Spoiler, no ha sido con la ayuda de la virgen. Que Tamara Falcó aparezca más guapa, centrada y radiante que nunca después de su mediática ruptura con Iñigo Onieva no es obra de un milagro, sino la sabia combinación de dos factores que acaba de desvelar su hermana Ana Boyer : mucha terapia y mucha familia.
Que la marquesa de Griñón se haya refugiado en la consulta del psicólogo para superar la decepción por la infidelidad de su ex prometido Iñigo Onieva no nos pilla de sorpresa. Ella misma confesó en televisión que las técnicas que le enseñó su psicólogo habían sido claves para ayudarla a superar la muerte de su padre, Carlos Falcó , en plena pandemia por el coronavirus.
Es lógico que en este otro momento bajo de su vida Tamara Falcó haya recuperado su interés por el apoyo psicológico y la propia Ana Boyer ha confirmado que así ha sido: tras confirmar la infidelidad Tamara retomó sus sesiones.
No hizo falta que su círculo de amistades le insistiera mucho sobre este punto: parece que las visitas al psicólogo forman parte de la vida de la marquesa de Griñón desde hace bastante tiempo.
Tamara Falcó, la mujer que lleva apareciendo en las portadas de las revistas del corazón desde que nació, tiende a refugiarse en la consulta de este especialista para cuidar su salud mental.
Gestionar su fama y la presión mediática que conlleva, superar el duelo por la muerte del «tío Miguel» (Miguel Boyer) o la de su propio padre y la reciente ruptura de su compromiso con Iñigo Onieva son situaciones en las que las visitas al psicólogo la han «salvado». «Vivir es complicado. Tengo un consultor espiritual que cumple una función y el psicólogo cumple otra», explicó hace tiempo en la revista Vanity Fair.
En 2020 falleció Carlos Falcó y Tamara Falcó desapareció de las redes. Solo una persona fue capaz de volverla a hacer retomar su presencia en Instagram: su sobrino Miguel. «La primavera siempre ha sido símbolo de la vuelta a la vida. Mi ahijado Mikey con su añito recién cumplido me recuerda justamente eso», escribía la ganadora de Masterchef Celebrity en su cuenta de Instagram tras semanas de silencio.
Tamara Falcó es la afortunada integrante de un clan, el de los Iglesias-Boyer-Falcó, que cuenta de buena salud y miembros de todas las edades, niños incluidos. La propia Tamara Falcó tiene ya la friolera de 13 sobrinos a los que adora: cinco por la parte de los Iglesias, seis de la rama Falcó y dos fruto del matrimonio de Ana Boyer y Fernando Verdasco.
Precisamente son los niños Boyer con los que Tamara Falcó ejerce de tía más a menudo y con los que ha protagonizado las imágenes más tiernas. El mayor, Miguel, cumplirá cuatro años el próximo año y es el ahijado de Tamara Falcó. «Su sorpresa favorita», como la propia Tamara ha definido al niño en su cuenta de Instagram.
Ana Boyer ha confesado en el ¡Hola! que el pequeño está «obsesionado» con su tía Tamara Falcó porque las tardes más divertidas las pasa con ella. Juntos juegan a hacer castillos y fuertes, a explorar y hacen peleas de almohadas mientras enseña al pequeño a cuidar de sus perros y jugar con ellos.
La hermana de Tamara Falcó tiene claro que para la marquesa pasar tiempo con sus sobrinos es una auténtica «medicina» especialmente en este año tan duro. Por eso no dudó, en el momento de la ruptura, en hacer las maletas y viajar con sus dos hijos hasta Madrid para apoyar a su hermana.
A la vista de los buenos resultados de la terapia «sobrinil» no cabe duda de que la intuición de Ana Boyer no andaba desencaminada: con terapia y las visitas constantes de los más pequeños de la familia la marquesa de Griñón ha recuperado la sonrisa en su año más complicado.
20 de enero-18 de febrero
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