FUERON FANS DE ADOLF HITLER

Por qué hay tantos nazis infiltrados en las familias reales europeas (el último Bernardo de Lippe, abuelo del rey Guillermo de Holanda)

El príncipe Bernardo, abuelo del rey Guillermo, negó hasta el último momento ser nazi. Ahora, un historiador ha descubierto su carné del partido nacionalsocialista obrero alemán.

La reina Juliana de Holanda, abuela del actual rey Guillermo, junto a su esposo, el príncipe Bernardo, hoy reconocido como miembro con carné del partido nazi. / GETTY IMAGES

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

La verdad histórica tiene maneras curiosas de salir a la luz, cosa que las familias reales con más cadáveres en sus armarios saben. No ha sido el caso de la familia real de Países Bajos, los Orange de Holanda, víctimas de un error de monarca principiante. Fue el rey Guillermo, actual soberano , quien dio acceso a los papeles privados de la familia al historiador Flip Maarschalkerweerd. Desveló, sin pretenderlo, la gran mentira de su abuelo Bernardo, príncipe consorte de la reina Juliana y nazi.

Algo así jamás sucedería en Reino Unido, donde Paul Whybrew, mayordomo principal de la reina Isabel II durante 44 años, decide qué documentos privados de la monarca se hacen públicos al pasar a los Archivos Reales y cuáles quedan bajo siete llaves. En Países Bajos, nadie hizo la criba de los papeles privados del Bernardo de Lippe-Biesterfeld, fallecido en 2004. Así fue como su carné de nazi salió a relucir, pese a haber negado durante décadas cualquier relación con Adolf Hitler.

«Juro por la Biblia que nunca fui nazi», aseguró el abuelo del rey Guillermo a la prensa de su país. Evidentemente, de poco valen los juramentos de los aristócratas cuando se trata de su admiración por Hitler, todavía la peor mancha que puede caer sobre cualquiera. No pudo ocultarlo Claus-Georg von Amsberg, esposo de la reina Beatriz, pues su pertenencia al régimen nazi se contrastó inmediatamente . De esta manera, los últimos dos consortes en el trono de Países Bajos han sido filofascistas.

En realidad, todas las familias reales europeas poseen una oveja negra nazi o un rebaño , prueba de la capacidad de seducción que el nuevo mundo ario que pretendía Adolf Hitler tuvo no solo a pie de calle, sino también en las élites. Y siempre, por supuesto, se ha ocultado o negado cualquier vinculación, inclinación o admiración por el partido nazi.

El duque de Edimburgo y la reina Isabel II en Balmoral, en septiembre de 1972. / ARCHIVO ABC

Nazis en la familia real británica

Los miembros de la familia real británica simpatizantes con la ideología fascista son conocidos: Eduardo VIII y Wallis Simpson coquetearon con la idea de recobrar el trono bajo la protección nazi en un Reino Unido bajo el dominio del Tercer Reich. Existe, además, una fotografía tomada en Balmoral en 1933, en la que se puede ver a la reina Isabel II con siete años, levantando el brazo en el inconfundible saludo nazi.

Felipe de Edimburgo fue, sin embargo, el único miembro de los Windsor que reconoció cierta vinculación con el régimen nazi. Medio danés por parte de padre y medio alemán por ser hijo de Alicia de Battenberg, princesa de la Casa de Hesse, vio como sus cuatro hermanas se casaban con dirigentes del régimen nazi . La menor, Sofía, llamó a su primogénito Adolf, en homenaje a Hitler.

En el libro 'Los royals y el Reich', Felipe de Edimburgo quiso exculpar parcialmente a sus hermanas, recordando las «expectativas de cambio» que trajo en sus inicios el partido nazi en la Alemania económicamente deprimida de la República de Weimar. Y recordó cómo su madre fue galardonada por proteger y dar cobijo a decenas de judíos griegos perseguidos por la Gestapo.

Nazis en la familia real danesa

Helena de Schleswig-Holstein conspiró contra su cuñado, el rey Christian X, para conseguir que Hitler tomaran el poder. El monarca desafiaba a los soldados alemanes paseando a caballo y vestido con el uniforme militar danés por las calles de Copenhague. Una manera de mantener la moral de su pueblo, que le seguía por cientos en bicicleta. Mientras, Helena servía cenas en honor al comandante Gunther Panke, jefe de la Gestapo.

Efectivamente, la princesa alemana casada con el príncipe Harald no llegó a identificarse con el país de su esposo, sino que continuaba fiel a su ideal ario de sociedad. De hecho, trató de convencer a la familia real para que permitiera entrar en el gobierno a los nazis, un gesto que decidió su expulsión del país en 1945. Sus hijos, avergonzados, se refugiaron uno en Suecia y otro, en la resistencia danesa.

La princesa Federica de Hannover se formó en las Juventudes del partido nazi, aunque una vez casada con Pablo de Grecia optó por el exilio en la invasión alemana del país. / GETTY IMAGES

Nazis en la familia real belga

En realidad, no hubo nazis en esta familia real, pero sí un rey lo suficientemente tibio como para anteponer su propia comodidad personal al liderazgo desde un gobierno en el exilio. Leopoldo III no quiso salir del país cuando fue invadido por Hitler, sino que lo rindió al ejército alemán. Lo cierto es que apenas tenía qué oponerle, pero siguió ocupando un lugar de privilegio, se acuñaron monedas con su efigie y se casó con la pompa correspondiente.

Nazis en la familia real sueca

Aunque existen pruebas contrastadas de que Walter Sommerlath, padre de la reina Silvia de Suecia, fue nazi , esta continúa negando que tuviera un papel activo en el partido de Adolf Hitler. De hecho, compró a bajo precio una empresa judía y gracias a ella se convirtió en suministrador de maquinaria de guerra al Tercer Reich. Convenientemente, la familia de la monarca se mudó a Brasil tras la derrota de los nazis en 1947.

El suegro que la reina Silvia no conoció, el príncipe Gustavo Adolfo, fue tremendamente impopular en la década de los 40, debido a unas imágenes en las que se le ve dando dinero en una colecta en favor del partido nazi. Según los historiadores, tanto él como su mujer, la princesa Sibila, fueron al menos simpatizantes del régimen nacionalsocialista.

Nazis en la familia real griega

De nuevo, la nazi infiltrada es una princesa de linaje alemán aterrizada en trono ajeno. Hablamos de la princesa Federica de Hannover , madre de la reina Sofía de España. Los discursos de Hitler calaron en su corazón adolescente y entró a formar parte de la Bund Deutscher Mädel, algo así como la sección femenina de las juventudes hitlerianas. Eso sí: con su matrimonio con el rey Pablo de Grecia olvidó los coqueteos fascistas y optó por el exilio con la invasión nazi.

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