Sol Medina y Pedro Domínguez-Manjón Toro, el día de su boda. / gtres

Una familia en guerra

Las grandes diferencias de las bodas de Sol Medina y Victoria de Hohenlohe, dos primas enfrentadas por la herencia Medinaceli

Sol Medina sí se pudo casar en Casa de Pilatos, mientras que su prima Victoria de Hohenlohe, duquesa de Medinaceli, celebra su boda en la finca Salto al Cielo.

El 3 de junio pasado se casaron en la Casa de Pilatos Sol Medina de Orleáns-Braganza y Pedro Domínguez-Manjón Toro, prima de Victoria de Hohenlohe-Langenburg. Esta segunda se casa este sábado con el franco-argentino Maxime Corneille, en la finca Salto del Cielo, propiedad de la familia Carrizosa. Dos enlaces con enormes diferencias, como irreconciliables parecen las que han partido la familia por la mitad en dos bandos con posturas enconadas.

Ambas bodas son, sin duda , una cumbre de la aristocracia nacional e internacional, pero la de Sol Medina estuvo lastrada por los litigios judiciales de su padre, el duque de Segorbe, que propició que no asistiera la parte más mediática de su familia. La mayor fractura se produjo por quién debía ostentar el título de Medinaceli, pero la ley del 30 de octubre de 2006 establece la igualdad entre el hombre y la mujer en el orden sucesorio de los títulos nobiliarios y las Grandezas de España. Por este motivo, la justicia le dio la razón a Victoria.

La duquesa de Medinaceli junto a su hermano que le llevará al altar. GTRES

No es el único litigio ni el único título que estaba en juego (en realidad todos los que ostentaba Mimi de Medinaceli), también la herencia familiar. Un asunto que todavía no está resuelto. En este conflicto Ignacio Medina y Fernández de Córdoba está enfrentado no solo a Victoria de Hohenlohe, poseedora de 44 títulos nobiliarios, sino también a sus sobrinos, Rafael y Luis Medina, hijos del duque de Feria y Naty Abascal; Victoria y Casilda Medina Conradi, hijas a su vez de Luis de Medina y Fernández de Córdoba y Mercedes Conradi Ramírez.

Isabel Preysler, la invitada más elegantes en la boda de Sol Medina

Por este motivo, la boda de su hija, Sol Medina, contó con todas esas bajas en la lista de invitados… Aun así su linaje y relaciones personales propició la presencia de nombres de primer orden como Isabel Preysler, una de las invitadas más celebradas, Alicia Koplowitz, Beatriz de Orléans, con su hijo Francisco y su nuera (Theresa von Einsiedel), y con su hija Adelaida, acompañada a su vez por su marido, Pierre Louis Dailly. También estuvieron en el enlace empresarios como Rafael del Pino, presidente ejecutivo de Ferrovial, quien hace unas semanas casó a su hijo, Ignacio, Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba, y Curro Romero con su mujer, Carmen Tello, entre otros.

Es muy probable que algunos de los invitados que vimos en la boda de Sol Medina estén presentes también en la de Victoria de Hohenlohe, quien se ha caracterizado siempre por una enorme discreción, hasta el punto que son escasísimas sus apariciones públicas. Su boda en un principio será algo más privada que la de Sol Medina, que sí pudo celebrarla en Casa de Pilatos, la sede de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli.

Este escenario no ha estado disponible para Victoria de Hohenlohe por los litigios con su tío, el duque de Segorbe, que es presidente de la Fundación, lo que sin duda es una paradoja al ser la hija del fallecido Marco de Hohenlohe y Sandra Schmidt-Polex quien ostenta el título. Sea como fuere, la finca Salto al cielo será el escenario perfecto para esta celebración. Una de las incógnitas es el número de invitados. A la de Sol Medina acudieron unos 400.

Un sorprendente vestido de Victorio & Lucchino

Uno de los clichés más comunes que se utiliza cuando se escribe sobre una boda es el secreto mejor guardado: el vestido de novia. No tenemos referencias de estilo para apresurarnos a sacar ninguna conclusión sobre cómo será el traje de Victoria de Hohenlohe, aunque aparentemente es una mujer clásica y parece poco plausible que opte por una creación arriesgada o vanguardista.

En el caso de Sol Medina optó por un sorprendente vestido color champán de Victorio & Lucchino, en el que la novia también había participado con el dibujo de un sol, en alusión a su nombre propio, que se convertía en el eje central del traje, de corte romántico y con un original aire retro. Los diseñadores sevillanos tienen un gran vínculo de amistad con la familia y el duque de Segorbe fue quien les vendió su primera casa en el centro de Sevilla.

Otro elemento clave es una joya familiar que ha estado presente en diversos enlaces. Hablamos de la tiara de perlas y diamantes de la Casa Medinaceli, que ya había lucido su abuela paterna, Mimi de Medinaceli, en su boda, celebrada el 12 de enero de 1938. Esta exquisita obra de finísima orfebrería, además de Sol, también la llevó Laura Vecino en su boda con Rafael Medina.

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