La infanta Sofía en una foto reciente. /
Conforme pasan los días, vamos conociendo más detalles sobre las no tan polémicas fotografías en bikini de Leonor de Borbón , un trabajo realizado por un paparazzi profesional que decidió seguir la ruta del buque-escuela Juan Sebastián Elcano para localizar a la princesa en tierra , en esos días de descanso que los guardamarinas disfrutan cada vez que arriban a puerto en cada una de sus escalas. Como sabemos, cantaron bingo en Uruguay: dispararon carrete tras carrete a menos de 100 metros de distancia, en una playa cercana a Montevideo.
De las 200 fotos que tomó el paparazzi, en una primera selección quedaron 60 con calidad suficiente como para ser publicadas. Ese monto llegó a las revistas con las que se negoció el precio, a decir del director de la publicación que finalmente se las llevó, Diez Minutos, muy por encima de lo que finalmente se acordó. Zarzuela debe conocer al profesional en cuestión: está especializado en Casa Real y ha seguido a la princesa Leonor en varios viajes . En esta ocasión optó por seguir a los escoltas en vez de a la heredera, una decisión que le permitió localizarla en la playa.
Conocemos un detalle más, desvelado por el periodista Miquel Vals en 'Espejo Público', que a la postre resulta tremendamente trascendente. Parece que el paparazzi fijó el precio de las fotografías en bikini de Leonor primero en 150.000 euros y, más tarde, en 80.000. La revista Hola habría aceptado esta última suma, pero el fotógrafo decidió no vendérselas a la histórica cabecera por temor a que jamás vieran la luz. Esto no es nada nuevo: es sobradamente conocido el cajón donde guarda imágenes retiradas de personajes protegidos por distintos motivos.
De confirmarse este extremo, algo francamente complicado pues Casa Real jamás hablaría oficialmente de esta cuestión, podríamos descartar teorías como la sostenida por la periodista y novelista Pilar Eyre, quien ha afirmado en recientes intervenciones en los medios de comunicación y en su canal de YouTube que los reyes Felipe y Letizia habrían dado vía libre a la publicación de las fotos en bikini de Leonor. En opinión de Eyre, para reforzar la imagen de una monarquía moderna y transparente y, de paso, rentabilizar la estupenda imagen de juventud y frescura de la heredera.
Efectivamente: resulta más congruente con lo que ya sabemos que Zarzuela no pudo esta vez retirar las fotos de Leonor en bikini, porque así lo impidió su autor. De ahí que el rey Felipe se manifestara «dolido por su publicación y la reina Letizia admitiera estar «muy enfadada» por la intromisión en la privacidad de su hija, sometida ya a un escrutinio mayor de su vida privada. Y que, en un futuro inmediato, va a afectar también a la infanta Sofía . Recordemos: la hija pequeña de los Reyes cumple 18 años a finales de este mes.
Hasta ahora, los entornos en los que se ha movido la infanta Sofía han estado tan controlados como los que habitó la princesa Leonor. En el UWC Atlantic College de Gales, donde las redes sociales del internado y sus alumnos se nutren diariamente con selfies e imágenes de actividades escolares, jamás hubo ni rastro de las hermanas Borbón Ortiz. Además, al ser ambas menores de edad, han gozado de una consideración especial por parte de los medios de comunicación.
La infanta Sofía y la princesa Leonor, en una de sus apariciones milimétricamente controladas por Casa Real. /
Imposible adivinar el impacto que las fotografías de Leonor han podido causar en la infanta Sofía, aunque, sin duda, la reina Letizia habrá preparado a su hija menor para que el susto sea menor. Aún así, cabe pensar que la presión psicológica al respecto de su situación, tan expuesta, y la ansiedad de ser objeto de similar persecución hacen mella. Contemplar cómo su hermana es objeto de miles, millones de comentarios, valoraciones y juicios ha de preocupar a Sofía, sobre todo al entender que la próxima 'víctima' de tal atención va a ser ella.
Lo que la infanta Sofía va a encontrarse inmediatamente es una atención redoblada a todas sus actividades, tanto si se desarrollan en territorio nacional como si decide vivir en el extranjero para cursar sus estudios universitarios. Los paparazzi, al igual que sucede con su hermana, van a tratar de lograr imágenes de sus amigos, sus salidas nocturnas o diurnas y sus momentos de ocio. Y como en el caso de Leonor, los escoltas que la protejan no serán capaces de impedirlo.
La publicación de las fotos en bikini de Leonor colocan en el punto de mira inmediato a la infanta Sofía, quien se convierte en el nuevo objetivo a conseguir por los paparazzi en el yate, la piscina o la playa. Si la hija pequeña de los reyes Felipe y Letizia decide este verano pasar unos días de vacaciones con sus ex compañeros en el UWC de Gales, puede tener por seguro que algún fotógrafo va a tratar de localizarla para obtener una imagen suya en bikini.
Seguramente, la reina Letizia aconseje a la infanta Sofía que limite sus baños a recintos privados. Puede que lo más fácil sea dejarse fotografiar para que la expectación muera y la demanda se diluya. Sea como fuere, sabemos de las amarguras que este tipo de persecución ocasiona a los 'royals' que no se ciñen corona: sufren todos los rigores de pertenecer a las familias reales, pero sin los extraordinarios privilegios ni el deber de sacrificio que caracteriza a los jefes y jefas de Estado y sus consortes. Son, de hecho, muchas veces el parapeto de estos.