Los veranos de Diana de Gales en España: soledad, tristeza, bulimia y una vía de escape para no lidiar con la reina Isabel II

Todo parecía idílico en las vacaciones de los príncipes de Gales en Mallorca, pero no era así. Lady Di quiso escapar de la reina Isabel II, pero en la isla se sumió en su tristeza y sus problemas alimenticios. Eso sí, allí confesó que tenía un amante y pasó su primer verano tras su divorcio.

Lady Di en Mallorca./d.r

Lady Di en Mallorca. / d.r

Elena Castelló
Elena Castelló

El 7 de agosto de 1986 aterrizaba, en la base aérea de Son Sant Joan de Mallorca, el avión que traía a bordo a Carlos de Inglaterra y a su esposa, Lady Diana Spencer. Junto con sus hijos, los pequeños príncipes Guillermo y Enrique. Van a pasar unos días de vacaciones con la familia real española en el palacio de Marivent .

Carlos y Diana eran perseguidos por centenares de «paparazzi» allí donde iban y en Mallorca no fue distinto. Periodistas de todos los medios y de todos los países se instalaron en la isla para seguir sus pasos y asistir a las sesiones oficiales en los jardines de Marivent.

Era la primera visita que los príncipes de Gales realizaban a España. En Marivent estaban también, en aquella época, Costantino, hermano de la reina Sofía, y su familia. Fue él quien condujo la furgoneta que llevó a los príncipes desde el aeropuerto hasta el palacio.

Los príncipes de Gales con sus hijos y la familia real de España en Mallorca. / getty

Carlos y Diana llevaban cinco años casados. Se dice que fue Diana quien escogió pasar las vacaciones en España para escapar, aunque solo fuera por unos días, del aburrimiento del castillo de Balmoral, donde descansaba la reina Isabel. Pero, al contrario, la idea fue de Carlos, que siempre ha apreciado al rey de España.

En el aeropuerto los recibe el entonces príncipe Felipe. Los turistas ingleses agitan centenares de banderitas a su paso por las calles de la isla. Lo primero que hacen, nada más llegar, es embarcarse en el yate real Fortuna para seguir la Copa del Rey de Vela, en la que participa Don Juan Carlos. La familia real y sus invitados se bañan en alta mar. En algunas ocasiones les acompañó Kyril de Bulgaria.

Lady Di junto a su marido, sus hijos y la familia real española, en alta mar en Mallorca. / getty

Ante los fotógrafos, Diana, con Enrique en brazos, aparece sonriente y relajada, una madre radiante, en las escalinatas de palacio. Las dos familias muestran muy buena sintonía y los gestos de cariño con los niños de don Juan Carlos y doña Sofía son constantes. Todo parece un plan ideal. Sin embargo, las cosas son muy distintas.

A pesar de la amabilidad y la cortesía que exhibió con ellos y sus hijos la familia real española, los viajes de los príncipes de Gales sirvieron para poner en evidencia que algo no iba bien en el matrimonio de los príncipes. Diana aparecía en las fotos de alta mar solitaria a bordo del yate real. La propia Diana le reveló a su biógrafo, Andrew Morton, que pasó todo aquel primer viaje vomitando. Estaba en el momento álgido de su bulimia. Se la veía delgada y pálida, a pesar de sus sonrisas en las fotos oficiales. Se sintió desplazada e incómoda y llena de angustia.

En aquel primer viaje surgieron también rumores que, con el tiempo, se revelaron falsos. Por ejemplo, la conexión especial de Lady Di con don Juan Carlos. La realidad, según le contó Diana a Andrew Morton, es que nunca le soportó porque le pareció un «play boy». Sí es cierto, sin embargo, que en Marivent, donde se quedó sola en varias ocasiones mientras Carlos viajaba a Inglaterra, se sintió libre y llegó a pensar en buscar casa en la isla.

Las vacaciones de los príncipes de Gales en Mallorca parecían idílicas.

Cuando Carlos regresaba a Mallorca, hacían vidas separadas. Carlos se entregaba a su hobby favorito, la pintura, en Valldemossa o a bordo del Fortuna, mientras Diana tomaba el sol en la playa y aprendía a hacer windsurf.

En ese primer viaje, Carlos viajó al final de su estancia a Inglaterra por un supuesto examen médico de su madre, la reina Isabel. Abandonó Mallorca cinco días después de su llegada. En cambio, Lady Di y sus hijos permanecieron dos días más, dedicándose a navegar por aguas del Mediterráneo. La princesa aprovechó para visitar el delfinario de Marineland con Guillermo y Enrique, que disfrutaron como locos.

En su último día, Diana optó por visitar algunas localidades del interior y tomar fotografías. Al año siguiente, los Gales regresaron. Era 1987 y Diana parecía cada vez más delgada y retraída. El matrimonio visitó la isla hasta en cuatro ocasiones. Además de en 1986 y 1987, volvieron en 1988 y 1990. Diana regresó sola, justo después de su divorcio, en 1996.

En su último año en la isla, el príncipe Carlos se hospedó solo en la finca de Puigpunyent, que pertenecía a su amigo el aristócrata y financiero Felipe Villalonga. Allí se captó una imagen en la que se veía a Carlos abrazando a su amiga Lady Romsey, a la que consolaba porque a su hija le acababan de diagnosticar un cáncer, lo que dio pie a que se hablara de un romance de verano.

Ese mismo año, Diana citó a su jefe de seguridad, Ken Wharfe, en Marivent, y le notificó oficialmente que tenía un amante, James Hewitt, para que tomara precauciones con la prensa, según contaba Santiago Roncagliolo en la revista «Vanity Fair».

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