Carlota Tiedemann y el infante don Jaime, duque de Segovia en su casa de Lausana. /
Hay que reconocer que los Borbones tienen una tradición adictiva a las luchas internas , los divorcios traumáticos y los destinos trágicos , pero también la habilidad de emparentar con mujeres fascinantes, como Carlota Tiedemann, la mujer que pudo haberse convertido en la Grace Kelly española pero de la que seguramente jamás hayas oído hablar: sobre ella se impuso la ley del silencio.
Carlota Tiedemann acabó convertida en duquesa de Segovia por una carambola del destino y una boda civil con un tercer marido muy inesperado: el infante don Jaime, uno de los hijos de Alfonso XIII. Al infante, que durante 12 breves días fue el príncipe de Asturias y el heredero legítimo del trono de España, su propio padre le obligó a ceder esa legitimidad porque era sordo. Para ahondar aún más en su incapacidad para gobernar «le casó» con una joven noble pero sin sangre real en sus venas, Emanuela de Dampierre. Pero esa boda no acabó con las pretensiones al trono del duque de Segovia ni sus ganas de buscar el amor, aún quedaba mucha historia por escribir.
El matrimonio concertado por Alfonso XIII explotó en 1947 en buena parte por la vida disoluta y los despilfarros del infante. La sorpresa para su propia familia llegó después, cuando el infante intentó por todos los medios optar al trono de Francia (que como el de España no existía) y cometió la osadía de casarse de nuevo.
Tras su traumático divorcio de su primera mujer el infante don Jaime de Borbón, padre de Gonzalo y Alfonso de Borbón , rehizo su vida con otra mujer que tampoco tenía sangre real en sus venas: una cantante de ópera y actriz alemana que pasaría a convertirse en la duquesa de Segovia Carlota, la mujer a la que muchos consideran que fue el gran amor de la vida del infante.
Por su parte Charlotte Louise Auguste Tiedemann tenía una historia propia que contar. Nació en Alemania en 1919 y a los 17 años dejó la casa de sus padres para formarse como mezzo soprano. Tuvo una carrera como actriz, modelo y cantante de ópera (hasta compusieron una canción solo para ella), pero para la familia de su tercer marido además de su vida artística y su religión (era luterana frente al catolicismo Borbón) el gran escollo para dar el ok a su relación con el infante era su pasado amoroso.
Su trayectoria amorosa había sido intensa: antes de la boda civil que la unió en Innsbruck al infante don Jaime de Borbón ya había estado casada en dos ocasiones y tenía una hija, Helga. Al primer matrimonio con un ingeniero de sonido llegó apenas con 20 años y posiblemente embarazada ya que el divorcio llegaría seis meses después de la boda pero su hija Helga es consecuencia de esta unión. El segundo matrimonio se selló en 1943. La artista se casó con uno de los directivos del Ministerio de Propaganda nazi. El divorcio llegaría en 1947 y con él el retiro, con cambio de nombre incluido, en Italia. Precisamente será en Roma, en una cena, donde coincidirán el duque de Segovia y la artista rebautizada como Micaela Carlotta.
La boda entre la actriz y el noble no fue bien recibida por la familia real española. La matriarca del clan, la reina Victoria Eugenia, hasta se negó a conocer a la segunda esposa de su hijo a pesar de que la pareja permaneció junta durante 23 largos años. Además de ser un auténtico escándalo para la época, la unión se produjo en un momento especialmente tenso en las relaciones entre los hijos de Alfonso XIII: don Jaime de Borbón estaba intentando convertirse en duque de Anjou, jefe de la Casa Real de Francia al mismo tiempo que peleaba por revocar la decisión de su padre de convertir al heredero de la Casa de Borbón a su hermano menor don Juan, conde de Barcelona.
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La llegada de Carlota Tiedemann no sirvió precisamente para calmar los ánimos. Para desconcierto de la familia de su marido su hija Helga empezó a usar el apellido Borbón a pesar de no haber constancia de que el infante la adoptara. Hay quién quiere ver en la obsesión del infante don Jaime por recuperar el trono español y quitarle las opciones a su hermano don Juan la mano de Carlota Tiedemann, pero esto no es, con mucho, lo peor de lo que la han acusado.
El duque de Segovia muere repentinamente el 20 de marzo de 1975 en San Galo (Suiza). La versión oficial habla de un desmayo en plena calle que provocó que el hijo de Alfonso XIII se golpeara la cabeza y que el infante falleció por culpa de la hemorragia interna (a pesar de ser operado de urgencia). Pero en el libro «Don Jaime, el trágico Borbón» de José María Zavala se da otra versión de los hechos: Carlota Tiedemann atacó a su marido con una botella fracturándole el cráneo. Sea cierta una versión o la otra el resultado fue el mismo para la ex actriz: la pobreza y el ostracismo. Falleció en 1979 al borde de la bancarrota sin saber que el estado español le acababa de conceder una pensión por ser la viuda de un infante de España.
20 de enero-18 de febrero
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