niña prodigio Cómo fue la infancia de la reina Letizia: amor por el periodismo, pasión por la danza y un vínculo muy especial con su abuela Menchu

De Letizia Ortiz a reina Letizia . Era una fantasía infantil de muchas niñas de su generación y se convirtió en una realidad que cambió el trascurso de su historia. Aunque la mujer de Felipe VI tenía otros planes. Desde sus primeros años se quedó prendada del periodismo, una pasión heredada de su familia que le valió su primera aproximación a los micrófonos a los 10 años y una dedicación de por vida (hasta tuvo una guerra silenciosa con Ana Blanco ).

Quienes quieren conocer a la mujer del rey rescatan detalles de su biografía, pero hay una parte más desconocida: esos primeros años de vida. Nacida en septiembre, en 1972, en el Sanatorio Miñor de Oviedo, pasó en Asturias su adolescencia. Aquellos fueron años de cambios importantes en nuestro país.

A la generación de Letizia se les conoce como los hijos de la democracia, los que comenzaron a conectar con otros países europeos. Y, sobre todo, van dando estirones ajenos a los ordenadores, a la vorágine de internet y a los teléfonos inteligentes. La calle era el espacio de encuentro y de juegos.

A sus 50 años, Letizia ha pasado de ser la reconocida comunicadora que aparecía en la televisión a formar parte de la monarquía. Le habían educado para esforzarse y prosperar por sus conocimientos, y se encontró con una institución dominadora, que requería de protocolos. Consiguió encajar, con el mismo empeño que le había puesto a su profesión.

Las imágenes de la reina Letizia de niña son lo que uno puede esperar: una pequeña sonriente y con apariencia inocente. Las más sorprendentes son las que tiene antes de cumplir cinco años: con un vestido, mangas de volantes o sentada frente a la playa. En todas, aparece con un pelo rubio platino (parecidas a las melenas de sus hijas la princesa Leonor y la infanta Sofía).

Otras instantáneas funcionan como una cronología de su evolución. Retratos de carnet donde se ve su crecimiento y ya se perciben sus rasgos de mujer adulta. Se percibe su pelo castaño y liso, su mirada de ojos grandes verdosos y su característica nariz.

Letizia es curiosa de nacimiento, una característica que aviva su familia. Le inculcan la importancia de trabajar en algo que le fascine y le contagian sus pasiones.

Letizia es hija de la enfermera madrileña Paloma Rocasolano y del periodista asturiano Jesús Ortiz, fundador (y director hasta 1987) de Antena 3 Radio en el Principado. Sus abuelos maternos, Francisco Rocasolano y Enriqueta Rodríguez, viven en Alicante y son los paternos los que están más presentes en Oviedo, por cercanía. José Luis Ortiz fue representante de la firma Olivetti y Menchu Álvarez del Valle se convierte en su mayor inspiración.

La madre de su padre también fue locutora, en Radio Oviedo y Radio Nacional. Fallecida en 2021, fue una de las voces más populares de la región y su popularidad consiguió zafarla de la etiqueta de «abuela de» (algo por lo que luchó).

En su infancia, a Letizia le gustaba acompañarla al programa Coser y cantar, donde quedaba embelesada por las ondas y las máquinas de escribir. Llegó a participar en un programa matinal infantil, El columpio. Allí, además de dar sus primeros pasos en la comunicación, se convierte en jefa. En una de las imágenes de aquellos días aparece con un micrófono, unos cascos que le vienen grandes y la mirada atenta a una mano que le indica.

Sus primeros pasos son fundamentales, le dan esa seguridad y ese cariño para lograr un currículum envidiable. Su primer momento culmen es en 1984, con unas primeras prácticas en la radio. Tenía 10 años y con ello descubría su vocación.

Letizia cursa los estudios primarios en el colegio público La Gesta, de Oviedo, donde también están sus hermanas Telma y Erika. Después, la futura reina entra en el instituto Alfonso II, y allí recibe clases de ballet durante tres días por semana. Una actividad extraescolar cargada de sacrificio y constancia que la prepara para su futuro. Incluso se plantea dedicarse profesionalmete a la danza.

Vive una vida apacible en Asturias hasta los 15 años cuando, por motivos laborales de su padre, tiene que mudarse a Madrid. En la capital deja atrás el tutú y asiste a las clases en el instituto Ramiro de Maeztu, donde termina el bachillerato y se enamora del profesor de literatura, el extremeño Alonso Guerrero Pérez (con el que se casó y del que se divorció).

Con el tiempo, aquella niña que se asomaba a los micrófonos timidamente acabó convertida en uno de los rostos más populares de televisión Española. Lo que no odía imaginar es que el destino tenía preparado para ella otra tarea: la de ser reina de España.