrey. /
Pero The Institution no hizo nada al respecto, a pesar de ser conscientes de que era mentira y de que la propia Kate Middleton se disculpó con Meghan por lo sucedido con una ramo de flores y una disculpa por escrito. Pero la campaña de desprestigio no había hecho más que empezar.
Meghan Markle irrumpió en la vida pública de mano del príncipe Harry las páginas como un soplo de aire fresco y la prensa rosa británica vivió una especie de idilio con ella… al principio. Se hablaba de modernizar la monarquía y hasta se alababa el hecho de que se llevaba bien con los perros de la reina Isabel II , unos perros que por lo visto no se llevan bien con nadie, pero el discurso cambió radicalmente en cuanto se celebró la boda.
Los ataques a la figura de Meghan Markle por parte de la prensa se recrudecieron con el embarazo y el nacimiento del primer hijo de la pareja, Archie. Mientras que a Kate Middleton se la alababa por comer tostadas con aguacate como propuesta healthy durante su embarazo a Meghan Markle se la relacionaba con la deforestación y el cambio climático por desayunar tostadas con aguacate durante su gestación. Y así todo.
Meghan Markle empezó a acusar los ataques que percibía por todos los frentes de la opinión pública y el príncipe Harry la recuerda dando el pecho a su hijo mientras lloraba. Fue la época en la que comenzaron las denuncias en los juzgados por parte de la pareja a la prensa más amarillista, la misma en la que Megahn Markle rompió en llanto en una entrevista simplemente porque el periodista le preguntó qué tal se encontraba.
Sobre este episodio tan oscuro de su vida, la duquesa de Sussex también ha querido hablar… y de nuevo el papel de la corona británica en todo ello no ha sido muy brillante. “ Simplemente no quería estar viva. Era un pensamiento claro, aterrador y constante”, le ha contado a Ophra Winfrey. Confesarle sus pensamientos suicidas a su marido fue un duro trance para ella, “me avergonzaba, pero sabía que si no lo decía, entonces lo haría”.
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Su marido el príncipe Harry le dio todo su apoyo, pero el servicio de recursos humanos de la Corona le negó ayuda especializada afirmando que no podían ayudarla, pedir ayuda por su cuenta estaría mal visto y no podía proporcinársela ellos porque Megan Markle nunca fue un miembro a sueldo de la institución. De hecho, al ingresar en el palcio Meghan afirma que renunció a su pasaporte, su permiso de conducir y su independencia para moverse, por lo que simplemente ni siquiera podía llamar un taxi y acudir a pedir ayuda por su cuenta.
El primer hijo de Meghan Markle y el príncipe Harry no tiene título de cortesía, ni escolta, ni equipo de seguridad algo que preocupó y sorprendió a los padres primerizos. Así se decidió por parte de los gestores de palacio y la reunión en la que se lo comunicaron a la pareja les dejó descolocados.
Algunos miembros de la familia real brtánica (no sabemos cuáles) estaban preocupados por el color de piel del hijo de Meghan Markle y el príncipe Harry. /
Además nos imaginamos que lo que menos apetece ante el nacimiento de tu primer hijo debe ser reunirse con la familia política a discutir títulos y herencias, pero la reunión puede ir aún peor cuando en ella se menciona cómo va a ser el color de piel del niño. “ Había preocupaciones y conversaciones sobre cuán oscura podría ser su piel cuando naciera y qué significaría o cómo se vería eso", asegura Meghan Markle en la entrevista aunque se niega a dar nombres sobre qué miembros de la realeza estaban preocupados por el color de piel de su hijo.
Archie por el momento no es príncipe de nada (lo será cuando Carlos de Inglaterra ascienda al trono a la muerte de Isabel II y ocupará el séptimo puesto en la línea de sucesión) y tampoco conde, ni duque. Lo que sí será en breve es hermano mayor, la pareja real va a tener una niña , otra exclusiva que dieron en Oprah.