Carolina de Mónaco, disfrutando de la playa con Stefano Casiraghi /
Ibiza tiene un significado especial para la familia principesca de Mónaco y no solo porque los ferrys que navegan hasta ella lleven el apellido Grimaldi. En sus hoteles de lujo y playas de acceso restringido Andrea Casiraghi se echó una novia española, Carolina de Mónaco atracó su yate y Charlotte Casiraghi se encuentra en este momento pasando unas idílicas vacaciones «secretas» en el Six Senses, un hotel de los de 6.500 euros la noche.
A pesar de los paparazzis y las filtraciones a la prensa rosa la isla pitiusa siempre ha sido el refugio menos secreto pero más divertido del que los Grimaldi han disfrutado en el Mediterráneo.
Mientras Grace Kelly y el príncipe Rainiero se dejaron ver mucho más por Marbella y Puerto Banús que por las islas, sus hijos y nietos son rendidos admiradores de los encantos que ofrece el archipiélago balear.
La primera en abrir el melón del placer que supone visitar Ibiza a cuerpo de princesa fue, como no, Carolina de Mónaco, que ya en 1977 se paseaba de forma secreta por las discotecas del lugar acompañada de Philippe Junot y se refugiaba de los fotógrafos en las habitaciones del Gran Hotel Montesol Ibiza (ese que daba acceso al exclusivo Beach Club de Playa Tarida).
Mucho después llegaron las visitas familiares y en yate cargada con sus retoños hasta que llegó el punto de inflexión que acabaría con la estancia de la matriarca de los Casiraghi en la isla para siempre: su separación de Ernesto de Hannover.
De hecho, parece como si la pareja hubiera firmado en 2009 un acuerdo tácito para no coincidir nunca jamás y en el reparto Ernesto se quedó con Ibiza y Carolina con el resto del Mediterráneo, lo cual tiene sentido porque durante años Ernesto de Hannover fue propietario de su propio islote ibicenco, el de Tagomago.
Buen ejemplo de este «tú a Boston yo a California» royal fue el verano de 2011, en el que su todavía hoy esposo fue ingresado de urgencia por una pancreatitis en un hospital ibicenco mientras Carolina disfrutaba de propio veraneo de postín en Capri.
En aquel momento Carolina de Mónaco estaba de vacaciones junto a Alexandra de Hannover, Carlota Casiraghi y Beatrice Borromeo. El ingreso del príncipe alemán no supuso un cambio en sus planes y continuó visitando puestos y zapaterías en la isla italiana como si no pasara nada.
Los que esperaban una visita de la monegasca a la UCI de la Clínica Nuestra Señora del Rosario se quedaron allí plantados, al fin y al cabo era la segunda vez que Carolina y Ernesto pasaban por lo mismo: la primera fue en 2005 e impidió al príncipe alemán acudir al funeral de su suegro.
Puede que Carolina de Mónaco se despidiera del flower power de Pachá sin decir adiós, pero dejó en sus hijos unos dignos herederos de cómo puede vivir la fiesta veraniega un príncipe monegasco si le dan carrete y una playa ibicenca.
Andrea Casiraghi fue quien encontró que Ibiza colmaba todos sus deseos vacacionales y se dedicó con orgullo a dejar su impronta en las juergas de la isla desde el año 2001, el primero en el que pisó en solitario Ibiza. Los momentos de cotilleo ibicenco que nos ha proporcionado el que fuera cabeza de cartel durante mucho tiempo para heredar el trono monegasco son impagables.
Su sempiterno pareo combinado con un cigarrillo y la melena rubia alborotada era el clásico royal de verano en España. Sus fotos ibicencas alimentaron la crónica rosa veraniega durante años.
Impagable su romance en 2003 con la española María Casado, sus tiernos paseos con Tatiana Santo Domingo en 2005 y su bronca pública en un chiringuito en 2007, que nos enseñara el trasero cambiándose de bañador en 2011 y la fiesta con sus amigos cuando cumplió 27 años.
Demostrando que Andrea Casiraghi, verano e Ibiza son tres términos que siempre irán juntos ni casarse con Tatiana Santo Domingo consiguió alejar al hijo de Carolina de Mónaco de las calas ibicencas. En 2014 celebró su primer año de casado en un yate fondeado en aguas ibicencas. Genio y figura.
La relación de Carlota Casiraghi con la isla balear es mucho más calmada pero igual de relacionada con el amor y lo bien que se lo montan los monegascos a la hora de irse de vacaciones. Gracias a una visita en yate a Ibiza descubrimos en 2008 a su primer amor oficial, Álex Dellal, el mismo al que dejaría plantando al conocer a Gad Elmaleh
Vídeo. Andrea CAsiraghi: de hijo fiestero de CArolina de Mónaco a ejemplar padre de familia
Ahora la hija mayor de Carolina de Mónaco nos ha acostumbrado a una vida tan tranquila (por mucho que le inventen rumores de embarazo) que realiza sus visitas ibicencas en el mayor de los secretos y junto a su esposo, Dimitri Rassam.
Todo es tan soso que solo podemos escandalizarnos por su presupuesto por noche en el hotel y lo monísima que va a la playa aunque solo lleve un vestidito de flores. Esperamos con ansias que su hermana Alexandra de Hannover se anime, descubra los encantos ibicencos y tome el relevo de sus hermanos., pero de momento la benjamina prefiere Saint Tropez.
20 de enero-18 de febrero
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