Nuevas revelaciones
Nuevas revelaciones
Antes de que el príncipe Harry empezara a lanzar torpedos a la línea de flotación de los Windsor desde California, el rey Carlos III le tenía mucho más cariño a él que a su hijo mayor, el príncipe Guillermo. Esta es una de las sorprendentes revelaciones de la nueva biografía sobre Kate Middleton que lleva por título 'Catherine, The Princess of Wales, The Biography'. Escrita por el periodista Robert Jobson, verá la luz el próximo 1 de agosto, pero ya hemos podido conocer varios de sus capítulos a través del 'Daily Mail'.
Jolson nos cuenta, por ejemplo, cómo ahora que el duque de Sussex y su padre están enzarzados en una guerra fría, el monarca y su primogénito están, en cambio, más unidos que nunca. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Kate Middleton porque su relación siga siendo cercana, de vez en cuando surgen tensiones entre ellos.
«La relación del rey con sus dos hijos ha sido difícil a lo largo de los años. Incluso ahora que está en el Trono, con el príncipe de Gales puede haber diferencias de opinión y roces. Por supuesto, se quieren, pero chocan, y a veces hay que tratar a Guillermo con guantes de seda», se puede leer en el libro, por voz de un trabajador anónimo del palacio de Buckingham.
A la cabeza de los temas que han causado un conflicto más explosivo entre padre e hijo está una cuestión en la que incluso medió la propia Isabel II. La fallecida reina intentó razonar, en vano, con su nieto sobre una de sus más arriesgadas aficiones: volar en helicóptero junto a su familia. Algo que podría poner en peligro el futuro de la monarquía y, quién sabe, incluso hacer que la corona fuera a parar a los reyes Harry y Meghan.
Las preocupaciones de Isabel II estaban justificadas: el 7 de diciembre de 1967, un terrible accidente de helicóptero de la flota real traumatizó para siempre a la longeva monarca. El Queen's Flight, que ese día no transportaba a ningún miembro de la familia, pero que el propio príncipe Felipe había pilotado poco antes, se estrelló en Berkshire y se cobró la vida de sus cuatro tripulantes. La tragedia se debió a un fallo técnico, que causó la rotura del eje del rotor principal.
Guillermo junto a su padre y frente a un helicóptero. /
Después de aquel día, a la reina nunca más se le permitió volar en una aeronave de este tipo. Y siempre le preocupó que su familia viajara en helicóptero. «Guillermo había disgustado a la reina cuando desafió su petición de dejar de transportar en helicóptero a su familia los 185 kilómetros que separan el palacio de Kensington de Anmer Hall, su casa en Norfolk», escribe Robert Jobson en su nuevo libro.
Incluso hoy, el príncipe de Gales, que tiene fama de ser muy testarudo, se enfrenta a su padre en este tema y se niega a seguir sus consejos, que también pretenden preservar la línea de sucesión. Durante las vacaciones escolares, no es raro que Guillermo siga conduciendo el coche que lleva a Kate, George, Charlotte y Louis a la costa de Norfolk.
Aunque Carlos III admite que su hijo es un «excelente piloto», el riesgo cero no existe. Pero hay mucho en juego. « Tras serle diagnosticado un cáncer, el monarca, quizá más consciente de su propia mortalidad, se hizo eco de las preocupaciones de su difunta madre. Y cuando Guillermo se negó a dejar de volar con su familia, Carlos insistió en que firmara un documento oficial secreto, reconociendo los riesgos que implicaba y asumiendo toda la responsabilidad de sus actos», revela el periodista en la biografía sobre la princesa de Gales. Antes de añadir, sobre las inevitables consecuencias para el Trono de ocurrir un accidente, «lo que sería poco consuelo ante una tragedia indescriptible, por no hablar de la perspectiva del rey Harry y la reina Meghan...».
En otro de los más llamativos fragmentos del libro que ya hemos podido leer destaca el momento que pudo cambiar para siempre la historia de amor de Guillermo y Kate. Cuando el futuro rey de Inglaterra canceló los planes de Año Nuevo que tenía con su entonces novia en 2007, la joven se olió que «algo iba mal», escribe Jobson. Poco después, el príncipe la llamó por teléfono para romper, diciendo que ambos necesitaban «un poco de espacio» para «encontrar nuestro propio camino» y que no podía prometerle una propuesta de matrimonio.
Kate Middleton y el príncipe Guillermo. /
«Fue una conversación de 30 minutos cargada de emoción, en la que ambos reconocieron que estaban en páginas diferentes», se puede leer en la biografía. «También un golpe devastador para Kate, que se sintió doblemente defraudada al ser abandonada por teléfono».
Mientras que Guillermo celebró la ruptura con una noche de fiesta en la discoteca Mahiki de Londres, una Kate que «decidió ocultar su dolor al mundo» a pesar de estar «angustiada», se alejó de los medios de comunicación con un viaje a Dublín con su madre Carole Middleton antes de tomarse unas vacaciones en Ibiza con una amiga.
Pero, como ya sabemos, el destino aún les reservaba una nueva oportunidad de reconciliarse. Poco después, la pareja se volvió a ver en una fiesta de disfraces organizada por el jinete Sam Waley-Cohen. « Kate llegó vestida de enfermera y Guillermo fue hacia ella», escribe Jobson. «Pasaron la primera parte de la velada conversando profundamente antes de lanzarse a la pista de baile, donde acabaron besándose». El resto, como se suele decir, es historia.